La mascota del Maestro [seho]

Capítulo Ocho

El cuerpo de Sehun dolía tanto que se sorprendió de poder caminar. Él se había sentido agotado antes de que la alarma se apagara. La adrenalina que atravesó su cuerpo lo ayudó en las siguientes horas, pero ahora que la batalla había terminado, podía sentir sus huesos doloridos. Él no quería hacer nada más que meterse a la cama con Suho y dormir durante una semana.

Sehun pensó en su pequeña mascota, rezaba para que él se hubiera mantenido a salvo. La batalla había sido muy sangrienta. Había perdido a tres luchadores, y muchos más habían resultado heridos. Sehun aún no podía entender por qué habían atacado la ciudad.

No había tenido problemas con los habitantes de la noche por varios meses. No es que los habitantes de la noche no quisieran atacarlos, más bien les tenían miedo. Sehun había hecho un buen trabajo después de tomar el liderazgo de los Death Dealers para asegurarse que todo el mundo supiera qué hacer si los atacaban.

Sehun cuidaba de lo suyo, y era implacable con los que trataban de tomar algo de él. Sehun consideraba a todos los miembros de su banda, amo y mascota por igual, como suyos. Eso incluía cada centímetro de la zona donde habían establecido su refugio del mundo.

Sehun entró al hotel. Hizo una mueca por todos los cuerpos heridos que se encontraban por todas partes. Parecía que la mayoría de las heridas eran superficiales. Sin embargo, unos cuantos, parecían estar en peligro de morir. Él esperaba que cada uno se salvara.

—Hey, Jefe, necesitamos que tu mires esto.

Sehun se volvió para ver a Xiumin de pie junto a él. Xiumin se veía tan mal como Sehun se sentía. Sangre seca de un lado de la camiseta. Tenía un pequeño corte en su cara de lado de su ojo derecho, que estaba hinchado y morado.

—¿Ya te revisaron? —Sehun le preguntó mientras le hacía un gesto a las heridas de Xiumin.

Xiumin se echo a reír. —¿Oh, esto? —él preguntó mientras hizo un gesto hacia su cara. —No está tan mal. Nada que una suave cama y una cerveza fría no resuelvan. ¿Y tú como estás? Ese corte tiene un aspecto muy desagradable.

Sehun se miró la herida en el tórax. Reconociendo que el dolor empeoraba. Era un pequeño corte en comparación con los demás, solo un par de centímetros de largo, pero lo suficiente profunda para que todavía sangrara.

—Supongo que podría usar aguja e hilo.

—Ven aquí y déjame arreglarte rápido, y luego podemos subir por las escaleras y reclamar a nuestros niños.

Sehun se sentó en una silla que Xiumin le señaló y sostuvo su brazo sobre su cabeza. Podía oír la preocupación en la voz de Xiumin cuando mencionó a Suho y Jongdae. Sehun sentía más o menos lo mismo. Él también estaba preocupado por su seguridad.

—Xiumin, ¿puedes pensar en alguna razón por la cual los habitantes de la noche podrían habernos atacado ahora? No habíamos tenido ningún problema con ellos en meses. — Sehun le preguntó a Xiumin mientras este trabajaba en su herida. Él siseó, su cuerpo se sacudió mientras Xiumin lo cosía. ¡Mierda, eso dolía!

—En realidad no, pero no es como si estas cosas necesitaran una razón para atacar a alguien. Ellos viven de esa manera. — Xiumin respondió.

—Creo que tenemos que doblar la guardia por un tiempo. Tal vez nos atacaron, porque nos hemos vuelto demasiado confiados.

—Tal vez — Xiumin dijo —Y tal vez nos atacaron porque eso es lo que hacen. No trates de adivinarlo, Sehun. Son monstruos sin mucho sentido. Ellos matan y destruyen. Tú no hiciste esto.

—No, pero sigo siendo responsable. Estas personas confían en mí para protegerlos. Los defraudé.

—Mierda, hombre, no lo hiciste. Si no fuera por ti, muchos más de nosotros estaríamos muertos ahora mismo. Tú nos diste un hogar aquí, un lugar donde podemos tener una familia y vivir en paz. Solo trata de recordar eso.

Sehun se burló. —Eso díselo a las familias de los tres hombres que murieron esta noche.

—Termina con eso. — Xiumin se echó a reír. —Tú eres un hombre Sehun. No eres Dios. Hay mucho que puedes hacer, y lo haces. Los habitantes de la noche atacarán, te guste o no. Y no importa lo duro que trates de protegernos, algunos de nosotros vamos a morir. Eso es un hecho de la vida ahora.

—Bueno, ¡eso es una mierda!

—Es cierto que lo es. Por desgracia, es nuestra realidad ahora. — Xiumin le dio unas palmaditas en el hombro a Sehun. — Bueno. Estás listo. Trata de no hacer nada que te reviente los puntos, no importa lo mucho que Suho lo quiera.

Sehun se echó a reír. —Si, no te creerías lo que él me estaba enseñando antes de que la alarma se activara. Demonios seguro lo vio en un libro, también.

—¿Oh, sí? — Xiumin lo miró intrigado.

Sehun negó con la cabeza. De ninguna manera le iba a decir a Xiumin sobre la mamada que Suho le había dado. Solo había algunas cosas que él no compartía con nadie. Sin embargo, podría compartir el libro con Jongdae. —Ven, vamos a ver a nuestros niños.

Sehun y Xiumin se abrieron paso hasta las escaleras. Cada paso llevaba a Sehun más cerca de donde quería estar. En el momento en que llegó hasta arriba, prácticamente corría. Corrió por el pasillo y abrió la puerta de su habitación.



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En el texto hay: mascotas, bdsm

Editado: 28.05.2023

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