La maldición de tus ojos

21. Despertando de una pesadilla

Demian no despertó, se quedó sumido en horrendas pesadillas mientras por fuera su cuerpo luchaba contra la fiebre. Y no es solo por el daño físico que Ángel le causó, la peor herida es el psicológico ¿Cómo explicarse que aquel que dijo quererlo le haga sufrir de esta forma? Y lo peor es sentir impotencia de no impedirlo.

No sé siente capaz ni siquiera de mirar a su hermano a los ojos. Prefiere quedarse perdido en ese eterno sopor que enfrentarse a lo que ha pasado. Val bajó a buscar medicamentos sin entender como de una mañana a otra podía haber cambiado tanto las cosas. Y Ángel que lo sabe prefiere callar, lo cuida en silencio ¿Acaso se ha vuelto loco? ¿Cómo ha podido hacerle esto?

Pasó su mano por su frente y el calor casi lo quemó. Mojó un paño frio en su cabeza para luego volver a enjuagarse las lágrimas. Pensó que lo había matado, y aunque seguía aquí aun respirando nada le asegura que no murió dentro de su conciencia.

Durmió todo el día y la noche sin abrir los ojos y sin probar bocado alguno. El médico vino a verlo diciendo que solo era un resfrió fuerte y que Demian era demasiado frágil y por eso explicaba ese estado. Pero Val no estaba conforme.

La noche llegó y Ángel y Val estaban tan cansados que se durmieron profundamente. O eso creyeron ellos, la bruja demonio Tultu fiel a Betzu ha disipado hierbas para dormir a esos dos y así permitir a su amo poder llegar a los aposentos de quien considera su futuro esposo. Apenas los pies del demonio de cabellos plateados tocaron el piso la niebla se levantó a su alrededor dejando solo visible su posición y la del enfermo sobre la cama.

Le dolió verlo en ese estado. Y mascó las duras hierbas que llevaba en su mano para luego meterlas en la boca de Demian para obligarlo a tragar, el sabor es amargo y aquel tosió como si quisiera escupirlas, pero el demonio se vio obligado a presionarle la nariz y boca para que se los tragara. Es una hierba que solo crece en el inframundo que sirve para curar tantas heridas físicas como heridas del corazón.

Luego dejo una flor blanca en su cabecera la que desapareció ante el contacto de la cabeza de Demian, esa flor lo guiaría a la conciencia a despertar de esa pesadilla.

—¿Hasta cuándo seguirás aguantando? —le preguntó entre dolido y molesto—. Yo te ofrezco lo que él no te está dando, yo sí te trataré bien, velare siempre a tu cabecera, a mí no me importa tu sangre de los dioses, aun cuando sea del bastardo con el cual mi mujer me engañó. Si sigues en esta senda terminaras mal...

Pero si esta situación siguiera así estaba dispuesto a llevárselo a la fuerza si con eso puede salvarlo. Se ganará su odio, pero mil años encerrado en ese palacio serían suficientes para que no volviera a los brazos de quien se ha vuelto su verdugo.

Sin embargo, existiendo aun esos hilos dorados, si no pueden volver a encontrarse en esta vida lo harán en otra. Y eso no le parece justo, que ese cazador aún tengo la oportunidad de verlo en otra vida y lograr lo que no pudo lograr en esta vida cuando casi lo ha empujado a morir en esta vida. Se mordió los labios con tantas fuerzas que un hilo de sangre brotó de ellos.

Escuchó pasos y apareció Tultu asustada.

—¡Señor, es una trampa, sabían que vendría y... !

No pudo terminar, detrás de Betzu apareció Ángel y Val, ambos armados y listos para pelear contra el demonio de los cabellos plateados. Aquel sonrió ansioso, si lo mata, aunque Demian lo odie por ello, lo liberará de este tormento. Pero en medio de sus maquinaciones Demian despertó tomándolo de una manga. Sus ojos transparentes se voltearon en Betzu y aquel se quedó paralizado sin saber que decir.

—Vete —le dijo.

Quien lo escuchara pensaría que Demian es un mal agradecido, pero en cambio el demonio plateado lo interpretó bien. La casa estaba impregnada también con hierbas, capaces de adormecer a cualquier demonio. O sea, Demian no solo dormía por el dolor físico y el daño a su corazón sino por esta esencia. Tultu, se tambaleó, pero su amo la tomó entre sus brazos para luego mirar a Demian dolido por no poder llevárselo, y de un salto salió por la ventana. Es un demonio demasiado fuerte para ser atrapado por un truco como ese.

Ángel no está dispuesto a dejarlo ir y salió detrás de él para atraparlo, en cambio Val recordando la actitud de la mujer demonio empezó a revisar los rincones encontrando la hierba y maldiciendo a Ángel. ¿Ha olvidado que Demian también es mitad demonio y estas cosas pueden afectarle?

El choque de las auras sagradas entre el demonio insurrecto y el cazador no se hicieron esperar. La fuerza de ambos se recogió en sus armas para luego golpearse una a la otra. Ángel desea matarlo, muriendo ese demonio puede respirar en paz para volver a Demian y reparar el daño y al fin juntos armar un futuro. En cambio, Betzu no deja de repeler sus golpes enfurecido por el trato que le ha dado a su propio discípulo, le ha permitido tocarlo, atreverse a herirlo, pero ya no más. La lucha de ambos está cargada de resentimiento.

—Me culpas por la muerte de tu madre y hermana —reclamó el demonio plateado—. Pero ¿No merecían también justicia la familia de los demonios inocentes que ellas asesinaron? Mataron hasta niños ¿O acaso la vida de nuestra especie es inferior a la de ustedes?

Ángel no respondió, siguieron peleando solo con la luna llena mirando el espectáculo. Tultu yace dormida apoyada en el tronco de un árbol. Los demonios son inferiores, es lo que piensa, no merecen vivir. Solo acepta a Demian porque es a quien ama.

"¡Ja! Ama"... es lo que diría Betzu si pudiera escucharlo.

—Eres tan malo como tu familia, dices amor a ese pequeño semi demonio, pero mira lo que le has hecho, dos veces confió en ti y dos veces ha terminado llorando sangre.

—No te metas en eso, repararé el daño, y nos iremos lejos para empezar de nuevo —le respondió apretando los dientes sin dejar de responder los ataques.




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