La mascota del Maestro [seho]

Capítulo Cinco

¿Bien? ¿Estaba bien? Suho levanto la cabeza para mirar a Sehun, preguntándose si Sehun había perdido el juicio. Por supuesto que no estaba bien. Acababa de tener sexo por primera vez en su vida. Y le había gustado mucho.

No entendía por qué Tao lo había mantenido protegido de esto. Si Suho hubiera sabido que este placer había estado allí esperándolo, él habría dejado hace años a Tao. No tenía ni idea de que podría ser de esta manera entre dos personas.

Suho quería más. —Así que, ¿cuántas veces podemos hacer esto?

Suho sonrió al escuchar la risa profunda que salió de la boca de Sehun. —Podemos hacerlo todas las veces que queramos. Sin embargo, mi pequeño maniaco sexual, tenemos primero que alimentarnos. No tenemos suficiente alimento, el combustible no es suficiente. El combustible no es…

—Sí, sí, lo entiendo. Sin combustible, no podemos. — Suho contestó mientras se sentaba de nuevo. —Yo soy un mecánico, ya sabes.

—No es así tú ya no lo eres. Ahora tú eres mi mascota.

—Sehun le recordó mientras él se retiraba con cuidado de Suho, y los hacía rodar hacia un lado.

—Si le agregas sexo a eso yo puedo estar de acuerdo contigo.

Suho sonrió cuando las cejas de Sehun se movieron. Suho era realista. Sabía que ahora pertenecía a Sehun. No había mucho que pudiera hacer al respecto, incluso si quisiera. Solo que no veía la necesidad de protestar.

Él estaba en una buena posición con Sehun y él lo sabía. Sehun era lo suficientemente grande y lo suficientemente fuerte como para protegerlo de casi todo y todos. Si todo lo que quería a cambio era a alguien que cuidara de él y que le diera alivio, Suho era todo lo que él necesitaba.

Eso significaba que iba a ser un esclavo sin mente, sin embargo. Sehun le había negado ese derecho desde el principio. Oh, Suho no tenía ninguna duda de que podría ser tan obediente como debía. Él todavía tenía dudas acerca de por qué Sehun había matado al hombre en la planta baja.

—¿Tu puedes estar de acuerdo? —Sehun preguntó.

Suho se encogió de hombros. —Suena mejor mascota sexual. Me da un nombramiento definitivo, ¿no crees? quiero decir, cualquiera puede ser una mascota. Pero yo soy una mascota sexual. Yo soy más que una mascota normal. — Suho razonó. Sonaba plausible para él.

Sehun lo miró fijamente, en silencio durante un largo tiempo, Suho se preguntó si había sobrepasado sus límites. Era más que una broma. Suho quería ser más para Sehun que una mascota, pero no estaba totalmente seguro si le gustaría que lo llamaran mascota sexual. Tal vez Sehun no tenía sentido del humor.

—¿Mascota sexual? —Sehun dijo mientras rodaba hacia un lado de la cama y bajaba las piernas.

Suho se empujó con el codo hacia arriba, mientras miraba a Sehun sentarse. —Tú no tienes que llamarme mascota sexual, si tu no lo deseas. Acabo de pensar… —Suho dejó de hablar cuando Sehun se puso en pie y caminó hacia el baño, dejando a Suho sin palabras.

Bien, Sehun no tenía sentido del humor. Y obviamente, Suho iba a seguir siendo una mascota y no iba a ser ascendido a una mascota sexual. Tal vez no se había ganado el derecho a ser considerado la mascota sexual de Sehun.

Y tal vez Sehun no había quedado satisfecho con él. ¿Por qué debería estarlo? ¿Suho qué sabía acerca del sexo? Todo lo que sabía lo había aprendido en las últimas horas de Sehun. Que no era mucho como para aprender cómo agradar al líder de los Death Dealers.

Cuando Suho se rodó a un lado de la cama y se sentó, él realmente deseaba haber mantenido la boca cerrada. Él no debería haber dicho nada en absoluto. Era obvio que Sehun estaba molesto con él. Sehun no podía estar absolutamente enojado, pero no parecía satisfecho, tampoco.

—Vístete y te llevaré a la planta baja para comer con Lay.

Suho miró hacia arriba para ver a Sehun caminar de regreso a la habitación. Lo vio cruzar la habitación hacia la cómoda y agarrar una camisa de color negro y metérsela por la cabeza. Entonces agarró un par limpio de pantalones color negro y algunos calcetines.

—Sí, Sehun —Suho respondió en voz baja mientras se levantaba y se acercaba a su bolsa de ropa sucia. Metiendo la mano en la bolsa, Suho sacó un par de artículos fuera a la vez, los olio para ver si estaban más limpios. Después de olerlas finalmente se puso una camisa de color marrón oscuro y un par de jeans gastados.

Suho volvió a mirar a Sehun, sus ojos al instante fueron al collar y la correa que Sehun sostenía en su mano. Él no quería usarlos. Se dirigían a la planta baja donde todos podrían verlo, todo el mundo sabría lo que era.

—No es necesario eso —Suho dijo rápidamente. —No voy a escapar.

—No estoy preocupado por que escapes, Suho. Hasta que pueda marcarte permanentemente, tú tienes que usar el collar cuando salgamos de la habitación.

Suho hizo rodar su hombro un poco. Él miro el collar y la correa con disgusto. —¿Solamente puedo llevar el collar? — Tal vez eso no sería tan malo. El espíritu de Suho se cayó cuando Sehun negó con la cabeza. Cerró los ojos brevemente, orando por conseguir valor, para sobrevivir a su nueva vida con cierta dignidad.

Abriendo los ojos, Suho se acercó a Sehun y se dio vuelta para que le pusiera el collar en el cuello. El cuero negro se sentía frio contra su piel cuando Sehun lo envolvió alrededor de su garganta e hizo clic al cerrarse la cerradura.



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En el texto hay: mascotas, bdsm

Editado: 28.05.2023

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