La Maldad desde la Sombra

Capítulo 2

– ¿Saldrás hoy? –pregunta sorprendido desde el marco de la puerta... cómo es su costumbre.

– ¡Papá! –gritó asustada– No aparezcas así. –regañó mientras intentaba dar con su zapato favorito.

– No me dijiste que saldrías con Miranda hoy –volvió a comentar.

– Es que no saldré con Mir, yo... llevaré a Mateo a conocer el pueblo.

– Eso, bueno... creo que es una genial idea, solo... Tengan cuidado y diviértanse.

Observó a su padre irse tal como llegó. ¿Cómo se supone que va a decirle que no quiere estar cerca de Mateo, pero que por alguna razón siente que no es capaz de decirle que no?

Lo cierto es que todo el día pensó en no asistir, en dejar al chico plantado. Pero al final algo en su interior le exigió que fuera con él. Como si de pronto al ver esa fría mirada, algo en su interior se encendiera.

– Creí que no vendrías...– suelta el chico en cuanto la ve salir.

– Yo creí que no te agradaba –responde Mila.

– No tiene nada que ver contigo... es el pueblo –murmura con un tono que raya en el desprecio.

Eso hizo a Mila sentirse ofendida. Claro que el pueblo era pequeño a comparación de otros sitios, pero era un lindo lugar, lleno de gente cálida y paisajes hermosos.

Sin decir más se dispusieron a comenzar el paseo. El silencio reinó entre ellos hasta que llegaron al centro. El ruido de la gente comenzaba a escucharse cada vez más fuerte y eso logró sacar una sonrisa de Mila.

Se prometió no hacer un juicio sobre Mateo hasta lograr conocerlo un poco mejor, después de todo las apariencias no siempre son lo que parece y juzgar a alguien basándose en una pequeña charla sería descortés... Quizás el chico se mostraba de esa forma porque era tímido.

– El pueblo es bello por donde lo mires y las personas son buenas con todo el mundo –comenzó a contar– el lugar se ha mantenido en el radar de los turistas por sus bellos paisajes, su increíble comida y sus leyendas fantásticas. ¿Has escuchado alguna leyenda hasta ahora? – pregunta Mila con interés.

– No... solo que en el pasado había brujos –responde dudoso.-- Aunque no creo que sea cierto.

Llegaron al parque y a petición de Mila tomaron asiento en una de las bancas a la sombra de los árboles. El viento fresco ondeaba a su alrededor, mostrando los indicios del cambio de estación... el otoño se acerca.

Hace muchos años, los pueblos de México estaban llenos de magia y esencia sobrenatural –relata con tranquilidad, la historia que le ha sido contada desde que era pequeña. No quería contarle a Mateo la típica historia sacada de un libro que le cuentan a los turistas, si quería que el chico le diera una oportunidad a su pueblo, debía hacerlo comprender. Entonces decidió contarle la historia que su madre solía contarle–... Es bien sabido que méxico le tiene un gran respeto a la muerte y en lugar de verla con miedo, para el mexicano es solo una vieja amiga que vendrá por cada uno de nosotros al final de nuestras vidas, tal como lo hizo con nuestros ancestros. Se dice que esa fue la principal razón por la que la madre tierra nos bendijo con sensibilidad para lo sobrenatural y poderes místicos para proteger nuestro mundo.

El tiempo pasó y las generaciones fueron bendecidas una tras otra, nuestros antepasados vivían más al tener ciertos dones, aunque no eran inmortales, tenían más tiempo en la tierra que el resto del mundo, eran felices, amaban la tierra y respetaban el balance, había fé... y todo estaba bien.

Hasta que un día la maldad llegó hasta nuestro pueblo. La oscuridad consumía almas, se llevaba a las personas, y nadie podía hacer nada, no sabían cómo, tenían miedo. En algún momento a alguien se le ocurrió usar sus poderes para combatir a esa fuerza oscura que estaba consumiendo a su pueblo. La última generación de seres místicos luchó con todo lo que tenían para poder salvar al resto que no eran especiales... dieron cada gramo de fuerza y fé para salvar y sobre vivir. Al final, la fuerza maligna fue derrotada y lo poco que quedó de los ancestros poderosos se dedicó a su familia y a su pueblo, reconstruyendo lo que había quedado... trayendo esperanza para el futuro.

Ahora son solo viejas leyendas, pero su lucha y sacrificio es recordado y venerado por los que ahora estamos aquí. Lo que tienes enfrente no es solo un pueblo sin chiste Mateo... es un lugar hermoso y mágico que ha soportado mucho por tantos años. Estamos aquí porque no nos rendimos, porque alguien peleó por nosotros. No deberías juzgar un lugar o a una persona solo por lo que alcanzas a ver –terminó su historia con un par de regaños hacia el chico serio.

La miró fijamente por un momento con una expresión que podría detallarse como asombro, hasta que se recompuso y simplemente dijo –No tienes ni idea –en un tono algo enfadado.

¿Qué se supone que significa eso?

– ¿Qué?

– Vives en este sitio, pero no sabes nada de lo que pasa a tu alrededor... no me lo creo –soltó con burla y sarcasmo.

– No entiendo lo que quieres decir... podría contarte la historia tal como viene en los libros de historia...

– Eso también está mal.

– Pero...

– Ven conmigo –dijo el enigmático chico al tiempo que se levantaba de la banca y comenzó a caminar, dejando a Mila atrás.

...

Media hora después ambos chicos se encontraban en la casa de Mateo. En algún momento el cielo se nubló y parecía que iba a llover... a pesar de no estar específicamente en esa época del año.

Con algo de recelo observó a su vecino buscar y rebuscar en cajas y cajas que aún no habían sido abiertas tras la mudanza. Se encontraban en lo que parecía ser una especie de biblioteca o despacho personal.

Mila divagó con la mirada por toda la habitación con curiosidad y sorpresa en misma medida, al darse cuenta de que en realidad no parecía ser la casa de una familia normal. No fue sino hasta que Mateo habló de nuevo, que ella le prestó atención.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.