La maldición de tus ojos

42. Duelo

Arón en el campo de batalla era animado por sus seguidores quienes no dejaban de repetir las hazañas de su ex general en la batalla contra el Dios Hades por su libertad. Es un héroe, eso lo sabe Demian, por eso es imposible que no tenga esa popularidad.

El joven semi demonio tensa su mirada contemplando como Arón se pavonea frente a todos haciendo movimientos de entrenamiento usando su alabarda esto provoca que los ánimos se levanten.

Es como un gallo de rancho luciéndose frente a un grupo de gallinas —masculló el inexperto sirviente causando que Demian abriera los ojos conteniendo la risa.

No lo digas en voz alta, podrías meterte en problemas —le susurró mirando a su alrededor.

De inmediato el sirviente dio un salto cubriéndose la boca.

Lo siento, majestad —dijo sin sacarse las manos de encima.

Demian estaba a punto de decirle algo cuando se dio cuenta que todas las miradas de repente se dirigían hacia él, se supone que se ha vestido de forma menos vistosa y se ha ubicado en un lugar lleno para no llamar la atención.

Pero fue cosa de alzar la mirada y ver a ese tipo, el ex general frente a suyo sonriéndole victorioso.

Por el corazón de su majestad juro que si mi osadía le hace daño me haré responsable de usted —con estas palabras provocó que todos exclamaran asombrado tal declaración atrevida hacia el cónyuge de su rey e incluso empezaron a alzarse rumores sobre una probable infidelidad del ex general y la consorte real.

Demian optó solo por contemplarlo con frialdad, no sabe que no va a caer en su juego, no por algo fue el líder durante cuatro años de los hijos de Hades, que tenga cara de niño lindo no significa que su cerebro este vacío.

Señor ex general, no necesita hacerse responsable, si el ovillo pertenece a un majestuoso león ¿Por qué creería que se rebajaría a caer en manos de un simple gato callejero? —y dicho esto sonriendo con ironía.

Arón se quedó impávido, impresionado, porque esa mirada maliciosa y ese gesto hiriente en el rostro del consorte en realidad es más tentador de lo que hubiera esperado. En verdad ese pequeño semi dios es más de lo que hubiera esperado.

¿Cómo será sostenerlo entre sus brazos como una de sus posesiones más valiosas y probar esos húmedos labios de tono rosa que son capaz de burlarse de él frente a todos?

Su majestad, el rey Betzu hace presencia —anunciaron la llegada de su contrincante.

Arón solo entrecerró los ojos sin despegar su mirada de Demian antes de darle la espalda sonriendo satisfecho. El demonio blanco pudo darse cuenta lo que su viejo amigo mirada de esa forma, y lo conoce suficiente para saber que está muy interesado en Demian. Esto provocó que su rostro se tensara y su ceño se arrugara de manera amenazante.

Propongo un cambio, querido amigo, si tú ganas te quedas con tu reina, pero si yo gano —fijó sus ojos en Betzu—, no solo procrearas un hijo con una de las concubinas sino además me entregaras a tu reina.

Ante estas palabras todos alzaron la voz hablando que se ha pasado del límite y está haciendo demasiado atrevido, cuando hace momentos el mismo consorte real dejó en claro que nunca ha habido algo entre ellos.

Demian pesé a su sorpresa se mantuvo quieto y tensó su semblante mostrando una evidente molestia.

Veo que tienes una boca muy grande —respondió Betzu con voz profunda y un tono que hizo callar a todos de golpe—. Puedes pedirme cualquier cosa exceptuando a mi esposo, no presiones mi paciencia, porque puedes ser mi viejo amigo y héroe de los demonios insurrectos, pero yo soy el rey de esta nación y mi aguijón dolerá más de lo que siquiera imaginas.

Arón sonrió pese a la anterior seriedad de su rostro, a pesar de los años nunca había visto a Betzu contemplarlo de esa forma, sintió que sería capaz incluso de matarlo si volvía a proponer algo como eso.

Bien, no puedo decir que no lo intenté —se alzó de hombros. Aunque ya se esperaba que la reacción de su viejo amigo sería así. Él mismo hubiera reaccionado de esa forma si ese pequeño consorte atrevido hubiera sido suyo y alguien se hubiera atrevido a hacer tal petición.

Cuando la hora llegó al tiempo de iniciar el duelo el primero en atacar fue Arón, dio un golpe tan fuerte que todos retrocedieron en el acto asustados de recibir la onda de energía y ser golpeados. Demian arrugó el ceño dándose cuenta de que vencerlo no será fácil. El tipo no solo es un engreído de lo peor, en realidad es fuerte.

Pero Betzu, quien detuvo el ataque ni siquiera cambio su serio semblante, solo con un su espada repelió la alabarda y la sostuvo sin problemas pese a la fuerza que el exgeneral aplicó al golpe.

Arón retrocedió satisfecho y sonrió ansioso antes de dar otro golpe que está vez fue capaz de hacer que el monarca moviera un pie hacia atrás. Al notarlo abrió los ojos riéndose.

Pese a los años sigo estando en forma, sigo siendo el único, exceptuando a Hades, que te ha hecho retroceder un paso atrás —señaló sonriendo como si hubiera ganado el duelo.

Betzu lo contempló con seriedad y al notar esa mirada Arón dejó escapar un “Auch” porque sabe que sigue molesto por sus intenciones de poner sus manos sobre su posesión más valiosa, ese joven consorte.

Y está vez fue la espada del demonio plateado que comenzó a contraatacar, sus golpes son fuertes y pese a que Arón logra evitarlos o contenerlos, no se da cuenta que retrocede.

Sonrió, y dispuesto a no ser vencido con facilidad empezó a responder el ataque provocando que ambos comenzaran a tomarse la batalla más en serio, con movimientos rápidos de golpes y retrocesos que sacan chispas de ambas armas demoniacas.

Demian tensa su mirada dándose cuenta de que ni siquiera está al nivel de esos dos, sabía que Betzu era fuerte pero no tanto como eso, ni menos de que se haya enfrentado a su padre y haya salido vivo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.