A la mañana siguiente, René se despertó temprano y de pronto le vino a la cabeza todo lo que había sucedido la noche anterior. Entonces se dio cuenta de que se había quedado dormido con el bálsamo labial de Álex en la mano, no le quedaba mucho, ahí fue donde se le ocurrió guardárselo para él sin pensarlo demasiado.
Decidió ir al gimnasio, necesitaba estar ocupado en algo más que pensar en ella. Le escribió a Toni por si se animaba ir él también hasta allí y si de paso le contaba algo, mejor todavía. Poco después, salió con su bolsa de deporte y se encontró con su madre que estaba tomándose un café mientras veía las noticias.
—Buen día mi amor ¿Cómo la pasaron anoche? ¿Se divirtieron? Ni si quiera los escuché llegar.
—Buen día vieja—la besó en la mejilla—Al final me quedé solo, Álex tuvo que acompañar a la amiga que se enfermó o se puso mal o qué sé yo…—tenía que justificar su ausencia de alguna forma—Se quedó a pasar la noche con ella.
—No me sorprende, Álex siempre está para todo. Es un ángel esa nena—por el estado de ánimo de su hijo y su manera de hablar, no parecía de buen humor—¿Qué querés para desayunar? Por hoy podés pedir lo que quieras.
—Gracias mamá, pero no me apetece mucho. Me voy al gym un rato, chao.
No tenía muchas ganas de andar, el día estaba nublado y hacía muchísimo frío, así que bajó hasta el garaje y poco después conducía a toda velocidad por las calles sevillanas.
Al llegar al gimnasio y preparar todo, buscó un par de mancuernas y comenzó con su rutina habitual. No mucho más tarde, llegó Lucas, el cual le sonrió a través del espejo mientras levantaba una mano para saludarlo.
—Buenas capi. No sabía que venías a este gym, qué casualidad.
—Dicen que el mundo es un pañuelo—respondió de mal humor.
—Y tanto…Oye ¿Qué pasó ayer con Álex? Al final no la vi en la cena.
—Le surgió un asunto y tuvo que irse—René estaba haciendo un esfuerzo para estar tranquilo.
—Vaya…Espero que no sea nada grave y esté bien—lo observaba con una sonrisa cínica en los labios—Me gustó volver a saber de ella, hacía muchos años que no nos veíamos. Me sorprendió que estuvierais casados, yo juraba que Álex no era el tipo de chica que sueña con casarse, créeme lo sé de primera mano.
—Parece que la conocés muy bien—René soltó las mancuernas en el suelo con poco cuidado. Lucas lo estaba buscando de forma sutil y a ese paso, no tardaría demasiado en encontrarlo.
—¿Álex no te lo ha contado?—preguntó haciéndose el inocente.
—¿Qué cosa?—le estaba colmando la paciencia.
—Ella y yo tuvimos una especie de relación hace años—le soltó para fastidiarlo—¿No me digas que no lo sabías?
—Pues fíjate que no. Supongo que fuiste tan insignificante para ella que igual ni te recuerda—ahora todo empezaba a cuadrarle—Pero las cosas han cambiado, Álex es mi esposa y somos muy felices gracias a Dios.
—Me alegro mucho. No es necesaria la amenaza capi, yo respeto a las mujeres ajenas. A no ser que sean ellas las que me busquen, ahí ya…no prometo nada—sonrió con malicia—Al igual que tú, sé lo especial que es Álex, y aunque éramos muy jóvenes nos quisimos mucho y pasamos muy buenos momentos juntos. Era tan tierna, tan cariñosa…Siempre tenía una sonrisa en la cara…Pero qué te voy a contar, si la conoces igual que yo, por algo te habrás casado con ella.
—Exacto, no hace falta que me describas como es—estaba a punto de explotar al escucharlo hablar con esa ligereza de Álex.
—Espero que no te importe que quede con ella algún día. Ya sabes, ponernos al día y eso—Lucas estaba disfrutando viendo como René apretaba más los dientes.
—Pues sí, me importa que lo hagas—sus ojos oscuros se clavaron en los verdosos de Lucas—Así que quiero que todo quede bien claro entre vos y yo para evitar malos entendidos en el futuro ¿Ok?—René ya se había cansado de hablar con él, lo mejor que podía hacer era irse antes de hacer algo de lo que pudiera arrepentirse.
—Tío, estamos casi en el 2020. Las mujeres son libres de hacer y deshacer lo que quieran sin tener que obedecer a sus mariditos. Si Álex me quiere ver, yo no voy a negarme, que te quede claro. Yo voy de frente capi, no tengo por qué esconderme.
—Vos te acercás a mi esposa a menos de un kilómetro, y yo mismo me encargaré personalmente de sacarte del equipo tan rápido como llegaste ¿Me entendés?—su tono de voz era oscuro y su mirada daba auténtico pavor.
—Eso habrá que verlo…capi—Lucas no se dejó intimidar por René.
—¡Escúchame bien tarado!—lo empujó con fuerza contra una pared—No me rompas las pelotas y déjala en paz, o si no…
—¿Qué haces René?—Toni acababa de llegar al gimnasio y en cuanto vio la escena que protagonizaban Lucas y su amigo, no dudó en separarlos.
—Dejarle claro a este hijo de re mil putas que no tiene que meterse en donde no lo llaman—gracias a Toni, Lucas pudo escapar de allí con gesto altivo, ya había cumplido su objetivo, de momento.
—René, tranquilízate tío. No merece la pena rebajarse a su nivel ¿No te das cuenta que es lo que quiere? Venga vámonos, todos nos están mirando.
Tenía razón, todos los allí presentes, que por suerte no eran muchos, estaban cuchicheando, y de haber estado permitidos lo móviles en el recinto, la pelea de los futuros compañeros de equipo se habría hecho viral en poco tiempo.