La maldición de tus ojos

40. El ex general Arón

El doctor Zenquing revisó en silencio el estado de Demian que ha vomitado tanta sangre que por más que limpia no se detuvo hasta que tocó sus puntos vitales. Arrugó el ceño tensando su rostro para luego voltear hacia Betzu que lo contempla preocupado.

—¿Qué le pasa? —preguntó el demonio plateado sin ocultar su ansiedad.

—De alguna forma está perdiendo su fuerza, es como si algo o alguien está succionando su vida —respondió el joven doctor con el rostro tenso—. Debo buscar la causal y por eso he tomado una muestra de sangre, en cuanto tenga los resultados podré saber que debo hacer.

—¿Mientras tanto que hago? —la impotencia en los ojos del rey de los insurrectos fue evidente para Zenquing.

—Por ahora detuve el sangrado, pero será bueno que haga reposo y evite conflictos que aceleren su pulso —dijo con seriedad ordenando su maletín—. Intentaré no demorar, solo necesito confirmarlo.

Y con hermetismo sin querer ahondar más en el tema salió de la habitación dejando a Betzu sentado al lado de la cama de Demian con una expresión dolida y preocupada.

El rostro de su joven esposo luce tan pálido que le asusta que su suave respiración se detenga. Pero sus ojos se abrieron con lentitud deteniéndose en su rostro, y le sonrió.

—¿Me desmayé? —le preguntó confundido.

La verdad es que no recordaba demasiado ni cuando se desvaneció luego de vomitar sangre, por ello Betzu prefirió no recordárselo, solo le acarició la mejilla con expresión seria, preocupado.

—Por ordenes del médico debes hacer reposo, tu cuerpo está cansado, duerme un poco más, enviaré a alguien a cuidarte —dicho esto se levantó de la cama.

—No me siento casado ¿Algo pasa? —no pudo evitar preguntarlo al ver su semblante.

Betzu sonrió antes de despeinarlo y darle un beso en la frente que turbó al semi demonio quien bajó la mirada de inmediato.

—Este pequeño demonio —indicó haciendo que pasara un joven demonio de sonrisa cálida y cabellos verdes—, te ayudará en tus tareas de ahora en adelante, su familia es de confianza, aunque a él aún le falta experiencia, pero te ayudara mientras yo deba estar pendiente de otros asuntos.

Demian pensaba quejarse de que no necesita ayuda, pero al notar la seriedad del rostro del demonio prefirió no discutir, siente que algo oculta y que ese algo tiene que ver con su desmayo.

No es un niño para que le oculte su diagnóstico.

Por otro lado, tal vez será bueno tener a alguien a su lado, aunque después de la experiencia con la traición de la “pequeña demonio” será difícil que vuelva a confiar en alguien más.

—Hoy debo recibir a un viejo amigo, al ex general Arón, de improvisto aviso que vendría a visitarme, estaré ocupado, pero intentare luego venir a verte —agregó volviendo a acariciarle la mejilla—, se bueno y come y descansa. El doctor vendrá más tarde.

 

El ex general fue recibido de buena forma por parte de la Dama Coral que ve en él su última opción para presionar a su majestad para que acepte a una de las concubinas que el mismo ex general envio de regalo.

—No puede creer que Betzu haya rechazado tales bellezas —dijo Arón con gesto divertido—. ¿Acaso su nueva reina es mejor a la anterior? Eva era bellísima no me imagino a alguien mejor.

La anciana mujer endureció la mirada.

—No señor, solo es un niño bonito que engatusó a su majestad, por eso necesito su ayuda, si usted logra convencerlo de procrear un hijo como heredero, me preocupa que con su rechazo ponga en peligro su poder —habló con seriedad a pesar de la sonrisa divertida del ex general.

—Bien, pero con una condición, quiero conocer a ese “niño bonito” que ha provocado que mi viejo amigo se niegue a probar a las linduras que le envíe de regalo. No me interesan los demonios masculinos, pero eso no significa que no tenga curiosidad —dijo cruzando los brazos.

Dama Coral pareció incomoda antes de responder.

—Es un semi demonio, hijo de Eva, hijo de Hades —aquí guardó silencio ante la sorpresa de Arón.

—O sea… ¿Es él fruto de la infidelidad de Eva? —se echó a reír sin contenerse—. ¿Qué le pasara a mi loco amigo? El Betzu que conozco lo hubiera asesinado con sus manos no meterlo en su cama. Esto despierta mas mi curiosidad, así que llévelo al salón quiero conocerlo, y luego déjeme el resto a mí.

Con su seguridad hizo que la mujer suspirara aliviada. Pero va a tener que inventar algo para sacar a Demian de la habitación y hacerlo ir al salón donde estarán todos dándole la bienvenida al ex general. Por suerte tiene un as en la manga. Demian hará lo que sea si cree que perjudica a Betzu.

Cuando se presentó en la puerta de la habitación, sin embargo, fue detenida por un joven sirviente que le indicó que por ordenes del rey nadie puede entrar.

—¡Qué clase de ofensa es esa, soy la Dama Coral! La mujer más respetada de este reino y no seré detenida por un pequeño mocoso —su tono de voz intimidó al inexperto sirviente, pero, aun así, pese a su asustado rostro no se movió de su lugar.

Demian que despertó con el ruido usando una campanita llamó al joven sirviente para preguntarle lo que pasaba, pero aquel apenas entró a la habitación y quiso comunicárselo fue interrumpido por la anciana que entró sin ser anunciada. Una falta de respeto que no toleraría ningún rey o reina, por lo mismo el semi demonio tensó su mirada reflejando su molestia en su rostro pese a lucir tan pálido.

La mujer se quedó mirando su semblante enfermo para luego arrugar el ceño y mirarlo con altanería.

—Que la reina falte ante la presencia de un invitado tan importante para el rey se considera un desprecio. Ni siquiera su madre cuando estaba indispuesta faltaba a esas etiquetas —habló la venenosa mujer—. ¿Será que la reina actual es tan especial que puede faltar el respeto de esa forma? ¿Se imagina lo que dirán mañana del rey, que es un demonio débil manejado al gusto de una reina caprichosa y egoísta?




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