La mascota del Rey Alfa

23. Es mejor si no lo haces

La música se detuvo al igual que mi respiración mientras esperaba la respuesta de Asther. Mis ojos estaban fijos en los suyos como imanes opuesto que se atraen, el verde de mis ojos se enfrentaba al azul de los suyos. No podía alejar mi mirada, no podía escapar de la jaula en la que me tenía cautivada.

— ¿De qué estás hablando?

Asther rompió el silencio sin quitar sus ojos de los míos.

Vamos, pensé que fui clara con mi pregunta. ¿Por qué no podía responder con un sí o con un no? ¿Acaso era tan difícil mi pregunta que necesitaba una explicación? No le pedí que me dijera la cura del cáncer, solo le pedí que me dijera si tenía a alguien que le guste. Lo que sea.

— Ya sabes, hablo de si tienes a alguien que te agrade, que te haga palpitar tu corazón — le expliqué.

Asther dudó por un momento como si lo estuviera pensando.

— Eso, bueno… hay alguien — respondió con una sonrisa imperceptible.

Ante su respuesta no solo sentí que me caía un balde de agua fría, sino que me sentí ansiosa. Trate de calmar mis emociones mientras trataba de hacer como si no me importará su respuesta. Pero me importaba mucho. Necesitaba una explicación, qué clase de hada había capturado el corazón de este joven de boca dura, incluso había hecho que sonría con su solo pensamiento.

Pronto una nueva canción inició, las personas a nuestro alrededor empezaron a bailar siguiendo el ritmo de la música. Sujeté los hombros de Asther mientras me acercaba a él y lo contemplaba.

Él se veía feliz ante la mención de esta persona desconocida.

— ¿Quién es? — pregunté bajando la mirada.

Era Emily, ¿verdad? Debía ser ella la persona que le gustaba a Asther, ¿cierto? Siendo ella tan bonita y femenina, a quien no le gustaría. Todos parecían amarla. Además, era lo más obvio, ambos eran amigos de la infancia. Tenían su propia historia sea cual sea.

Al pensar en esto una maraña de emociones se formó en mi corazón. Desde tristeza hasta decepción, por alguna razón no quería que a Asther le gustará Emily. Quise pensar que la razón por la que ni quería que a él le agrade Emily, era porque si eso sucedía, él se iba a poner del lado de Emily.

Sí, era por eso que me sentía angustiada.

— Su nombre es Petra — confesó, Asther —. Es muy pegajosa y algo tonta. Ahora que lo pienso se parece mucho a ti.

Ante la mención de un nombre desconocido, no pude evitar mirar a Asther de manera acusadora. Incluso se atrevió a compararla conmigo.

— ¿Quién se parece a quién? — refute alejándome de él.

Asther se rio de manera suave ante mis palabras, hice un puchero sintiendo una sensación de traición e injusticia.

— Mi tortuga Petra se parece mucho a ti — confesó volviendo a su expresión seria. — ¿Por qué estás tan enojada?

— ¡¿Quién está enamorada de ti?! — susurré mientras enterraba mi cabeza en su pecho debido a la vergüenza que estaba sintiendo por saltar a conclusiones erradas.

Asther se rio suavemente.

— ¿Por qué estás siendo tan malo? — le pregunté sintiendo mi cara arder.

— Porque es divertido molestarte — mencionó con ligereza.

— ¿Acaso soy un payaso? — repliqué a modo de juego — Si es así deberías pagar por mi show.

Asther no dijo nada, solo me observó con sus ojos escrutadores que parecían ver a través de todo, como si fueran espejos.

Baile junto a Asther por un tiempo, ni siquiera estaba segura si lo hacía bien o mal, tampoco me importaba, solo quería divertirme. Después de bailar con Asther, baile con Ciel, el cual apareció como un rayito de luz.

— Está noche te ves especialmente bonita, Mia.

Ciel mencionó con las mejillas sonrojadas. Él estaba usando un traje blanco, que hacía lucir sus ojos azul celeste más brillantes de lo normal…

— Y tú te ves tan lindo y angelical como siempre — dije llena de sonrisas.

— Pero, aunque… ¿Por qué no me dijiste que no sabías bailar? — sé que en cuanto uno de mis pies piso los suyos.

— Nunca me preguntaste. Además, si sé bailar — me defendí mientras pisaba accidentalmente otro de sus pies.

Solté una carcajada al notar el rostro lleno de dolor de Ciel. Por lo que decidí alejarme un poco de su lado para evitar este tipo de accidente de nuevo.

— ¡Segura que no me estás engañando! Tú y Asther bailaron tan maravillosamente, supuse que sí sabías hacerlo. De verdad, no lo estás haciendo a propósito, ¿cierto?

— A Asther también le aplasté los zapatos. Incluso muchas más veces que a ti. — confesé sintiendo algo de pena por los pies de Asther.

Quizás por eso después de bailar durante algún tiempo se fue bajo la excusa de que tenía algo urgente que hacer. No es que fuera tan mala bailarina, pero este tipo de música que parecía haber retrocedido un siglo entero no era mi tipo.

— Y él incluso bailó más de tres canciones contigo — mencionó lleno de asombro. — Parece que le agradas mucho. Asther, incluso sonríe mucho cuando está a tu alrededor. Hace tiempo que no lo veía así.

Ciel miró hacia algún lado como si sus pensamientos hubiesen viajado a algún lugar lejano, sus ojos se veían decaídos, llenos de una sensación de nostalgia por sus recuerdos, melancolía por el presente y anhelo por el pasado.

— ¿Qué le pasó? — pregunté con curiosidad — ¿Por qué él se alejó de ustedes? Perdona si soy indiscreta, pero supe que en el pasado todos eran amigos, se llevaban bien.

— No lo sé con exactitud — respondió Ciel — Asther era un niño muy lindo y dulce cuando era pequeño. Le gustaba hablar y bromear con todos. Siempre tenía una sonrisa en su rostro que hacía feliz a cualquiera. Sin embargo, luego de la muerte de su madre apareció con una herida en su rostro y su personalidad dio un giro de 180° grados. Él se alejó de todos sin ninguna explicación, intentamos acercarnos pero era imposible. Asumimos que fue debido al trauma, ya que él estuvo a lado de la reina cuando murió. Pero nadie sabe exactamente qué pasó, nadie sabe la razón por la que un niño brillante y extrovertido se convirtió en un niño frío e inaccesible. Aun así viendo cómo actúa contigo pienso que ese niño cálido aún existe y no ha desaparecido.




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