La mascota del Rey Alfa

5. El gusto del duque es algo único

Esther se recompuso rápidamente y comenzó a enseñarme todo lo que debía saber de la Academia Real. Como estaba curiosa por todo, le presté especial atención a sus palabras. Aunque la chica me pareció un poco chismosa, no parecía ser una mala persona, ni tener malas intenciones.

— Escuché del director que tu caso es especial, ya que fuiste criada por humanos así que todo esto debe ser algo confuso para ti. No te preocupes, poco a poco te irás acoplando. Si tienes alguna duda solo dímelo.

Tras decir aquello Esther me entregó un sobre de manila. Lo miré con confusión. ¿Qué era esto? ¿Dinero? Ella, al notar mi estado confuso, soltó una risita mientras me explicaba lo que había dentro del sobre.

— Dentro está tu horario, un mapa de la academia, también hay un libro con las reglas y un manual de estudiante. ¡Ah! También está el correo y contraseña institucional que te servirá para presentar los trabajos. Todo se maneja de manera electrónica. Por cierto, es obligatorio que te unas a un club, en el sobre también está una lista con los clubs disponibles.

¿Qué era esto? ¿Por qué había tantas cosas por hacer? Abrí el sobre y saqué mi horario de clases, al ver las asignaturas impartidas no pude evitar sentirme frustrada.

— ¿Qué es todo esto? ¿Por qué estoy viendo estás materias básicas? ¡Me estaba especializando en informática porque odiaba las ciencias y la historia! ¿Por qué están en mi horario? Debe haber un error — me queje.

— No lo creo. Ya sabes, aunque nuestro sistema educativo es similar al del mundo humano. Hay algunas diferencias. Por ejemplo escuché que estabas en tu último año de secundaria, pero aquí aún te faltan tres años más para graduarte de la academia. Cuando salgas, puedes elegir una especialización y, en un año obtener un certificado para la carrera que desees.

— ¡Esto es una basura! ¿Cómo puede suceder esto?

— Entiendo tu malestar. Pero, ánimo. Ahora estás con los tuyos. Debes verle el lado positivo.

Bueno, no podía verle el lado positivo a este enredo. Y además, todos parecían mirarme como un bicho raro. No pude evitar darme cuenta de que mientras Esther me explicaba la situación de la academia, muchos de los estudiantes me echaban miradas curiosas, algunos me observaban con desdén, otros con curiosidad. Me sentía como un mono de circo, expuesto a la vista de todos.

— Vamos, te guiaré hasta donde está el salón de clase. Por cierto, somos compañeras.

— Eso me alivia un poco. Con lo perdida que me siento, tuve la breve idea de regresar con el duque y rogarle que me permita marcharme.

— ¿Y él te dejará ir fácilmente?

— Lo dudo — respondí al recordar sus palabras. — Ni siquiera sé cómo llegué aquí.

— Aunque no me gusta tu situación con el duque, pero es mejor que te quedes aquí en Norden, al menos hasta que puedas pasar tu ceremonia de transformación.

— ¿Ceremonia de transformación?

Ella no me está diciendo que también me convertiré en un perro del infierno… digo lobo.

— Sí, cuando cumplimos 18 años, debemos pasar por una ceremonia de transformación. Es cuando nuestro lobo interior es liberado, gracias a la virtud de nuestra Diosa Luna.

Quiero llorar, quiero llorar.

¡Yo no quiero transformarme en un monstruo!

— ¿Hay alguna manera de detener la transformación? — pregunté esperanzada.

Esther me dio una mirada llena de lástima mientras cortaba mis esperanzas con una sola palabra.

— No.

Bueno si me transformó en un lobo al menos quiero ser la más hermosa con el pelaje más suave y el aullido más dulce y… no, no quiero hacerlo. ¡No quiero ser un perro!

Dios, ¿acaso es porque me quedé dormida en la misa? ¿Por qué me estás tratando como si yo hubiese sido quien le cortó el cabello a Sansón?

Esther soltó una carcajada al notar mi renuencia.

— No te preocupes. No es doloroso y te sentirás liberada.

— ¿Acaso ya tuviste tu ceremonia de transformación? — le pregunté con curiosidad.

— Sí, así que no te preocupes.

— ¡Asombroso!

Aunque dije aquello todo fue de dientes para afuera. No le encontraba nada asombroso. Me pellizqué el brazo para ver si estaba soñando, sin embargo, sabía que no lo estaba haciendo, ya que para ser un sueño estaba durando demasiado.

Suspiré resignada a mi nueva realidad. Debía encontrar mi camino aquí en este lugar. Mire con absoluta fascinación a mi alrededor. No solo la academia se veía majestuosa sino los estudiantes dentro de ella. Las chicas caminaban luciendo accesorios de lujo, collares de marcas reconocidas a nivel mundial, bolsos asombrosos de la última temporada. Los chicos conversaban sobre el mercado de valores, mientras revisaban algunos gráficos en sus celulares de gama alta, incluso los gemelos que adornaban sus uniformes se veían caros.

— ¡Genial! — exclamé al notar que no tenía nada que envidiar, ya que el duque me preparó todo tipo de accesorios lujosos. Al menos tenía conciencia.

De pronto el ambiente se tornó un poco extraño, pesado como si hubiese una presión el aire o la gravedad hubiera aumentado. Esther detuvo sus pasos y los demás estudiantes también lo hicieron, el ambiente bullicioso se tornó silencioso. Contemplé con curiosidad la razón de este tipo de comportamiento.

¿Qué podía hacerlos actuar así? ¿Por qué me sentía incómoda como si debiera arrodillarme?

No tuve que esperar mucho tiempo para obtener la respuesta. Con pasos pesados y un aura imponente, tres chicos y una chica se acercaron caminando. Ellos eran absolutamente asombrosos. Tenían algo a su alrededor que los hacía brillar. Por un momento pensé que estaba atrapada en la escena de un anime o de un drama escolar. Cuando aquellas personas terminaron de pasar, Esther me agarró de la mano mientras llevaba la otra mano a su corazón.

— ¡Casi me muero!

— ¿Quiénes son ellos? — pregunté con curiosidad.

— ¡No sabes quiénes son ellos! ¡Ah! ¡Es cierto! Eres nueva. Ellos están en la cima de nuestra pirámide social. Son los alfas de los alfas. "Sangres Puras" absolutos de nuestra especie, sabes, hay muy pocos alfas sangre puras. Por lo que su mera existencia es algo fascinante. Creo que puedes sentir que ellos son diferentes. El ambiente, el aura a su alrededor y esa absoluta presión de que son seres superiores.




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