La maldición de tus ojos

9.- Una decisión

Una cosa sí, Val estaba equivocado. Las intenciones de Ángel al traer a Demian a los bosques de la Montaña Alta no fueron para exponerlo en las manos de los íncubos y súcubos u otros seres insurrectos que deambulan por el lugar. No sabía que aquellos al darse cuenta de que el rey del inframundo dormía fueran capaces otra vez de poner sus sucios pies en la tierra.

Aquellos demonios llamados "insurrectos" fueron los que el rey marcó con esos ojos turquesa que ni aun convirtiéndose en humanos, animales o lo que sea pudieran cambiar esa condición haciéndolos más vulnerables ante las otras especies. Castigados por su desobediencia, por oponerse a él recibieron esa marca de generación en generación. En su decisión jamás aquel pensó que un día terminaría enamorándose de uno de esos demonios y que tendría hijos que arrastrarían en sus ojos su propia condena.

Montaña Alta es el lugar en donde la familia de Ángel entrena a sus discípulos. Ante la diversidad de criaturas demoniacas, pero de bajo poder que deambulan por el bosque, utilizan más la enseñanza con practica que con manuales. De esa forman logran entrenar a un pupilo en un tiempo menor haciéndolo pelear con esos demonios de poco poder. Lo que explica las intenciones de Ángel de traer a Demian a este lugar.

Aun así, Grogo, un demonio de clase tres y la Bruja del jardín, otro demonio de clase cinco, no eran criaturas que pudiera encontrarse en un lugar como este. En un principio lo asumió como coincidencia, luego Val le dijo que en el cementerio del pueblo de Montaña Baja alguien había abierto una puerta al inframundo y pensó que era eso, hasta que apareció Betzu, el conocido demonio de cabellos plateados.

Betzu es un demonio insurrecto de categoría uno, líder principal de su clan y primer esposo de Eva, la madre de Demian. Un ser cruel, despiadado, capaz de enfrentarse a un gran grupo de cazadores y salir de ahí sin un rasguño. Su largo cabello plateado y sus ojos turquesa con una fina línea de tono escarlata no pasan desapercibidos. Es muy extraño que saliera de sus aposentos que se encuentran en las entrañas mismas de la tierra ¿Fue acaso porque fue capaz de percibir el aura demoniaca de Demian? Y lo extraño es que, aunque quisiera no creerlo parecía embelesado por la apariencia de aquel, entendiendo que si alguna vez amó a su infiel mujer era probable que se sintiera atraído por su hijo quien mantenía sus mismos rasgos a excepción de la dulce y sincera expresión en sus ojos.

Ángel golpeó con sus dedos la mesa impaciente. No ha podido dormir desde que vio a ese infame en la habitación de su discípulo. Tantos años buscándolo para vengar a su madre y hermana, y ahora que aparezca atraído por Demian es como la oportunidad que esperaba después de tanto tiempo.

Pero atraparlo significa tener que utilizar a Demian como anzuelo. Tal vez si se hubiera dado el tiempo de hablarlo con él, dado su lealtad luego que le ha salvado la vida tantas veces, no se hubiera opuesto a ayudarlo. Sin embargo, optó por la mentira sin saber que esa decisión traería consecuencia tan nefasta que nunca podría reparar.

Los hilos de los destinados suelen estar firmemente atados, pero una relación a base de mentiras es capaz de romper lo que ni siquiera los dioses podrían hacer. Y ante el pestañeó consciente de Ángel una de las hebras comenzó a romperse.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.