Me quedé en casa por unos días, a veces iba al estudio de papá llevándole té, en otras ocasiones me ponía a recorrer los pasillos de la mansión mientras aprendía nuevas cosas acerca de este mundo y mi identidad como beta.
Ahora sabía que esa presión que siempre sentía cuando me enfrentaba a mi padre o algún otro alfa era porque estaba obligada a deberles obediencia como seres superiores que eran, este hecho fue un poco chocante para mí, no podía verme a mí misma siendo obediente. Pero de nuevo Carl me explico que sabría más acerca de este sentimiento una vez que pase mi ceremonia de transformación.
¿Por qué debía pasar por esa ceremonia tan horrible? ¿No podía quedarme así para siempre?
— ¿Por qué sigue suspirando mi señorita? — me preguntó Giovanna mientras me entregaba un vaso de jugo de naranja.
— Muchas gracias — le dije mientras le daba un sorbo — Es solo que estoy aburrida — le dije mirando hacia el cielo, aunque no es que estuviera aburrida es solo que no podía decirle que estaba preocupada por cierto pelinegro de ojos azules.
— ¿Qué otra cosa le gustaría hacer? — preguntó con curiosidad Giovanna. — Ya mañana regresará de nuevo a la academia real y estará ocupada, es mejor si descansa.
Hice un puchero sintiéndome un poco renuente de regresar, después de todo, los últimos días se habían sentido como un sueño, que casi me hizo olvidar todo el asunto de las fotos. Pero no podía esconderme por siempre.
— Lo sé. No te preocupes, puedes irte miraré un poco más el cielo luego entraré.
— Está bien, no se exponga mucho al sol puede provocarle quemaduras — dijo con preocupación.
— Bueno, bueno — le dije sin hacerle caso.
Giovanna me dio una última mirada antes de marcharse. Miré su partida hasta que no pude ver su espalda luego apreté mis puños con resolución.
— Está es mi oportunidad de escapar — susurré mientras caminaba por el jardín como si estuviera admirando las flores.
Debido a todo el asunto de las fotos papá me confinó en la mansión bajo la excusa de que me estaba protegiendo. No solo eso también me pidió que le entregará mi celular por si había algún rastro de la persona que me hizo ese tipo de broma, ya que parecía algo imposible de dar con la mente detrás de todo este embrollo. A regañadientes tuve que aceptar lo que dijo, sin embargo, estaba preocupada por Asther, no podía quedarme tranquila dentro de la mansión como una rosa de invernadero, por lo que pensé que quizás podía echar un vistazo en el campo de flores.
— Debo estar loca — dije mientras miraba el muro delante de mí.
Contemple a ambos lados tratando de ver si había alguien vigilando mis acciones, por suerte no había nadie, sonreí con suficiencia mientras me daba unas palmaditas en el pecho, luego fijé mis ojos en el alto muro delante de mis ojos, tome algo de viada antes de saltar con todas mis fuerzas, por suerte tenía experiencia haciendo este tipo de cosas por lo que todo marchó con facilidad.
Una vez fuera de la mansión, respire hondo antes de caminar en dirección al campo de flores.
Aunque Emily dijo que no debía preocuparme por Asther, no podía evitar estar preocupada, aún tenía en mi memoria el recuerdo de como lo sometieron para que regrese a su forma humana.
Mientras pensaba en esto acelere mis pasos, aunque no estaba segura de encontrar a Asther en el jardín de flores, vamos, a quien estaba engañando la probabilidad de que él estuviera ahí era de 0.0001 %. Pero aun así necesitaba ir, mientras hubiera una probabilidad por más mínima que fuera no podía quedarme de brazos cruzados.
Pero…
Cuando llegue a ese lugar familiar y vi los pies de alguien recostado sobre un árbol no pude evitar sentirme emocionada. Aunque aún no veía el rostro de esa persona estaba segura de que era Asther, después de todo, él era el único que venía a este lugar.
— Estaba tan preocupada por ti, me alegro de que estés aquí— mencioné sonriente mientras llegaba a su alrededor — ¿Estás bien?
Sin embargo, en cuanto me di cuenta de que el sujeto recostado en el árbol tenía el cabello rojo, la sonrisa en mi rostro se esfumó por completo.
— No sabía que me tenías en tu corazón, rubiecita — comentó Bastián con una sonrisa de lado. Al notar la decepción en mi rostro su sonrisa se hizo más pronunciada incluso sus ojos grises parecían brillar con una luz oscura — ¿Por qué te ves así? ¿Decepcionada?
Aunque Bastián no era de mi agrado, ya que se me hacía un poco hipócrita, no, tacha eso, se me hacía demasiado hipócrita para mi gusto, él era la única persona que podía darme noticias acerca de Asther. Por lo que me tragué mi malestar y decidí preguntarle al respecto.
— ¿Qué pasó con Asther? ¿Dónde está? ¿Está bien?
Bastián soltó una carcajada antes de levantarse de donde estaba recostado. Parecía que mi aluvión de preguntas lo divirtió.
— ¿Preocupada? — mencionó mientras se acercaba a mi lado.
Al notar su acercamiento retrocedí.
— ¿Qué pasa si digo que sí? — dije con el ceño fruncido — ¿Por qué estaban peleando?
En realidad, lo que quería preguntarle era la razón por la que él no estaba siendo castigado y Asther si, después de todo, ambos habían luchado dentro de la academia real, ¿no se supone que ambos deberían recibir el mismo castigo?, pero por lo que escuché de Emily, Bastián seguía yendo a la academia como si nada, ¿no era este tipo de trato la diferencia del cielo y el infierno?
— Eres muy curiosa — comentó llenó de sonrisas, luego se acercó a mí y tomó un mechón de mi cabello entre sus dedos, quise alejarme de él, pero la mirada en sus ojos me detuvo de hacerlo. Bastián me estaba mirando de una forma que me causo escalofríos, sus ojos grises se veían como nubes tormentosas, incluso el tono de su voz adquirió cierto aire de ridículo — Asther está en donde merece. En cuanto a porque peleamos, ese es nuestro secreto, no necesitas saberlo.
Estaba confundida por su actitud hacia Asther, ¿por qué lo odiaba? Torcí los labios mientras me alejaba de Bastián. Realmente deseaba saber el estado de Asther, las palabras de Bastián solo hicieron que me preocupara más.
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Editado: 17.11.2024