Esto no me podía estar pasando.
Mi padre no debería estar aquí, ¿cierto? Debe ser solo un producto de mi imaginación, ¿cierto? Él no debió escucharme, ¿cierto? Mi suerte no puede ser tan mala, ¿cierto?
Pero cuando volteé a mirar detrás de mí, y vi su rostro severo me di cuenta de que él no era ningún producto de mi imaginación y que estaba realmente detrás de mí, esperando una explicación. Por primera vez en mucho tiempo tuve la urgencia de huir.
Mi padre parecía enojado, sus ojos oscuros se veían siniestros, sus labios estaban fruncidos en una línea fina y podía sentir una clara presión en el ambiente, como si pronto se produjera una tormenta.
Dios, esto ya no es divertido. Ya no quiero ser tu mejor guerrera, ese puesto dáselo a alguien más.
— ¡No estoy embarazada! — dije titubeante — Yo… hablaba de mi gato, sí, de mi gato. Padre no nos malinterpretes. Solo estaba, yo…
Por más que intentaba explicar y excusar mis acciones, me di cuenta de que mis palabras me hacían ver como si estuviera tratando de ocultar algo. Parecía que en vez de aclarar las cosas solo las estaba oscureciendo, así que decidí guardar silencio y esperar las próximas palabras de mi padre.
— Buenas noches, Duque Storm, ha pasado un tiempo. — lo saludó Asther con calma.
¿Cómo podía estar tan calmado? Yo estaba a punto de convertirme en un manojo de nervios andante y ni siquiera debía sentirme así, ya que no habíamos hecho nada malo.
Pero, papá tenía este tipo de aura a su alrededor, que me hacía sentir como un cachorro desprotegido enfrente de un león. Incluso respirar se me hacía imposible, mis nervios estaban a flor de piel, me sentía como si estuviera delante de mi superior y le debiera obediencia.
¡Eso es ‘obediencia’!
Carl había dicho antes, que entendería muchas cosas cuando tuviera mi ceremonia de transformación. En este momento estaba entendiendo algo que en su tiempo me pareció ridículo.
Alfa es superior a Beta.
Beta le debe obediencia a Alfa.
Beta es inferior a Alfa.
— Mia, ven acá — ordenó papá, mis pies se movieron por inercia, antes de que pudiera acercarme a mi padre, la mano de Asther me detuvo.
— Duque, ella y yo…
Papá estrechó los ojos y dio paso hacia adelante mientras sujetaba uno de mis brazos.
— Lamento que su Alteza viera este tipo de broma por parte de mi tonta hija. No debería tomárselo en serio. Ella no está acostumbrada a las costumbres y etiqueta del reino por lo que se comporta de manera imprudente — mencionó con severidad. — Usted es un príncipe y un Alfa de sangre pura, único en su especie, no debería perder el tiempo con una insignificante beta, ¿verdad?
¡Ouch!
Aunque sabía que papá había malinterpretado algo, sus palabras de igual manera me sentaron mal.
¿Qué es eso de insignificante beta?
Otra vez con el clasismo.
¿Qué pasa si era beta? ¿Acaso eso me hacía menos digna?
— No estás entendiendo papá, al príncipe Asther no le importa que sea una ‘beta’. — le expliqué. — Él y yo…
— Estás siendo una tonta — dijo interrumpiendo mis palabras — Tú eres la que no entiende. Tú y él son de mundos diferentes, Mia. Y su Alteza tiene obligaciones que cumplir, incluso si sus sentimientos son sinceros, no creo que su idílico romance vaya a alguna parte. Es mejor que cortes las cosas de raíz.
Él estaba siendo tan directo con sus pensamientos y lo peor es que tenía razón. No era una tonta, bueno, solo a veces, pero estaba consciente de muchas cosas. Y las palabras de papá se sintieron como un balde de agua fría.
¿Así es como se sintió Romeo cuando descubrió que se enamoró de un imposible? Porque me sentía tan renuente, no quería renunciar a Asther. Pero, ¿él estaba en la misma página que yo?, ¿él tampoco quería renunciar a mí?
Ya tenía la respuesta a estas interrogantes, después de todo, hace poco estaba siendo un imbécil porque tenía miedo de que me lastimara por su causa. Sin embargo, era mi decisión si dejaba que me lastimara, desde el momento en que una persona le abre su corazón a otra le está dando poder para que la destruyan.
Aish. ¿Cómo era posible esto? Ni siquiera mi romance había comenzado y ya parecía haber llegado a su fin.
¡Tan injusto! ¡Tan injusto! ¡Tan injusto!
Contemplé a Asther con tristeza, si me alejará de él, si ya no estuviera a su alrededor, él seguiría estando solo, mi corazón dolió ante el pensamiento.
— Incluso si somos compañeros destinados — mencionó Asther con la voz grave, por un momento el aura que lo rodeo hizo que un escalofrío recorriera mi columna vertebral, al notar la tensión en el rostro de mi padre me di cuenta de que no era la única afectada. — ¿No podemos estar juntos? ¿Es imposible?
Al escuchar sus palabras no pude evitar mirar a Asther con sorpresa. Escuché alguna vez decir que los ojos son el reflejo del alma, mientras mi mirada se enfrentaba a la mirada azulada de Asther, un sentimiento suave recorrió cada rincón de mi interior haciendo que por un momento sintiera la necesidad de llorar.
Contuve el aliento mientras tomaba su mano y la apretaba.
Sí estábamos juntos en esto.
— ¿Compañeros destinados? ¿Es eso cierto? ¿Cómo puede ser posible? Tú…
Papá se mostró estupefacto ante las palabras de Asther, parecía incrédulo y confundido. Su rostro se endureció como si se enfrentará a una muy mala noticia, miró de Asther hacia mí, luego sacudió la cabeza como si no estuviera listo para enfrentar este tipo de situación.
— Papá, tranquilo, respira — intenté calmarlo, ya que parecía que en cualquier momento explotaría — Esto es una buena noticia, vamos, anímate.
Papá sacudió la cabeza antes de sujetar mi mano con firmeza. Luego le dio una mirada larga a Asther. Tal vez solo fueron segundos, quizás minutos, pero ellos dos se miraron fijamente, que por un instante sentí la necesidad de decirles que se besen para que rompan la tensión.
Ya dije que no me gustaban los silencios incómodos, bueno, si no lo había hecho lo repito.
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Editado: 17.11.2024