Develando la verdad.

Después de un largo viaje, llegaron al lugar donde se encontraba aquel hechicero con el que esperaban hablar para saber que estaba sucediendo con él niño, tenían mucho miedo de lo que estaba pasando y allí anhelaban encontrar respuestas y soluciones. 

Efectivamente allí se encontraba aquel hombre quien pronto les atendió, él recordaba perfectamente a Uricel y estaba dispuesto a ayudarle; el viejo hechicero, estaba asombrado al ver que Uricel había sobrevivido a aquel diabólico pacto, pues por lo general ningún hombre había logrado burlar a la serpiente que terminaba matándolos y condenando su alma. 

Zara y Uricel le contaron cual era el motivo que los había llevado allí y toda su historia sin omitir detalles, y le mostraron la marca del niño en su manita; y al verlo el viejo quedó asombrado; - Realmente no entiendo, no había visto caso alguno..., no entiendo cómo el siendo un niño pueda tener esta marca, y más aún sin tener un parentesco de sangre contigo Uricel...---Entonces que podemos hacer?, pregunta Zara, angustiada. --Me gustaría hablar con usted unas palabras?...le dice el hechicero a Zara y le pide a Uricel que se retire con el niño. Comienza entonces a conversar con Zara y le pregunta --Porque ocultar la verdad?, me parece que sería mucho más fácil decir las cosas cómo son realmente. --No entiendo de qué habla...--No sé cuáles han sido tus motivos, pero el camino correcto es confesar la verdad; y debe ser pronto; está en juego la vida de tu propio hijo. Zara sale de allí abrumada y le pide a Uricel que se vallan pronto. Por supuesto Uricel pregunta de que hablaron y si el hechicero le dio alguna solución y ella no sabe responder... --¿ Que ocurre?, porque estás así; -- Te contaré cuando lleguemos a casa, estoy muy cansada...responde Zara. 

Retoman el viaje de regreso, que no ha sido muy alentador pues ambos se encuentran más confundidos que antes, llenos de incertidumbre y angustia. 

Zara por su parte lo único que sabe es que decír la verdad para ella no es una opción, para ella es mejor encontrar otro camino, otra forma, la verdad es para ella un arma de doble filo, no es nada fácil, pues en su mente resonaban las palabras del hechicero, quien le dijo que de su verdad dependía la vida de su hijo. No estaba en una situación fácil, y debería ser cuidadosa al tomar una decisión; además tendría que responderle a Uricel, qué fue lo que aquel hombre le dijo... 

Una vez llegan a casa Uricel le pide a Zara que le cuente que fue lo que el hechicero habló con ella...--Nada importante, sólo me hizo algunas preguntas y es todo...le responde Zara, --No entiendo, entonces porque saliste tan agobiada de allí; --Simplemente porque él no dio ni soluciones, ni respuestas, -- Bueno en ese caso sólo nos queda tener paciencia y esperar que esto no afecte al niño, quizás sea sólo un lunar, y nosotros estamos exagerando...puede ser una simple mancha que desaparecerá con el tiempo; Uricel trata así de tranquilizar a Zara. 

Llega el fin de semana y la abuela del niño llega a recogerlo, pues según lo acordado en la audiencia ella tenía derecho a llevarlo un fin de semana cada 15 días, así que muy puntual estuvo allí, lo cual era mortificante para Zara, pues temía que ella usará al niño infundiendole odio hacia a Uricel, y que en algún momento le hablara sobre el asesinato de su padre. Pero no había de otra que dejarlo ir...así que se despidió de él, con el corazón en la mano, Felipe lloró y se negaba a irse, pues era la primera vez que se separaba de su madre y de Uricel, Zara le consolaba e intentaba explicarle, mientras la abuela se lo arrebata de un Jalón y sin más se lo lleva. 

Zara se queda llena de nostalgia y preocupación, Uricel trata de animarla, diciéndole que el niño estará bien y que podrá jugar y compartir con sus medio hermanas, que pronto se adaptarán a estos cambios y todo será mejor.

En fin para Zara esta situación la descompensa, le arrebata el sueño y cada vez se le hace la carga más pesada, no sabe realmente qué hacer, y cada hora que pasa sin su hijo se le hace una eternidad; a pesar de que se comunica con él y sabe que está bien, aún así no se había separado nunca de él y le va costar mucho acostumbrarse a ello. Aunque le consuela que hubiese podido ser peor, si la custodia completa del niño se la hubieran dado a la abuela, ahí si lo hubiera perdido y no por un par de días, si no por mucho más tiempo. Para Zara y Uricel lo que vendría en sus vidas no sería nada fácil, y entre más tiempo pase, más complejo será mantener oculta la verdad, pronto Zara estará contra las cuerdas.