14. Hojas, agua, tierra y fuego.

La siguiente semana transcurrió con normalidad, bueno, con la rara normalidad de sus vidas. No les fue difícil conseguir todo lo necesario, solo basto con tener cuidado y uno que otro descuido al entrenar de Obielus para recolectar todo lo que necesitaban.

Conseguir las hojas fue algo sencillo. Anny se ofreció para recolectarlas de los árboles cercanos a ellos mientras entrenaban, solo tuvo que escabullirse y fingir que los usaba como escudo de Henry para tomarlas en un frasco de cristal, Henry le insistía en que era casi seguro que su elemento era el aire, pero Anny no quería descartar ninguna otra posibilidad.

Recolectar el agua en cambio fue un poco difícil. Un libro decía que el agua proveniente de una sombra que tuviera la habilidad de ese elemento generalmente era mucho mejor que el agua común, por lo que solo les quedaba pedirle a artemisia que creara algo de agua. El problema no es que fuera difícil, el problema era que no tenían ni idea de cómo pedírselo sin que sonaran groseros.

Un día, por accidente al intentar hervir algo de té de Gitan, provocaron un incendio en la cocina. Artemisia apago rápidamente el pequeño incendio con una gran burbuja de agua, Henry y Anny se miraron cómplices.

-Madrina, ¿cómo supiste que el agua era tu elemento? –pregunto Anny mirándola con una sonrisa curiosa y admiración, aunque exagerando un poco.

-Pues...-Artemisia se había sonrojado, aunque conversara con los chicos, no le era muy normal esas miradas de admiración, aunque eso no significaba que no le gustaran, aunque sea un poco. –Yo provengo de otro pueblo, bueno, en realidad es un gran lago llamado "Marella", todos los que nacemos bajo el agua podemos controlarla a nuestra voluntad. Aunque claro, mi apariencia varia demasiado bajo el agua que fuera de ella.

-¿Siempre pudiste controlar el agua? –pregunto Henry, el cual ahora parecía estar analizando demasiadas cosas a la vez.

-Si, querido. Es algo que por familia y naturaleza puedo hacer. –Y con sus manos comenzó a hacer figuras frente a ellos de agua, la cual parecía convertirse ligeramente en hielo durante algunos momentos. -Querían un poco de agua, ¿verdad? –La pregunta los sorprendió mientras ambos comenzaban a sentir sus mejillas sonrojadas, estaban demasiado avergonzado.

-N-No sabíamos cómo pedirlo, pensé que podría sonar algo grosero –dijo Henry, Anny asintió cubriéndose el rostro con ambas manos.

-Que una sombra mayor a los 18 te lo pida suele ser extraño, mayor de 100 es incluso grosero, pero ustedes son unos niños y aún están experimentando la búsqueda de su elemento, teniendo en cuenta que ambos vivieron alejados de su hogar mucho tiempo.

Saco un frasco de un estante con su varita en mano y luego deposito una gran burbuja de agua en este, dejándolo lleno hasta la mitad –Creo que podrían usarla en sus prácticas, al fin y al cabo, aún no saben que elemento tienen. –Les dirigió una sonrisa maternal y les tendió el frasco, Anny lo tomo y con cuidado de no derramar ni una sola gota lo llevo a su habitación donde con magia lo cerro completamente.

Obtener la tierra fue demasiado fácil, solo tenían que llenarse los bolcillos mientras entrenaban de esta y ya estaba.

Y con el fuego decidieron que era mejor hacerlo en el momento, Anny dudaba si de verdad su elemento era el aire, ya que podía crear pequeñas bolas de fuego y más de una vez las había usado en combate. Henry no sabía exactamente cuál podría ser su elemento, nunca en su vida había sentido señales de controlar el agua o el aire, sentía una extraña conexión con la tierra, pero a la vez, las descripciones de los elementos que habían visto en un libro de nombre "Almas en fuego" lo hacía sentir aún más conectado con el fuego, sumándole al hecho de que ahora podía hacer pequeñas bolas de fuego, no tan grandes como las de Anny, pero algo es algo según él.

La semana ya se encontraba finalizando, ya por fin era sábado. En ese momento, en una gran habitación junto a Obielus frente a ellos estaban estudiando la teoría de un hechizo importante: El hechizo anti-rastreo.

-Este hechizo será su mejor amigo durante toda la guerra. –Obielus caminaba de un lado a otro, ambos prestaban atención con sus varitas bien sujetas, decidieron que durante las practicas pequeñas usarían su varita, ya que esta reducía considerablemente el nivel de energía que gastaban. –Este evitara que cualquier rastro de su magia quede en un lugar, les servirá demasiado a la hora de salir de una batalla o si quieren estar en un lugar sin que los encuentren. Su nombre es Senrrieto. Grábenlo bien en su mente.

Ambos chicos estaban visiblemente nerviosos, con suerte podían sentir la magia del otro, las pruebas para ese hechizo serán muy difíciles...

-¿Artemisia, sientes algo? –Y en efecto, lo fueron, Artemisia se encontraba en la habitación después de una hora de intentar entre ellos, calificaba que tan bien hacían el hechizo.

-Creo que están demasiado nerviosos, porque lo están haciendo bien, pero aun así puedo sentir rastros de su magia. –Ambos bajaron la cabeza de manera dramática, se sentían derrotados.

-No es para tanto, tontos. Creo que ya sé que hacer para saber si de verdad funciona. –La sonrisa de Obielus era reluciente, lo cual los alarmo, eso solo significaba que su plan era muy alocado, y a la vez, muy peligroso. –Prepárense, el lunes los dejare en un claro, se aplicarán a ustedes mismos el hechizo y pues...los dejare un rato en ese lugar. –El grito de indignación de Artemisia lo saco de su mente, Obielus la miro asustado, solo ella era capaz de mantenerlo a racha.

-¡¿Cómo se te va a ocurrir eso?! –Su cabello se movía violentamente, parecía una corriente de mar violenta, sus manos estaban apretadas en puños y en estas ya se formaban grandes bolas de agua, al parecer, casi hielo. -¡Eso es un suicidio! –Y lo inevitable paso, una gran bola de agua fue directo a su cara, dejándolo temblando en el suelo que ahora se encontraba realmente mojado.