La mate del Beta

Capítulo 6.

 

◇◇ Jarrel ◇◇

 

Su mirada estaba perdida, no sé como era que sostenía a su pequeña, se aferraba al pequeño cuerpo como si fuera su salvavidas, la miré por el espejo retrovisor y de repente sus ojos se cerraron, detuve el auto en la acera, desabroche el cinturón y me estiré hacia atrás.

 

—Linda, Linda —la llamó, pero no contesta. —Linda —la remuevo, pero no reacciona.

 

—Mami —la vocecita de su pequeña es de angustia.

 

Salí del auto y abrí la puerta trasera del coche.

 

—Mamá esta bien, ella solo descansa, ven —le tendí los brazos, la pequeña se levantó y estiró sus brazos, la tomé y acaricié su mejilla. —todo esta bien no te preocupes, las llevare a mi casa. Te sentaré aquí al lado de tú mami, ¿esta bien?

 

—Si —Sonrió apenada y metió su dedo en la boca.

 

La acomodo en el asiento y le abrocho el cinturón.

 

—Estas cómoda.

 

—Si —miro a su madre. —mami tiene mucho sueño —sonreí y acaricie su mejilla.

 

—Creo que sí —cirro la puerta y subo.

 

A cada minuto la miro a través del espejo para cerciorarme de que este bien y cómoda, es una niña hermosa y encantadora, además de tranquila.

 

—Ya la adoro —ronronea Darek. —Es nuestra hija, debemos protegerla de ese maldito rogues.

 

—Si Darek, por eso estoy al tanto de sus movimientos.

 

—Debemos alejarlas de él cuanto antes, ellas corren peligro a su lado.

 

—Si lo sé, vi como trató a esos humanos.

 

Todos estos días he estado al pendiente de ese rogues, lo que he visto no es nada agradable, quiero sacar a mi mate cuanto antes de su vida, pero quiero que ella esté dispuesta abandonarlo, no me la voy a llevar a la fuerza, aunque si ella no quiere no me quedara más opción que volverme un primitivo y llevarme lo que por derecho me pertenece.

 

Al llegar a la casa saco a la princesita y la llevo dentro.

 

—Espérame aquí voy por tu mamá —asiente mientras juega con sus manos.

 

—Es mí muñequita, como es que un ser tan despreciable como un rogues tiene una cosa tan linda como ella, es hermosa como su madre.

 

—Concuerdo contigo Darek.

 

Tomé a Linda en brazos, lo primero que se me ocurre al entrar a la casa es llevarla a una habitación, pero desisto de ello, la acuesto en el sofá y me siento junto a la niña.

 

Una idea pasa por mi mente sonrió y niego.

 

—Darek tu crees que ella nos odie si nos las llevamos ya, es decir podemos dormirla y llevarla con nosotros.

 

—Quiero tenerla conmigo y te apoyaría, pero dijiste que lo haríamos si ella así lo aceptaba y si no usaríamos la fuerza bruta, ¿Qué no tienes palabra?

 

—Si la tengo, solo expuse la idea que se me ocurrió.

 

—¿Y cuál es tu nombre preciosa? —le pregunto mientras la siento en mi regazo.

 

—Estlella y mi mami es Linda.

 

—Así que tu eres Estrella y tu mami es Linda —asiente. —mucho gusto soy Jarrel y mi lobo es Darek, has visto algún lobo —niega. —algún día te presentaré al viejo Darek, es un gruñón, pero a veces es agradable que no te sorprenda —Sonríe.

 

—No soy un gruñón y si hablamos de viejos tú no eres tan joven como aparentas, mírate el cabello esta todo blanco, en cambio mi pelaje esta reluciente y brilloso.

 

—A mí lobo no le gustó lo que dije, por eso digo que es un amargado y egocéntrico, tiene el ego elevado.

 

—No tengo ningún ego elevado.

 

Empecé hablarle de la manada como si ella comprendiera de lo que le hablaba…

 

Luego de que Linda se despertara, preparamos el almuerzo, compartir con ellas de esa forma me hacía sentir completo, Darek estaba que no sabia que hacer.

 

Es algo que quiero seguir experimentando y por ello las voy a llevara conmigo si o si.

 

En cuando toqué el tema de su familia pude sentir su dolor, y aunque no lo dijo directamente me dio a entender que ella solo tiene a su pequeña, es como lo intuí ese maldito rogues no la aprecia, no la ama, solo está con ella por compañía y para sentirse parte de algo. Cada vez su dolor era más intenso, no sé lo que es estar sin padres, pero si se lo que es estar solo por mucho tiempo, aunque no es igual.

 

Luego de ello hablamos de otras cosas, hasta que se llegó la hora de llevarla a su hogar y aunque Darek y yo estábamos en contra; no tenia más remedio que llevarla con ese maldito perro.

 

Después de verla entrar al edificio me marché, tenía que revisar algunos documentos del congreso de mañana; ya que se están tocando temas nuevos, se algo de ello, pero debo releer algunos puntos, lo bueno de estos congresos es que nos habré nuevas puertas para los negocios.

 

Solo hice estacionar cuando de repente sentí dolor en el pecho, Darek gruñó.

 

—Ese maldito se atrevió a ponerle las manos encima, ¡Jarrel! —Darek se movía de un lado a otro. —no piensas hacer nada —me reprocha.

 

Volví a encender el auto y conduje como loco. Estaciono cerca del edificio, bajo y camino hacía este, lo iba hacer pagar por su atrevimiento, subí las escaleras, hasta que sentí su repugnante olor, seguí subiendo hasta que lo estuve cerca, mis manos se convirtieron en garras, solo bastó tenerlo en el mismo escalón para que recibiera el impacto de mi mano en su cuello, acto que lo noqueo enseguida. Lo subí a mi hombro y me dirigí al auto, abrí el maletero y lo metí en el, no de manera amable, quería romperle todo los huesos si era posible. Conduje hasta un edificio abandonado, lo saqué del maletero y lo tiré como la basura que es.

 

Espere pacientemente a que despertara, mi desesperación para hacerlo pagar crecía y él seguía como la bella durmiente.




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