La melodía de un alma (2025)

CAPÍTULO 44

Le encantaba verla cuando no tenía que fingir, cuando era ella misma y, sobre todo, cuando la veía feliz y disfrutando de un simple baile con sus amigas.

Se contoneaba de un lado a otro con buen ritmo, pero si llegar a ser ordinaria como otras mujeres que estaba ahí. De vez en cuando sacudía la cabeza, cerraba los ojos y sonreía a las chicas buscando sus miradas cómplices.

Cuando las primeras notas de unas sevillanas invadieron el salón, Mía prefirió retirarse porque era incapaz de bailar tan bien como ellas.

—No sé cómo le hacen para ir tan sincronizadas, ese baile está muy difícil—comentó la argentina.

—Muchas ferias a cuestas tienen esas tres—añadió Juanmi—¿Por qué no les dices que te enseñen? No vas a encontrar mejores maestras.

—Para nada, yo tengo cero coordinación. Una retirada a tiempo, es una victoria querido.

Después de terminar de bailar, Álex se acercó hasta la barra a pedir otra bebida, tanto movimiento la había dejado seca. Un hombre alto y de pelo cano se posicionó a su lado para beber algo también. Cuando ella se giró para irse, el hombre volvió la cabeza y la vio.

—Álex…¿Eres tú?

—Sí, supongo—ella sabía perfectamente quién era, pero no le interesaba hablar con él.

—¿En serio? Has cambiado mucho desde la última vez que te vi.

—La última vez que me viste, tenía ocho años Bruno. Malo hubiera sido que siguiera igual. Disfruta de la fiesta.

—Papá, pídeme un refresco de…Hola Álex—Pipe acababa de llegar.

—¿Sabes quién es?—le preguntó a su hijo.

—Sí, sé quién es. No le digas a mamá que conozco a Álex, por favor papá.

—Yo también te lo agradecería mucho Bruno, no quiero tener que volver a lidiar con Cristina.

—No os preocupéis, será un secreto entre nosotros tres—sonrió abiertamente—Me ha gustado verte Álex—padre e hijo se fueron para un lado y ella para el otro volviendo con su grupo.

—¡Hombre, llegó la señorita bailonga!—el comentario de Mía la hizo reír.

—Mañana me van a doler hasta las pestañas—se lamentó—Pero bueno, un día es un día ¿No?

Varias horas después, la música se relajó y era el momento de las parejitas, así que todos se fueron a bailar. Valentina junto a Mía, se habían ido hace rato a ver a Matito a la zona infantil.

—Ahora sí, es mi momento de descanso—Álex se sentó frente a René que no se había movido del mismo sitio en toda la noche, salvo para ir a pedir algo para beber—¿Estás bien?

—Sí ¿Por qué la pregunta?—no, no estaba bien después de ver como más de uno ya le había echado el ojo mientras bailaba.

—Estás callado, un poco serio, no sé…

—¿Y cómo podés saberlo si no has parado por acá en toda la noche?

—Con estas—se señaló las gafas—Veo todo, aunque no esté aquí, y creo que te conozco lo suficiente como para saber cuándo estás raro…Me parece que sé cómo podrías animarte.

—¿Ah, sí?—dudaba mucho que supiera lo que verdaderamente lo podía animar.

—Sí. Mira disimuladamente a tu izquierda—René se giró de golpe—Menos mal que te he dicho disimuladamente… ¿Ves a esas chicas? Creo que a la de rojo le gustas, no te ha quitado la mirada de encima en toda la noche. ¿Por qué no te acercas y hablas con ella?

—¿Querés que me vaya con otra mujer estando vos presente?

—Yo me hago la loca, no te preocupes—lo animó—Hace mucho que no sales a divertirte como antes, te vendrá bien. Venga René, no te hagas el inocente, a ti te encanta tontear con mujeres atractivas y todo lo demás. No hace falta que disimules, va.

—¿Esa es la imagen que tenés de mí? ¿En serio Álex?—preguntó furioso.

—A ver, igual ha sonado muy mal, pero sabes a qué me refiero. No tiene nada de malo, todo el mundo lo hace—no entendía por qué se había enfadado tanto.

—¿Bailas conmigo, pelirroja?—Juanmi llegó antes que él pudiera responderle.

—¿Y Noe?

—Con su padre. Venga vamos a bailar—la agarró para levantarla sin esfuerzo y llevarla hasta la pista.

Álex lo había dejado solo de nuevo y lo único que se le ocurrió hacer fue ir a por otra bebida. Cuando regresó, Toni ocupaba su lugar en la mesa.

—¿Qué hacés acá? ¿Y Bea?

—Está en el baño ¿Te pasa algo?—la mirada oscura y fría de su amigo le advirtió que estaba pasando algo y no debía ser muy bueno.

—Álex me ha animado a ir a…¿Cómo fue que dijo? «Tontear con mujeres atractivas» Pretende que me vaya con la primera tipa que se me acerque para…—omitió la palabra, pero ambos sabían a lo que se estaba refiriendo—¿Lo podés creer?

—¿Estás enfadado porque le parece bien que te relaciones con otras mujeres?—Toni intentó no reírse.

—¡Justo! ¿Qué le pasa? ¿Está loca o qué? ¿Cómo voy a hacer eso con ella presente?

—Si ella no estuviera tampoco lo harías ¿Verdad?

—Nadie me llama la atención, todas son igual de aburridas. Sólo saben sonreír, acariciarse el cabello y tratar que no preste demasiada atención a sus caras, pero sí a sus…atributos—le explicó.




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