La melodía de un alma (2025)

CAPÍTULO 12

—¿A quién se le ocurrió la genial idea de hacernos esta encerrona?—se quejó Álex.

—Fue idea nuestra—respondió Bea—Creo que va siendo hora de conocerse un poco. Si de vosotros dependiera, os casaríais y pasaría el tiempo sin que sepáis uno nada del otro.

—¿Y lo malo?—bromeó René.

—Esto es una tontería como un piano—volvió a refunfuñar.

—Pues yo creo que es perfecto—intervino Toni—Nunca se sabe cuándo os puede servir que sepáis cosas del otro.

—Como sé que pondrías el grito en el cielo Álex, Toni y yo también jugaremos con vosotros y nos servirá para conocernos más aún—le guiñó un ojo a su chico.

—¿Qué tenemos, doce años? Te falta sacar una botella y hacerla girar para ver con quién nos toca besarnos por Dios.

—Nena, pará un poco. No has hecho otra cosa que quejarte desde que llegaste—René se quedó sin paciencia—No es para tanto, es un jueguito nada más.

—Por mí, te puedes meter el jueguito por…

—¡Ya vale Álex! ¡Te estás pasando un montón! ¿No te das cuenta que queremos ayudaros por si las cosas se tuercen? Eres mi mejor amiga y te quiero, pero tu actitud de hoy no pienso pasarla por alto.

Álex se quedó callada y bajó la cabeza avergonzada. Ellos tenían razón, se había pasado. En los últimos días se sentía muy agobiada por todo lo que iba a ocurrir en poco tiempo. Tenía miedo y cuando eso pasaba, se escudaba en esa actitud tan odiosa para todos.

René, Toni y Bea, seguían hablando de cosas ajenas a ella. Álex los miraba sin prestar atención. No quería interrumpir, pero sabía que tenía que pedirles disculpas a los tres por su comportamiento.

—Chicos, os pido perdón, no debí hablaros así. No era yo la que hablaba, si no la víbora que vive dentro de mí. Lo siento.

—Estás perdonada. Pero estrangula bien a esa víbora para que no vuelva a salir ¿Vale?

—Lo intentaré con todas mis fuerzas.

—De momento nos conformaremos con eso—añadió Toni.

Bea se descargó una aplicación típica de preguntas en la que los cuatro participarían.

—A ver, ya tengo por aquí unas cuantas. Pero antes de eso, creo que debemos saber lo más básico—expuso la joven—Yo empiezo. Me llamo Bea, tengo veinticinco años y…

—Soy adicta—Toni completó la frase haciendo reír a todos—Lo siento, tenía que hacerlo cariño.

—Sí, ha sonado un poco a reunión de Alcohólicos Anónimos, pero no nos desviemos del tema. Nací aquí en Sevilla capital, mis padres se divorciaron cuando yo tenía catorce años y tengo dos hermanos ¿Lo veis? Parece una tontería, pero ya sabéis algo más de mí que antes no ¿Quién es el siguiente?

—Venga yo me animo. Yo soy Toni, tengo veintinueve años, nací en Badajoz y llevo viviendo aquí desde los veintidós. No tengo relación con mi familia y no tengo hermanos.

—¿En serio tenés veintinueve? Viejo, estás al borde de la jubilación—comentó René.

—A ver tú cómo llegas a mi edad.

—Bueno, igual te conservás bien, enhorabuena—le palmeó la pierna con fuerza.

—Gracias ¿Siguiente?

—Voy yo—René tomó la iniciativa—Sólo les hago una advertencia, se viene mucho texto.

—No me esperaba menos de ti—Toni conocía de sobra a su amigo, hablaba por los codos.

—Pues mi nombre completo es Ángel René Ortiz de Luca, mejor conocido como René de Luca. Nací y crecí en Aguas Verdes, provincia de Buenos Aires, Argentina. Tengo veintiséis años y llevo acá casi tres, muy felices, por cierto.

—Tienes nombre de protagonista de telenovela—dijo Bea—Pero tengo una duda ¿Por qué utilizas tu segundo apellido? Lo normal es usar el primero.

—Porque suena más canchero ¿O no?—el joven sonrió—Obvio tiene una explicación, no es bonita pero tampoco es que me afecte—explicó René—Mi papá se fue por cigarrillos cuando estaba muy chico y no lo vi más, mi mamá nos sacó adelante sola. Mi hermana mayor se llama Mía y mi hermano Rocco. Gracias a ella los tres somos lo que somos hoy, le debemos todo—sonrió orgulloso—Desde que empecé a jugar fútbol, usé el apellido de mi mamá y a día de hoy me alegra haber tomado esa decisión en el pasado. Y bueno además de ellos, tengo a mi sobrino Matito, hijo de mi hermana con un tipo que siguió el mismo camino de mi papá. Tiene casi cuatro años y para él soy un total desconocido, era un bebé cuando me vine para acá…Desde entonces no he visto a mi familia…Porque verlos a través de la pantalla del celular no es suficiente para mí—todos guardaron silencio, no estaban acostumbrados a esa faceta de René—Ya les dije que se venía mucho texto.

—Tomaste una buena decisión—era Álex la que hablaba para sorpresa de los presentes—Tu madre se merece lo mejor y ojalá todo esto que estamos a punto de hacer salga bien y pronto puedas reunirte con ellos—estaban sentados uno frente a otro y ella vio en sus ojos algo nuevo. Vulnerabilidad, hablar de su vida le dolía. Parecía que René no sólo era bromas y buen humor y, aunque no quisiera reconocerlo, descubrir esa parte de él, le gustó.

—Gracias Álex—nunca esperó escuchar palabras de aliento por su parte, había logrado sorprenderlo para bien—¿Y qué hay de vos?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.