AYLA VESTÍA UN VESTIDO QUE LE LLEGABA HASTA LAS RODILLAS, EL VESTIDO ERA SIMPLE PERO HERMOSO, era un vestido con mangas largas de tul que ocultaba las cicatrices de su dolor, todo el torso era de una tela común con algunos detalles de encaje y la falda era estilo princesa, más largo por detrás que por adelante, le llegaba a las rodillas y tenía al menos tres capas de tul, y todo el vestido era de un hermoso color plateado que se asemejaba al color de los ojos de Ayla. Aunque ella hubiera preferido usar unas zapatillas con tacón color plateadas, llevaba unos bonitos zapatos sin una pizca de tacón lo que la enfurruñaba pues sabía que cuando tuviera que ponerse de pie al lado de William ella se vería hilarantemente baja pero no podía usar tacones porque seguían estando dentro del bosque y seguramente tropezaría y caería.
William le había contado que cuando un alfa encontraba a su mate, la tradición era que debía ser presentada a la manada, le había asegurado que no importaba lo que dictaran sus costumbres, que el mundo podía esperar a que ella se sintiera lista pero Ayla sabía que él mentía, era el mundo real, y el mundo no pararía de girar por ella, así que había aceptado rápidamente que se efectuara la ceremonia de presentación, y era el día.
Ayla pasó su mano por su largo cabello mirándose por el espejo, se había preguntado si debería haberlo peinado pero Eleonor le había dicho que arreglarse demasiado la haría desentonar con la manada y no lo había dudado cuando vio como se había arreglado ella, un vestido negro simple de tirantes sin ninguna decoración, su rebelde cabello rojizo suelto y desordenado como de costumbre y una mínima capa de maquillaje natural.
Todas las mujeres de la manada tenían una exótica belleza poco convencional mientras que Ayla encajaba en el molde de la ordinaria belleza, esa belleza que el ser humano adoraba pero que entre los seres sobrenaturales dudaba que fuera suficiente.
—Te ves hermosa —dijo Allison, que estaba tras ella. Allison llevaba un vestido verde esmeralda que acentuaba perfectamente sus brillantes ojos, tan sencillo como el que Eleonor llevaba pero mientras su prima llevaba un estilo rebelde y descontrolado, Allison se veía perfectamente prolija.
Ayla acarició con su dedo índice las ligeras cicatrices en su piel, los cortes que el vidrio había dejado en ella por accidente y que sentía que debía cubrir, debía cubrir el horrible recordatorio de una tragedia, porque no importaba de quien se tratara, la muerte siempre sería una tragedia.
—Muchas gracias —dijo, tras un suspiro—. Tú también te ves hermosa, el verde es tu color. Estoy demasiado nerviosa, me preocupa no haber entendido correctamente la ceremonia, ¿y si me equivoco en algo? Suficientemente malo ya es ser una simple humana, la mayoría de la manada ya debe desaprobarme pero si me llego a equivocar con algo hoy... Debo tratar de ser perfecta, debo tratar de ser la mate que William merece.
—Por supuesto que no. No debes tratar de ser la pareja perfecta, debes ser tú, porque eres tú la mate de William y la manada deberá aceptarlo. Eres hermosa, amable, generosa y fuerte, eres todo lo que esta manada necesita, por eso la Luna te eligió.
—Gracias —susurró Ayla, sin estar completamente convencida pero aun así parándose erguida con la mirada en alto y acomodando nuevamente su cabello como antes de alborotarlo de forma accidental.
Ayla y Allison salieron juntas de la habitación que le pertenecía a la humana y al alfa, escaleras abajo y luego derecho hasta el bosque. Ayla examinó con curiosidad las casas de la manada, eran en su mayoría una extraña mezcla entre el estilo rustico y moderno, había unas excepciones claras como la casa de Eleonor y Nathaniel que lucía completamente moderna y actual mientras que la casa principal, donde Ayla estaba viviendo, tenía un aspecto campestre como una casa veraniega.
—Todas las casas son nuevas, hace unos veinte años hubo una riña con otra manada y le prendieron fuego a todo, hubo algunos heridos pero sanaron rápido y afortunadamente nadie murió, aunque William tuvo que dedicar muchos de los fondos económicos de reserva a construir todo desde cero, fue complicado para todos.
— ¡Eso es horrible! ¿Qué sucedió con la manada que hizo eso?
Allison le dio una mirada precavida antes de responder: —La mayor parte murió, igual era una manada pequeña, y entre lobos, la unión hace la fuerza. Mientras más son, más fuertes, ellos eran solo unos pocos, jamás debieron meterse con nosotros siendo tantos.
Ayla trató de no reflejar su consternación en sus facciones, sin embargo ella jamás había sido una buena actriz así que Allison pudo leerla con facilidad, aun así no protestó en absoluto cuando Ayla trató de cambiar de tema.
— ¿Cómo es? El sitio de la ceremonia —aclaró—. William me dio una vaga descripción pero quizá una mejor imagen mental logre calmar un poco mis nervios.
—Es un lugar hermoso, ya lo verás. Hay un par de árboles torcidos realmente frondosos, aunque la mayoría de árboles en el bosque son frondosos debo confesar, pero estos tienen algo mágico, es un lugar sagrado bendecido por la Luna, los troncos se entrelazan entre sí formando el símbolo del infinito y a través de ellos bajo su torcedura puedes apreciar la inmensa Luna que se ve más cerca que desde cualquier otro lugar, se paran allí frente a los arboles cuando se va a efectuar la ceremonia y llegado el momento la Luna brilla tras ellos.
—Entonces no sé qué más podría pedir —dijo, con una pequeña sonrisa.
—Libertad —dije Allison.
—No. Soy libre de muchas formas que otras personas no lo son. Puedo hacer lo que quiero, decir lo que pienso e ir a donde quiero, hay mucha gente que no puede. Además, no estoy siendo obligada a nada, todo lo que he hecho ha sido porque he querido hacerlo, estoy aquí porque mi decisión fue poner a Eleonor y a la manada antes que a mí, ellos necesitan a William y él me necesita a mí. Es un pequeño sacrificio a cambio de que todos sean felices, y a pesar de todo, de la muerte de mis padres y de estar siendo perseguida... Siento que la felicidad está a mi alcance.