La marca del lado oscuro

Ronda la Muerte.

Uricel consigue llegar al lugar donde vive aquel mencionado hechicero, confiado en que él le curará; el hechicero le recibe y sin dejarlo mencionar palabra, le dice que sabe muy bien a que viene...- ¡Que bueno! Le dice Uricel, entonces puedes ayudarme. - Cómo podría ayudarte? Mis poderes no son tan grandes como para vencer al demonio...tu alma ya le pertenece y será cuestión de tiempo para que la tome, pues tu vida está a punto de acabar.- Que dices? Entonces moriré pronto? ¡No puede ser!, el pacto fue que tendría el amor de Zara y no es así, no puedo morir sin haberlo conseguido, porque esa fue la razón por la que cometí tal locura; Cómo sabes que moriré pronto?. - La serpiente en tu brazo se continuará envolviendo hasta que llegue a tu pecho, a tu corazón, y cuando esto pase morirás, la serpiente se alimenta de tu ambición,de tu poder, de tu odió...ha medida que estos sentimientos crecen, la serpiente también lo hace, le dice el él hechicero. - No es justo, dice Uricel, no puedo morir sin haber logrado que Zara me ame, es su amor lo que me importa, dime que puedes hacer algo por mí. - Puedo invocar a la serpiente, aunque no creo que eso te ayude...- Hazlo, entonces, no me importa ya lo que suceda. Se fueron entonces al lugar donde Uricel se encontró con este ser demoníaco y procedieron a invocarla.

Allí se presentó entonces y Uricel le reclamó - ¡Yo hice un pacto contigo!, pero no me has cumplido, no puedo perder la vida sin antes tener lo que te pedí. - Yo te cumplí, te dije que tendrías poder y dinero y lo tienes...el resto dependía sólo de ti, le responde la demoniaca serpiente. ‐ Yo sólo quería que Zara me amara, por eso hice todo esto, a ella no le logra deslumbrar el dinero, a  parte de sentir agradecimiento, no siente nada más por mí. - Eso ya no es mi problema, yo te he dado las herramientas y tu no has sabido usarlas...- Es cierto lo que me dice el hechicero? Moriré pronto? Eso no lo mencionaste aquel día... - Sí, así es, morirás porque cómo todos los hombres nunca tendrás suficiente, y tu ambición, tu hambre de poder, tu obsesión por tener a esa mujer, tu odio, te está consumiendo. - ¡Me engañaste!, no es lo que me dijiste ese día...; la serpiente se retira riéndose y deja allí a Uricel, sin más remedio que aceptar su terrible situación.

Uricel, se va  sin saber que hacer, desesperado, pues el tiempo no le juega a su favor y lo peor es que no va conseguir por lo que lucho. En lo primero que piensa es en ir donde Zara y quizás contarle, decirle que pronto morirá y que todo ha sido por ella, pero aún así quizás ella no le creería y aunque le creyera no iba a sentir por él sí no lástima; en medio de todo Uricel sentía remordimiento por Zara, ni ella, ni él serían felices, sentía culpa porque él había troncado la felicidad de ella; todo esto hizo que se encerrara en su lujoso apartamento por varios días...deprimido esperaba que llegara la muerte, el dolor en su brazo ara cada vez más agudo, y la serpiente cada vez se veía más cerca de su pecho.

En medio de su tormento Uricel pensaba que si le quedaba poco tiempo de vida para que iba a necesitar dinero...a quien acaso iba a dejar su fortuna...sabía que para Zara este dinero más que una Bendición, sería una maldición. Entonces tomó fuerzas, y se levantó, se fue en su carro a todos los bancos dónde tenia dinero y desocupo sus cuentas; se fue a su pueblo natal y visitó a la gente que conocía, a muchos de ellos su padre los extorsionaba y les había matado algún familiar, pues era un temido líder de un grupo armado al margen de la ley. Muchos no se acordaban de Uricel, pues era un jovencito cuando acompañaba a su padre quién lo llevaba para que aprendiera a delinquir, pues quería que heredará su lugar cuando él faltara, anduvo por el pueblo y en cada casa dejaba una cajita de regalo que contenía mucho dinero, la gente se sorprendía al ver que este hombre les estaba regalando dinero a diestra y siniestra. Uricel buscó fundaciones, los lugares más pobres y donó mucho dinero, esto le hacía sentirse mejor... tenía tanto que ni él se lo imaginaba, cuando descubrió que sólo metiendo su mano al bolsillo sacaba dinero...le.parecio fácil sacar y gastar en lujos, excentricidades, negocios, bienes y acumular dinero en cuentas de bancos, tenía todo el dinero del mundo para hacer lo que quisiera, la ironía era que no le alcanzaría la vida para disfrutarlo y que aunque así fuera su felicidad nunca sería completa sin él amor de Zara.

Por su parte Zara está feliz viviendo su etapa de embarazo, extrañaba que Uricel no volviera, pero pensaba que seguramente el había decidido alejarse después de ver que no había oportunidad con ella. Para su sorpresa Uricel llegó a visitarla y de inmediato Zara nota que está muy mal, se ve enfermo y demacrado, Uricel le pide que lo escuche pues tiene mucho por contarle. - Que fue lo que te pasó? Le pregunta Zara;        - Me estoy muriendo, le responde él, es una muerte lenta  y dolorosa,por eso quiero contarte varias cosas que debes saber, tal vez no me las vas a creer, pero necesito que lo sepas todo. - No sé qué sea lo que me quieras contar pero, me parece más importante que busquemos ayuda médica, te vez muy mal...- No, lo que tengo no tiene cura, continúa diciendo Uricel necesito que me escuches; - Está bien, voy a escucharte, responde Zara, si eso te hace sentir mejor. Uricel entonces procede a contarle a Zara todo lo que ocurrió, le contó sobre su pacto con la diabólica serpiente que encontró en el monte mientras deambulo decepcionado por sentir que ella no lo amaba y que iba a elegir estar con Don Felipe,le mostró su brazo para que le creyera y Zara quedó perpleja ante esto, pues recordó la serpiente que parecia tatuada y que apenas cubría la palma de su mano, pero ahora envolvía su brazo completamente. Continuaba contándole que desde ese momento tuvo todo el dinero que quiso y poder...y que pensó que con eso podía deslumbrarla, al ofrecerle comodidades, riqueza, y todo lo que ella quisiera; pero llegó justo para darse cuenta que ya Don Felipe se había adelantado y se habían comprometido en matrimonio, cosa que aumentó su dolor y su odio y por eso acabó con el cultivo de flores de Don Felipe...llegó al momento más difícil, que era confesar que él había mandado asesinar a Don Felipe el día del matrimonio; Zara le escuchaba atenta, le parecía una locura todo lo que él le contaba, pero atando cabos, todo parecía tener sentido; aunque por momentos repensaba y le parecía que por la agonía de Uricel estaba hablando disparates. En fin lo más duro sería escuchar de su boca esa dolorosa verdad que Uricel le iba a confesar.




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