La mate del Beta

Capítulo 1 ♡

 

♤♤ Jarrel ♤♤

 

No sé a dónde más buscar, la he buscado por siglos en cada manada que existe, pero ella no está en ningún lado, la he buscado en el mundo de los humanos, en los aquelarres, en la tierra de los elfos, en la de las hadas, ninfas, trols, duendes, sirenas, y si sigo enumerando cada especie y cada lugar no terminaré, tal vez la diosa luna se olvidó de mí y nunca unió mi lazo con alguien.

 

Suelto un suspiro al ver otro amanecer en el cual no la tengo a ella a mí lado, hoy son mil años que cumplo sin conocer a mi mate, mi destinada, sé que pronto moriré embargado por la soledad, solo espero que mi día llegue pronto, aunque el Alpha me diga que vuelva a intentarlo, que no me rinda, que ella debe estar en alguna parte... la verdad es que ya no puedo sufrir otra decepción y decepcionar a mi lobo por darle esa otra mitad que tanto necesitamos. Ya perdí mis esperanzas, ya no me queda nada, absolutamente nada. Ella no existe, si existiera ya la hubiera encontrado, me lo repito cada día.

 

Después de ducharme me visto, preparo mi desayuno, y me dirijo a la casa del Alpha, la cual abandoné desde que él encontró a su luna, tampoco le fue fácil encontrarla y mucho menos conquistarla, pero él ya tiene la dicha de disfrutar junto a su pareja destinada.

 

A veces me dan ganas de abandonar la manada para siempre y permanecer solo hasta el día de mi muerte, pero no puedo. Esta manada depende de mí también, así como dependió de mi padre el Alpha de esta manada, aunque a mi me tocó ser Beta por ser el segundo en nacer.

 

Parezco un muerto viviente, vivir mucho tiempo sin tu alma gemela no es para nada agradable, y no es algo que le deseó a nadie. Me ha tocado ver como parejas se han formado a lo largo del tiempo, sacudo la cabeza si sigo pensando en mi miseria terminare loco...

 

—Buenos días Luna —hago reverencia ante ella, quien me sonríe y me da un fuerte abrazo.

 

—Buenos días Jarrel, pasa. ¿Desayunaras con nosotros?

 

—No luna, ya desayuné con mi soledad, solo vine a darle los informes al Alpha —una cabecita rubia se asoma detrás de ella. —buenos días pequeño Alpha —se esconde tras las piernas de su madre.

 

—Ya sabes donde se encuentra —Asiento.

 

Me adentro a la mansión y hago todo el recorrido hasta llegar al lugar donde se encuentra mi hermano, amigo y Alpha.

 

—Qué bueno que llegas Jarrel —aquí es donde debo huir y decir que no.

 

—no lo haré lo siento, quiero morir en paz y en mi tierra, podrías permitirme eso aunque sea.

 

—No exageres Jarrel solo será un viaje por una semana, miralo como una oportunidad para buscarla en el mundo de los humanos —Niego.

 

—Agradezco que me quieras ayudar, pero no, no quiero sufrir más por no encontrarla.

 

—Vamos Jarrel, tienes que hacerlo por tu lobo. Sabes bien que poco a poco se debilita.

 

—Lo sé, crees que no lo tengo en claro, es una misericordia que éste vivo aun. Debí morir hoy o tal vez lo haga dentro de unos días.

 

—no digas eso, eres irremplazable.

 

—Aún así no iré, son negocios que ayudan a la manada, pero ya ni eso me importa. Para mi la vida ya no es nada.

 

—Te entiendo Jarrel, pero por favor hazlo por mí. Sabes que no puedo asistir a esa cumbre le prometí a mi luna que estaría aquí, no puedo defraudarla, es su familia.

 

—Puedes mandar a alguien más que no sea yo.

 

—Es que nadie más sabe como tratar con esos buitres carroñeros.

 

—No, me niego.

 

—Por favor Jarrel —negué nuevamente. —piénsalo, si sigues vivo es porque ella existe y espera por ti, pero si no quieres buscarla está bien.

 

—yo también pienso lo mismo Jarrel —dice Leysa o sea la luna, camino hacia la ventana.

 

—Ella espera por mí, ni siquiera sabrá que existo —me giro hacia ellos.

 

—No seas tan duro Jarrel, pueda que ella no sabe de tu existencia, pero toda mujer desea conocer a ese alguien especial, a ese que la haga vibrar solo con su voz, y no te lo digo como la Luna de esta manada, si no como una mujer —dice tomando mi mano.

 

—son muchos años Leysa.

 

—Lo sé, pero no pierdes nada con buscarla nuevamente ¿no lo crees? date esa oportunidad, tienes un milenio y ¿eso qué?, yo lo veo como una oportunidad para empezar nuevamente.

 

—no tiene caso mi luna. Tomemos asiento —Hace un ademán para que Leysa y yo nos sentemos… después de dar el informe salgo junto a él.

 

—Nos vemos, iré a supervisar los entrenamientos. Los lobos jóvenes no hacen caso.

 

—Puedes pensar lo de ir al congreso o tendré que decirle a Keliam que se encargue.

 

—¿Como crees Waylon? Keliam está en espera de su primer hijo, no vas hacer que se pierda ese momento tan especial —dice Leysa, cierro mis ojos.

 

—Bien iré yo, dame el informe de todo.

 

—gracias hermanito te lo agradezco.

 

—Te aprovechas porque somos familia.

 

—verás que será un nuevo comienzo para ti y para Darek —Sonrió y niego ante lo dicho por la luna.

 

—para la tarde te tengo toda la información —Asiento.

 

Paso primero a supervisar los entrenamientos y entrenar un poco, luego regreso a la soledad de mi hogar, organizo mi maleta, subo a mi auto.

 

—aquí esta todo. El jet ya esta listo para partir.

 

—Nos vemos —digo ya subiendo al auto.

 

Al llegar a la casa que tenemos en Nueva Caledonia tomo una ducha y salgo a comprar víveres.

 

Al día siguiente me preparo para ir a la cumbre. 

 

Después de estar todo el día sentado escuchando cosas que ya sé, voy de vuelta a casa caminando, el delicioso olor de las tartas me lleva dentro de una cafetería que no sabía que existía. La verdad es que ha habido muchos cambios.




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