Solté un suspiro mientras observaba los árboles pasar por la ventana del automóvil. Me sentía agotada, este día había sido un completo martirio, anhelaba llegar acostarme en mi cama y abrazar a mi gato.
— Lo siento — musitó Carl rompiendo el silencio dentro del auto.
Ante su disculpa lo miré confundida. ¿Por qué se estaba disculpando? Sin embargo, al notar sus ojos sobre mi brazo, me di cuenta de que lo decía por la forma brusca en la que me agarró esta mañana.
— No es necesario que te disculpes — le dije con una sonrisa — Solo estabas alterado.
Carl soltó un suspiro mientras se masajeaba las sienes, parecía estresado. Luego me miró con sus ojos oscuros.
— Estoy tratando de resolver el asunto de las fotos, contraté a alguien para que haga un rastreo de la dirección IP de la persona que subió la publicación al foro. Este asunto no puede quedar impune, Mia. Déjalo en mis manos. Me encargaré de hacer que la persona que te hizo este tipo de broma se arrepienta.
Me mordí el labio inferior tratando de contener mis emociones, las palabras de Carl me hicieron sentir como si mi corazón fuera acariciado por una pluma. Era tan reconfortante sentirse protegida y apoyada. Así que esto es lo que llaman familia.
— Gracias, hermano — susurré.
Carl acarició mi cabeza como si fuera un cachorro, aunque su acción no me gustaba, deje que lo hiciera solamente por esta vez.
— Pero, ¿y si esas fotos son reales? — cuestionó Emily con voz titubeante. — Digo, las fotos se veían muy realistas. No podemos maximizar este escándalo sin estar seguros de que ella está diciendo la verdad. He leído muchos casos así, en dónde una relación termina y la otra parte empieza a arruinar la reputación de la otra persona. No tienes que sentirte avergonzada si eso fue lo que te paso, solo di la verdad, no es tu culpa que tu madre…
Emily dejó colgando sus palabras en el aire, y miró sus manos con algo de vergüenza. Sin que ella lo dijera sabía lo que iba a decir a continuación.
— Fueron editadas — dije con seriedad. — Y tienes razón, Emily, mi madre no me enseñó nada, pero tuve la suerte de tener una nana que me enseñó valores verdaderos. Ella me enseñó que no se debe juzgar a los demás sin conocerlos, que no se debe asumir lo peor de alguien sin darle la oportunidad de demostrar su verdad. Y es exactamente lo que estás haciendo conmigo, Emily. Sé que no soy de tu agrado, pero…
Suspiré sin continuar mis palabras, no le encontraba caso hacerlo.
Emily miró hacia otro lado mientras se estrujaba las manos. Ella abrió y cerró la boca como si estuviera tratando de buscar las palabras correctas que decir, sus ojos color aguamarina parecían angustiosos.
— Yo solo…
— Emily ya se te olvidó lo que prometiste.
Carl la miró con expresión severa.
Emily no dijo nada, solo se dedicó a mirar por la ventana.
Suspiré de nuevo mientras pensaba que la actitud de Emily hacia mí parecía haber cambiado. Lo noté desde esta mañana, pero pensé que solo eran ideas mías. Después de todo, para alguien que dice odiarme este momento era idóneo para que se burle de mi desgracia, sin embargo, su comportamiento no iba de acuerdo al guion. Ella se veía preocupada de alguna manera y aunque su comentario estuvo un poco fuera de lugar parecía que estaba tratando de darme apoyo.
Tal vez solo sean ideas mías y esté pensando demasiado.
Mientras el auto se estacionaba, miré hacia el cielo y pensé en Asther.
¿Qué estará haciendo en este momento?
Saque mi celular y revise el mensaje que le había enviado hace un par de horas luego de decirle a Ciel que me pasará su número. Pero hasta ahora no he recibido ninguna respuesta lo que solo me hizo preocupar.
Mientras pensaba en Asther me di cuenta de que sabía muy poco sobre él, a lo mucho sabía que era uno de los príncipes de este reino, un alfa de sangre pura con una pasión inesperada por las flores. Sin embargo, su corazón parecía tener un muro alrededor haciéndolo parecer frío y distante, cuando en realidad era una persona cálida y sensible. Asther era alguien con muchas heridas no solo en su rostro sino en su alma que aún estaban abiertas y supurando lo hacían estar en guardia con los demás.
Penetrar su mundo parecía difícil, pero una vez dentro, no podías salir del hechizo que era Asther Logus. Querías quedarte y descubrir los entresijos que envolvían su existencia.
— ¿Por qué tuviste que hacer eso? — dije de manera inaudible.
***
Cuando llegué a casa lo primero que hice fue correr hacia mi habitación y acostarme en mi cama. Ni siquiera me importó cambiar mi uniforme por ropa más cómoda, lo único que quería era hacerme una bolita y llorar. Sin embargo, antes de que pudiera atrapar a mi gato para que se acueste conmigo, la puerta de mi habitación fue tocada.
— Señorita, el duque la busca. — mencionó Giovanna detrás de la puerta — Debe ir en este momento, dijo que es un asunto urgente.
¿Asunto urgente?
Suspiré mentalmente mientras imaginaba lo que me iba a decir. No sabía cuántas veces he suspirado en el día sentía que si suspiraba una vez me convertiría en una anciana.
Era más que seguro que papá me iba a preguntar por lo que sucedió hoy, lo que estaba segura era de su actitud. Por un momento me imaginé que era él.
Sí, de seguro estaría sumamente enojado.
¿Y pensé que este día no podía ser peor? Sin duda alguna debí haber revisado mi horóscopo antes de salir, parecía que las estrellas se habían alineado para hacer de este día un completo desastre para mí. Realmente, la vida me estaba tratando como si fuera Lex Luthor o el Joker.
¿Debería bañarme con azúcar? A este paso parecía que el mar podía ganarme en agua pero no en sal.
Me levanté de la cama y arreglé mi ropa, luego con pasos pesados abrí la puerta de mi habitación.
Giovanna sonrió cuando me vio.
Ella está sonriendo tal vez la situación no sea tan mala, ¿cierto? Papá es una persona racional, él me preguntará primero, luego me consolará y me dirá que buscará al responsable tal como lo hizo Carl, ¿cierto?, ¡¿cierto?!
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Editado: 17.11.2024