La mascota del Rey Alfa

17. Tú y yo no somos amigos

Mia

A la mañana siguiente, mientras le cortaba las uñas a mi gato, recibí una visita inesperada. Era una modista la cual había venido a mostrar algunos vestidos.

— Señorita, la modista la está esperando en el vestíbulo. Vino a tomar sus medidas y a mostrarle su catálogo, tanto a usted como a la señorita Emily — me informó Giovanna.

— Está bien. Solo iré a lavarme las manos.

Giovanna sonrió en respuesta.

Lancé un suspiro mientras entraba al baño. No quería estar en la misma habitación que Emily. Aunque en los últimos días me trataba como si fuera invisible. No podía predecir qué diría a continuación. Estos últimos días se estaban sintiendo como un regalo, que no quería que se arruinen con un mal comentario. Pero tampoco era como si no pudiera ir.

Salí del baño y miré hacia la ventana de mi habitación. El sol brillaba arriba en el cielo como si fuera una gran fogata.

— Vamos — le dije a Giovanna.

Mientras salía de la habitación le eche una mirada a Serafín el cual se escabulló hacia el balcón quizás a hacer sus necesidades o a trepar algún árbol. Poco a poco se estaba adaptando a este nuevo entorno, podía ver que muy pronto se convertiría en el rey de esta mansión y del barrio.

Solté una risa al imaginarlo.

— Está feliz por el nuevo vestido. Madam Débora es una modista muy reconocida, sus vestidos son usados hasta por la familia real. Incluso se ha hecho un nombre en el mundo humano.

No aclaré su malentendido y solo sonreí. Pronto llegamos hasta el vestíbulo en dónde un aroma floral fue lo primero que asaltó mis sentidos. Luego mis ojos se fijaron en las dos personas sentadas en el sofá. Emily mantenía una expresión orgullosa. La otra persona era Madam Débora la cual era una mujer elegante de cabello rojo, el rojo de su cabello podía competir incluso con un semáforo.

— Buenos días — saludé.

— Hola querida, soy Débora, la diseñadora de moda número uno en el reino de Norden.

Después de presentarse, nos entregó un catálogo a Emily y a mí.

— Aquí hay algunos de mis diseños, elijan el que más les guste, también traje algunas muestras. Ya después le ajustamos las medidas.

Ante sus palabras, me senté y empecé a revisar el folleto. Los diseños mostrados eran sumamente hermosos. Todos tenían cierto aire juvenil, ni demasiado escotados o anticuados. Pero el que captó mi atención fue un vestido con corte de princesa de color verde, quizás porque el verde era el color de mis ojos.

— Este de aquí me gusta — le dije sonriente.

Madam Débora miró con curiosidad cuál había sido mi elección. Luego, asintió de manera aprobatoria.

— Excelente elección. Pensé que te iba a tomar más tiempo.

— Este me gustó, fue amor a primera vista — le dije.

Después de decir aquello, mire a Emily con curiosidad. Me sentí intrigada por ver cuál sería el vestido que ella iba a usar. Pero ella ni siquiera había abierto el folleto.

— Revisaré cuidadosamente los diseños, luego le informaré cuál me gustó — mencionó con seriedad.

— No se preocupe tómese su tiempo, si no encuentra uno de su gusto, déjelo saber, tengo aún más diseños.

— Muchas gracias.

Luego de que Emily dijera aquello se levantó sin echarme una mirada para luego salir de la habitación.

— Debe estar preocupada por la situación en la frontera con los nuevos ataques — murmuró para sí misma dejándome confundida. — Entonces, señorita Mia, le tomaré sus medidas.

— ¿Qué está pasando en la frontera? — cuestioné intrigada.

— Se han detectado ataques en algunas ciudades cercanas. Aún no se sabe si es por parte de los vampiros o los cazadores. Si es por parte de los cazadores no es algo nuevo, pero si es de parte de los vampiros, se podría iniciar una guerra.

¿Guerra? ¿De qué estaba hablando? No me diga eso.

Tal vez al notar mi mirada de condición, Madam Débora se apiadó de mí y decidió sacarme de mi ignorancia.

— Deberías prestar más atención a la clase de historia — dijo llena de sonrisas — La enemistad entre los hombres lobos y los vampiros ha existido durante siglos, siempre hemos estado en constante lucha. En el pasado hubo una guerra que duró cerca de 200 años en los que muchos de nuestra especie perecieron a manos de vampiros y cazadores. Solo desde la fundación del reino de Norden, en dónde el Rey fundador Enrique Logus Velarium decidió reunir a las manadas dispersas en un solo lugar bajo la premisa de que unidos somos más, por lo que la guerra por la supremacía tuvo que llegar a un punto muerto. Pero eso no quiere decir que haya terminado. En cualquier momento se puede desatar de nuevo. Y es por eso que siempre están haciendo controles en la frontera.

— Eso es sorprendente — mencioné.

— Sí, el duque Storm es el encargado de ir a revisar los puestos de control. Por lo que Emily ha de estar preocupada.

Esa era una información de la que no estaba al tanto. Por lo que miré hacia el lugar en el que había desaparecido Emily con emociones encontradas. Ahora entendí un poco la razón por la que durante toda esta semana ha estado luciendo decaída y pensativa.

Pronto, la modista tomó mis respectivas medidas, también me informó que el vestido estaría disponible para el día viernes.

Después de despedirla, no me dirigí directo hacia mi habitación, sino que salí de la mansión y decidí dar una pequeña caminata. Puse algo de música en mi celular, mientras cantaba o al menos trataba de cantar la canción del Titanic, llegué hacia un lugar algo alejado de casa. Ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba caminando, ya que me concentré demasiado en la canción, la cual había estado en un bucle.

— ¿Dónde estaré? — dije poniendo pausa a la maravillosa voz de Celine Dion.

Contemplé el paisaje a mi alrededor y todo era verde, había árboles de diferentes portes y especie a mi alrededor. Supuse que si giraba sobre mis talones y regresaba llegaría a la mansión. Pero, al mirar el letrero de «No Pasar» junto con las bellas flores que sobresalen tentativamente.




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