La mascota del Rey Alfa

22. ¿Tienes a alguien que te guste?

Mia

¡No me digas que Emily está enamorada de Asther! Deben ser sólo ideas mías, ¿cierto? Sin embargo, mientras contemplaba la mirada desolada en el rostro de Emily, me di cuenta de que mis suposiciones no eran para nada erradas.

Emily tenía sentimientos especiales hacia Asther. Al darme cuenta de esto, algunas cosas tuvieron sentido para mí.

— No, no estamos saliendo — le dije a Emily, no querías que entre ella y yo haya más malentendidos.

Pero, Emily ni siquiera me miró, sus ojos estaban puestos en Asther. Parecía que si él no decía con su propia boca que no estábamos saliendo, ella no me iba a creer.

— Lo siento, su alteza, creo que mi pregunta fue algo abrupta. No debería importarme si ustedes dos están saliendo o no. Es solo que…

Tras decir aquello, Emily se mordió el labio como si estuviera tratando de reprimir algo. Parecía que sí le importaba y mucho.

— No estamos saliendo — insistí.

Pero no sabía si me había convertido en un fantasma o si me había quedado muda, ya que Emily me seguía tratando como si fuera aire. Por un momento me sentí aterrada, por lo que miré mis manos con consternación.

— Asther, ¿puedes verme?, ¿puedes escucharme?

Balanceé mi mano sobre su rostro con un poco de desesperación. ¿Y si me hubiera hecho invisible? ¡Señor, no quiero ser invisible!

— Acaso no es obvio — replicó Asther, sus labios se curvaron en una sonrisa imperceptible.

— ¡Puedes escucharme! Por un momento pensé que me había convertido en un fantasma — dije aliviada.

Asther sacudió la cabeza como si pensará que no tenía remedio, le saque la lengua a modo de juego. Después confronté a Emily, quise decirle de nuevo que entre Asther y yo no había nada, sin embargo, antes de abrir la boca me retracte, de todas maneras no iba a ser escuchada.

— Lo siento por interrumpir. Yo…

Emily negó con la cabeza para luego salir corriendo como alma en pena, sentí un dolor de cabeza al reflexionar que otro gran malentendido se había formado en su cabeza.

— ¡No estamos saliendo! — grité a nadie en particular. — ¿Por qué no me escucha? Lo que sea, allá ella con las novelas que se arma en su cabeza.

— Emily... ella, se ha vuelto demasiado emocional. Pensé que tú eras la única loca, pero veo que es de familia.

Asther susurró confundido. Parecía que él no entendía la razón por la que Emily estaba actuando así.

— Debiste decirle que no estábamos saliendo — mencioné a modo de reproche mientras contemplaba la luna en el cielo oscuro.

Asther suspiró como si estuviera cansado.

— Se lo diré en la próxima ocasión. Es solo que me sorprendió mucho que apareciera de la nada mientras…

Asther no continuó sus palabras, parecía algo avergonzado, al notar su estado me di cuenta de que Emily justo apareció en el momento exacto en el que Asther dijo que me quería.

— Esto es un infierno — mencioné.

Asther suspiró parecía mientras me observaba.

— Emily no es una mala persona — mencionó Asther con la voz pausada mientras sus ojos miraban directamente hacia los míos.

— Yo tampoco lo soy, es más, soy más buena que el pan — bromeé.

— Lo que quiero decir, es que la conozco desde que éramos niños, no sé lo que le pasó ayer para que se comporte así, pero siempre ha sido una persona justa, así que solo dale algo de tiempo…

Lo interrumpí antes de que siguiera hablando. Está situación me estaba poniendo enferma. No es que odiara a Emily, pero estaba cansada de escuchar las mismas palabras de todos.

— ¿Por qué todos la defienden? Ya sea mi padre, mi hermano o tú, todos tienen algo que decir a favor de Emily haciendo que parezca mezquina y egoísta por no comprenderla. Sabes, también perdí a mi madre, no solo eso, tras su muerte me enteré de que soy alguna especie de hombre lobo, y vine en contra de mi voluntad a este lugar en medio de la nada, en dónde parece que no soy bienvenida porque me desprecian por ser una hija ilegítima. Pero aun así estoy tratando de verle el lado positivo a todo esto. Dime, Asther, ¿qué más debo hacer?

Me mordí el labio para evitar seguir hablando, había dicho demasiado. Pero, la verdad, es que el peso que había estado atascado en mi corazón se sintió más liviano.

— Lo siento — se disculpó. — Es solo que…

Cortó sus palabras como si no le viera el caso a seguir hablando. Noté que hacía mucho esto de dejar frases sin completar.

— Lo que sea. No importa. Mejor regresemos al salón y bailemos. Giovanna dijo que muchos chicos me sacarían a bailar, pero aún ninguno lo ha hecho. Así que me debes un baile — mencioné mientras me acercaba a Asther.

Él me miró con aquellos ojos azules que en este preciso momento bajo la oscuridad de la noche parecían estrellas.

— No sé bailar.

— Tampoco sé hacerlo. Así que seremos dos robots juntos — dije, llena de sonrisas.

— No quiero. Busca a alguien más.

Ante la negativa de Asther, fruncí los labios mientras pensaba en cómo hacer que acceda a mi petición.

Lo tengo, psicología inversa.

— ¿Es porque te avergüenzo? También me estás menospreciando porque soy una hija ilegítima. — dije mientras fingía sollozar.

— Está bien — accedió Asther a regañadientes.

Pegue un pequeño salto de alegría mientras guiaba a Asther hasta el centro del salón en donde varias parejas estaban bailando al son de la música.

Sonreí mientras buscaba un lugar, pero, en cuanto observé que bailaban de una manera que solo he visto en películas clásicas, me arrepentí un poco de mi decisión, ya que los únicos pasos que conocía eran los del vals.

Me encogí de hombros mientras pensaba en divertirme.

— Solo debes seguir mis pasos — le expliqué a Asther.

Asther levantó una ceja mientras colocaba una mano en mi cintura. Trague saliva al sentir su cercanía, de nuevo, mi corazón empezó a latir de manera errática mientras inhalaba el olor de su colonia.




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