La maldición de tus ojos

19. Maldito traidor

—No hay mucho que hacer, señor —indicó el médico del palacio de Betzu.

No fue capaz de alzar su mirada ante su rey. El demonio de cabellos plateados apretó los dientes y empuño ambas manos con impotencia.

—Se supone que tengo los mejores médicos del reino de los demonios insurrectos y me dicen que no son capaces de hacer nada ¿Quieren que lo deje morir? —preguntó con un tono agresivo a pesar de que usualmente es un demonio que es capaz de mantener su carácter.

—Las armas usadas son armas propias de los cazadores, queman y destruyen el tejido de los demonios, estaría ya muerto sino fuera por la sangre de Hades que intenta reparar el daño a la vez que se va destruyendo. Aun así, no resistirá mucho…

Betzu le dio la espalda de golpe perdiendo la paciencia.

—No puedo esperar a que muera, deben hacer algo ¡Si no lo hacen les cortaré la cabeza a todos! —golpeó la mesa sobresaltando a los médicos presentes que examinaban al inconsciente Demian.

Uno de los discípulos de medicina levantó su mano, temblando, con expresión insegura.

—Habla —ordenó con severidad.

—Hay un médico, un sanador excepcional, al que llaman Dr. Zenquing, pero vive más allá del bosque de las bestias, es un lugar muy peligroso para ir —respondió con timidez.

Betzu se quedó mirándolo en silencio. Luego llamó a sus guardianes principales, Lily el demonio de femenina de aspecto atrevido pero ágil en las batallas, y a Kepat, el demonio de aspecto aterrador que arrastra un enorme martillo.

Apenas ambos se presentaron frente suyo les dio su misión. Localizar a ese doctor Zenquing lo más rápido posible. Que le ofrezcan todo lo que sea necesario pero que no vuelvan sin él.

Fueron dos noches en donde no hubo noticias. Dos noches largas y horribles donde la fiebre atormentaba no solo al paciente sino también al rey, que, siempre siendo poderoso e imponente, por primera vez en su vida se siente atado de manos.

El ambiente es sombrío dentro del palacio, más ante una de las damas más antigua, vieja protectora de la anterior reina. La llamada Dama Coral ve con malos ojos la presencia de la cría nefasta de la cruza de la anterior reina con el dios del inframundo.

Pero se mantiene en silencio sabiendo que no le es conveniente.

Demian delira llamando a quien es culpable de sus heridas y eso coloca a Betzu en mal humor. Sufre viéndolo hablar en medio de la fiebre, pero más aun porque en forma inconsciente sigue buscando ayuda en quien no debería.

Tomó un pocillo que llenó con agua fresca y levantó su cuerpo para hacerlo beber. La mayoría del agua no pudo tragarla y eso aumenta su preocupación.

Si tan solo hubiera llegado antes tal vez nada de esto hubiera pasado y hubiera eliminado a ese cazador antes de que hiriera a Demian y a Caslu. Se confió en que nada pasaría, o en los sentimientos del cazador por Demian.

Pero no, es tal como temía, su venganza es más importante, tanto que no le importó enviar a Demian al filo de la muerte.

Uno de los guardias del palacio se hizo presente anunciando la llegado del doctor. Betzu dijo que lo dejaran pasar de inmediato.

El doctor Zenquing hizo acto de presencia entrando a la habitación, de inmediato ante la presencia del demonio mayor inclinó la cabeza en señal de respeto. De cabellera clara y ojos color miel, la expresión tranquila y amigable del médico contrasta con todos los doctores que hasta ahora ha conocido.

—Señor, si me permite, veré al paciente de inmediato —señaló el joven doctor acercándose a Demian.

Betzu solo movió la cabeza en forma afirmativa mirando de reojo los movimientos del médico revisando el pulso y heridas de Demian. Lily, su guardiana, apareció a su lado con expresión seria.

—No quería venir en un principio, pero cuando le dijimos que se trataba de un semi demonio literalmente corrió al palacio, creo que debe tener cuidado, Majestad —susurró la mujer sin despegar su mirada del médico.

Betzu tensó su mirada solo moviendo su cabeza.

—La mezcla demonio y dios es bastante extraña, nunca pensé tener la oportunidad de ver a uno de ellos —habló de repente Zenquing sin dejar de examinar a Demian—, es uno de los casos que como médico he investigado por años. Miré esto.

Dicha estas palabras le mostró una de las heridas de Demian, no dejaba de sangrar, pero cuando el doctor la limpiaba parecía cicatrizar solo un par de segundos para volver a abrirse.

—El conflicto de sangre —dicho esto se sentó en el piso tomando su morral y comenzó a revisar sus libros de medicina—. Como recibió la herida de un cazador cuyas armas queman las entrañas de los demonios, solo ha sobrevivido hasta ahora porque la sangre del dios que corre por sus venas repara el daño a la vez. Entonces necesitamos una sangre capaz de reparar los daños y a la vez que sea la de un demonio. La de un demonio como usted, majestad.

Dicho esto, enfocó sus ojos claros en Betzu sonriéndole en forma inocente.

—¡¿Qué mierda estás diciendo?! —exclamó Lily dispuesta a pelear.

Pero el demonio de cabellos plateados la detuvo, con expresión tranquila se dirigió al médico.

—¿A que te refieres con eso? —le preguntó con seriedad.

—Tenemos que hacer una transfusión de sangre urgente usando la suya, de esta forma dos sangres reparadoras contra una darán un pronóstico de vida mayor al paciente de la que tiene en este momento que es prácticamente nula —dijo Zenquing colocándose de pie con tranquilidad.

—Si es así hágalo.

 

Dentro de los súbditos del reino de los demonios insurrectos no está siendo visto con buenos ojos que su rey, su soberano, esté dispuesto a entregar su sangre a un simple semi demonio. Pero claro, nadie se atreve a cuestionarlo.

La noticia incluso llega a los oídos de Doña Coral quien solo arruga el ceño, y tal como todos guarda silencio.

El doctor Zenquing procedió a trabajar durante todo el día en la transfusión de sangre evaluando cada cambio en el paciente. Y tal como lo dijo poco a poco empieza a notarse el cambio.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.