Me sentí un poco cansada mientras entraba al salón del club de arte.
La clase de historia se sintió como un completo martirio, no me gustaba porque había tantos nombres para aprender y fechas que recordar. Además de que la historia del reino de Norden era bastante extensa y terminaba por distraerme cuando escuchaba algo fantástico.
— Será que alguno de los príncipes se unirá a este club.
— Creo que vi a su Alteza Asther.
— Me gustaría que su Alteza Bastián también se una a nuestro club. El príncipe Asther puede ser hermoso, pero es tan inaccesible.
— Yo quisiera que estén todos ellos aquí. Nuestro club sería tan animado e incluso podríamos utilizarlos como modelos.
— Sueñas.
Suspiré mientras escuchaba los murmullos a mi alrededor. Ellos parecían siempre estar en la boca de los demás. Quizás por su identidad y su estatus dentro de la sociedad. Me podía imaginar la poca privacidad que han de tener y la presión que siempre han de sentir al estar bajo el escrutinio público.
— Eso debe ser agotador.
Pronto se escuchó el timbre y el profesor a cargo del club ingresó, al lado de él se encontraba Asther.
— Veo que tenemos un grupo reducido está vez — comentó para sí mismo mientras miraba a los cinco estudiantes incluyendo a Asther dentro del salón. — Bueno, queridos estudiantes, mi nombre es Edwin y estaré a cargo del club de arte. La mayoría de estudiantes que se unen a este club ya tienen sus bases establecidas en lo que respecta al arte. Pero si hay alguien que tenga problemas o tenga alguna inquietud no dude en preguntar. Siempre estaré feliz de ayudarlos.
Nadie levantó la mano para pedir la palabra. Por lo que el profesor continuó explicando las actividades que se llevarán a cabo en el club. Lo cual era simple, él dijo que podíamos utilizar el tiempo en el club para cualquier cosa, pero al finalizar el mes debíamos presentar una pintura de temática libre. También nos señaló los materiales y demás.
— Solo me encargo de monitorearlos. Los dejo. Cualquier cosa estoy en la oficina.
Tras decir aquello salió del salón.
Mis ojos se iluminaron en cuanto vi la espalda del profesor en retirada. Pensé que estar en un club sería horrible, pero no fue así. Era mucho más flexible de lo que supuse.
Observé a mi alrededor con curiosidad, las chicas a mi lado se dispusieron a buscar un lienzo mientras charlaban de temas al azar. Podía darme cuenta de que le echaban miradas discretas a Asther, el cual se recostó sobre el escritorio como si planeara dormir el resto del tiempo.
No sabía la razón, pero sentí que había algo diferente en su actitud. Desde esta mañana me di cuenta de que él no parecía mirarme con odio. Su mirada seguía siendo fría como el hielo, de igual manera seguía tratándome como si fuera aire. Pero, había algo más.
Lo miré por un momento antes de levantarme e ir a buscar algunos materiales. Después de que me enteré de la fiesta de cumpleaños de mi padre, planeé dibujar un retrato familiar como regalo. Y ya que no tenía mucho tiempo, tuve que empezar desde ahora.
Mientras veía el lienzo en blanco, no pude evitar cuestionar si me debía incluir en el retrato familiar o no.
— Decisiones, decisiones. Bueno primero hagamos un pequeño bosquejo, luego decidimos — me dije a mí misma.
No sabía cuánto tiempo pasó, pero cuando termine de dibujar, era la única persona en la habitación. No, Asther también estaba. Mire la hora en mi celular, ya eran casi las 5 pm.
— Continuemos mañana — dije mientras contemplaba cómo debía ir a casa. No estaba segura si el chófer estaría esperándome. Pensé mientras guardaba los materiales.
— Es un retrato familiar, pero, ¿por qué no estás ahí? — susurró una voz cerca de mi oído.
Como estaba tan metida en mis pensamientos no me di cuenta de que Asther se había acercado, por lo que casi se me sale el corazón del susto.
— No puedes acercarte así de la nada. ¡Me asustaste!
— No era mi intención.
Asther me miró con frialdad como si mis palabras hubieran tocado un punto sensible. Luego llevo una de sus manos al lado izquierdo de su cara como si quisiera comprobar que la máscara aún estaba ahí. Al notar el cambio en su expresión y sus acciones me di cuenta de que había malinterpretado mis palabras.
¡Oh, no! No podemos dejar esto así.
— Tu belleza casi me provoca un infarto. Y respondiendo a tu pregunta, ¿acaso estás ciego, querido príncipe? Yo también estoy incluida en este retrato familiar.
— ¿Dónde?
— Aquí — señalé un árbol detrás de mi padre — Ahí estoy yo, trepada junto con mi gato Serafín. Cuando lo termine verás lo hermosa que me veré.
Asther me miró como si fuera una idiota. Bueno, también pensaba que era una idiota. Pero me sentí ofendida de que él lo piense. No es que no me quisiera incluir en el retrato familiar. También quería hacerlo. Pero no quería crear problemas a mi alrededor, ni arruinar el ambiente de la fiesta. Después de todo dudaba que a Emily le hiciera gracia verme en un retrato familiar, quizás lo tomaría como una ofensa o burla. Por lo que era mejor prevenir. En cuanto a si mi padre preguntaba la razón puedo excusarme con que lo olvide o cualquier cosa.
— Eso es ridículo — comentó Asther.
Hice un puchero mientras lo miraba. Si no fuera porque él era un príncipe hace rato lo hubiera golpeado.
— Tú eres ridículo — le dije risueña — Por cierto, ¿cuándo es tu cumpleaños? También quiero hacerte un retrato. Prometo no hacerte feo.
— No necesitas saberlo.
— De igual manera lo averiguaré.
Asther me miró con el ceño fruncido para luego empezar a caminar hasta la salida del salón.
— No te equivoques. El que está hablando contigo no significa que seamos amigos.
Quise preguntarle, ¿entonces si no le agradaba, para qué pierde su tiempo entablando una conversación conmigo? Había muchas más cosas productivas que hacer como rezar que hablar con alguien que no te agrada.
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Editado: 17.11.2024