La Mate del Omega

CAPÍTULO 1

Solo a mí se me ocurre salir en medio de la noche al río a buscar agua, todo por culpa de Yeyetzi y sus amigas que se empeñan en hacerme la vida imposible, de nada me sirvió acarrear agua durante toda la tarde porque ellas tiraron toda el agua alrededor de mi casa dejándome sin nada, ahora estoy aquí, en medio del bosque, siendo perseguida por tres lobos, corro cuanto me dan las piernas pero la oscuridad no me deja ver por dónde voy, mi pie se enredó en la raíz de un árbol haciéndome caer por el borde de una ladera que por suerte tenía un árbol seco con un hueco que me ayudo a refugiarme allí.

Los tres lobos empezaron a lanzar arañazos contra el árbol mientras yo apegaba más mi espalda límite de este, uno logro morder la falda de mi vestido y empezó a jalarla para sacarme, pero yo le di una patada en la cabeza que lo hizo soltarme con un quejido por el dolor, pero en eso los otros dos mordieron la falda del vestido a la altura de mi rodilla y me sacaron a rastras de mi escondite, palpando con mi mano alcance una de las ramas, me aferre a ella con todas mis fuerzas, pero los lobos fueron más fuertes que hicieron que esta se quebrara.

Con la rama en mi mano la use de látigo para alejarlos de mí, para luego, rodar cuesta abajo de lo que quedaba de la ladera, me levante y corrí lo más rápido que pude, pero no había dado ni quince pasos cuando uno de ellos me tiro de boca al suelo con él encima de mi espalda aplastándome con su peso, es mi fin, hasta aquí llegue, ojala alguien sienta pena de mí y llore mi muerte, si es que ese alguien existe, me prepare para sentir la mordida del animal, cerré mis ojos muy fuerte que me dolieron, mi corazón retumba en mi pecho y mis oídos con frenesí, y mi cuerpo está inmóvil esperando el fin.

Grite cuando oí un fuerte gruñido y un fuerte golpe, de alguna manera el lobo se había alejado de mí porque ya no sentí su peso, fui retrocediendo a rastras hasta alejarme un poco, la poca luz de la luna no me impedía ver lo que pasaba, un majestuoso lobo gris estaba frente a mis ojos, el más hermoso que haya visto, empezó a pelear con los otros lobos dándoles mordidas y arañazos, se movía con agilidad esquivando los ataques de sus adversarios y atacando, pero aun así solo era uno contra tres.

Un lobo lo rodeo para morderle el lomo, no gruño, pero si puede ver que le dolió, se giró rápidamente, mordió la nuca del animal tirándolo bruscamente al suelo, en su distracción otro le mordió la pierna, jalo de ella hasta tirarlo al suelo, luego solo vi que todos los lobos estaban alrededor de él dando mordiscos y arañazos acompañados de rugidos.

¡Lo van a matar! Busque a mi alrededor y solo encontré una rama gruesa ¿no hay otra cosa con lo que uno se pueda defender aquí? La tome y con las fuerzas que no se de donde saque, golpee a uno lanzándolo a un metro de distancia, luego al que tenía del lado izquierdo lo golpee en la cabeza, pero solo la sacudió por el aturdimiento y volvió a mostrar sus dientes listos para morderme, pero el peso de una melena gris lo mando al suelo, al último que quedaba le di un fuerte golpe mientras se abalanzaba sobre mí estrellándose en un árbol.

El lobo gris se quedó delante de mí como protegiéndome, mientras los otros tres animales retrocedieron ya fatigados y lastimados, viéndonos a los dos, o más precisamente a él, no sé cuánto tiempo paso hasta que el lobo gris rugió fuertemente mostrando sus dientes, como si les dijera algo, ganándose un gruñido de los demás que se fueron corriendo del lugar.

Se hizo un silencio que no me gusto, estaba sola, en el bosque, en la noche, con un lobo, este se giró, estaba tenso, puse la rama en frente mío por instinto ganándome un gruñido del animal.

- No-o te-e a-acerques.

El lobo volvió a gruñir, pero no se acercó, se dio la vuelta para irse, pero al momento que intento dar el primer paso de su corrida cayó de hocico a suelo, intento volver a pararse, pero volvió a caer, lo escuche gruñir y soltar un quejido, lentamente fui hasta él, entonces note que su pata delantera estaba sangrando.

Intente acercarme más ganándome un rugido de su parte – tranquilo no voy a hacerte daño, si tu no me dañas a mí – ¿enserió le estoy hablando a un animal?

Di otro paso, pero volvió a gruñir mirando la rama que traía en mi mano, con cuidado la deje en el suelo, di otro paso más y su rugido ya no era tan fuerte, aunque sus orejas estaban hacía atrás y movía su cola con brusquedad, claramente en alerta.

- No me vayas a morder – enserio no sé por qué hago esto cuando debería de irme corriendo.

Tome su pata con cuidado, con un leve rugido de acompañante, estaba sangrando mucho, supongo que es debido a una mordida, vi el resto de su cuerpo notando que no era la única herida que tenía.

- Estás todo herido – deje su pata en el suelo con cuidado, arranque una parte de mi vestido que estaba todo rasguñado y tome una tablita que encontré – voy a vendarte la herida, te va a doler, pero si no lo hago seguirá sangrando y no podrás camina – no creo que el lobo entienda lo que digo, pero nada pierdo con hacerlo,

Volví a tomar su pata y fui vendándola con un poco de fuerza usando la tablita para entablillarlo, sentí que quiso alejarse de mi agarre, pero no lo deje haciendo que me gruñera, por lo que termine rápido de vendarlo antes que me mordiera. Olfateo la tela y empezó a sacudir la pata como queriéndosela quitar, de arriba abajo y de lado a lado, me reí porque se veía muy gracioso y tierno.

Escuche un aullido a lo lejos que me dio un escalofrió mientras el lobo gruñía a mi lado poniéndose tenso, estar en este lugar no es bueno, digo nos acaban de atacar tres lobos y de seguro hay más por ahí, aunque él también lo es… Observe que se levantó del suelo sobrepasándome una cabeza de estatura estando yo sentada, no me hizo nada, se volvió, he intento volver a caminar, pero se notaba que le dolía porque empezó a andar en tres patas cojeando.

Me levanté y lo seguí unos cuantos pasos viendo como intentaba apoyar la pata, oí que soltó un quejido para luego echarse al suelo, me dio lastima verlo así de vulnerable, en ese estado, y con esas heridas no sería capaz de defenderse si lo vuelven a atacar, me acerqué para ver cómo estaba.




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