Aprovechando el día libre, Álex terminó de ordenar algunas cosas de su casa que el resto de días no le daba tiempo a hacer. Encendió la televisión y puso de fondo el típico programa matutino. En él estaban comentando una noticia sobre un virus originario de una ciudad de China muy peligroso. Al parecer, el foco se encontraba en el país asiático, pero ya se habían confirmado varios casos alrededor del mundo y se sospechaba que en España también podría llegar a haberlos.
—Hola pelirroja—Juanmi había abierto con su llave—Parece que últimamente no se habla de otra cosa que no sea ese dichoso virus.
—Sí, yo también había escuchado algo. Ojalá sea uno de tantos que sólo son casos aislados y ya ¿Qué haces por aquí?
—Ah, sí. Pues nada, vengo de visita ahora que por fin vuelves a vivir a pocos minutos de nosotros. Ya era hora que volvieras a tu hogar. Por cierto ¿Ya has firmado lo del divorcio y todo eso?
—Sí, ahora toca esperar a que todo se resuelva satisfactoriamente—le explicó.
—¿Y? ¿Lo has visto? ¿Has hablado con él?
—No, ni lo uno ni lo otro…¿Por qué tantas preguntas sobre René? ¿No me digas que lo echas de menos?—se burló.
—¿Yo? Para nada. Estoy feliz de que haya salido de tu vida—Juanmi no podía disimular la tranquilidad que le daba saber que ese hombre se alejaría de su amiga para siempre. Puede que no fuera tan tonto después de todo.
—Nunca te ha caído bien y no sé por qué. Apenas habéis coincidido en todo este tiempo.
—Pero su palmarés no deportivo lo conocemos todos y no me hacía gracia la idea de que tú pudieras ser un registro más para él. Porque pese a lo mal que me cae, tengo que reconocer que René es guapete, con una labia increíble con las que se lleva a todas de calle. Y que sea futbolista tampoco ayuda.
—Qué poca fe me tienes—le palmeó el hombro—Tú sabes que yo de ese club ya me di de baja hace mucho. Como decía mi madre «Una y no más, Santo Tomás» Y al igual que tú, también veo todo eso. He compartido con él más de dos años de convivencia y un mes de dormitorio, de forma totalmente inocente, por supuesto, y nunca me he sentido atraída por René. Sólo lo veo como un amigo, nada más.
—Chica lista, te he enseñado bien—ambos sonrieron—Bueno, dejemos de hablar del pasado y centrémonos en el presente. Ven a casa esta noche, hace mucho que no cenamos juntos y nos echamos unas risas.
—Me parece bien. Yo también os echo de menos.
—Genial, entonces nos vemos esta noche, pelirroja—le dio un beso en la mejilla y se fue.
Cuando llegó a casa de Juanmi supo que había una cuarta persona invitada a la cena y que su amigo del alma había omitido ese pequeño detalle.
—Álex ¿Qué tal?—Jaime se acercó para saludarla con dos besos.
—Emm, bien gracias—se sintió un poco incómoda por la situación. Cada vez que miraba a Juanmi, éste le rehuía consciente de la molestia de su amiga.
A medida que la noche iba avanzando, Álex se relajó. Jaime le caía bien y estaba siendo bastante respetuoso con ella, no había nada que reprocharle. Cuando llegó el momento de volver a casa, el muchacho se ofreció a llevarla como ya había hecho el día de la boda de su primo.
—Ya no vivo en Sevilla, he vuelto a mi casa—le explicó—Así que no hace falta que me lleves a ninguna parte, estoy cerca.
—Lo sé Álex. Prácticamente hemos pasado veranos juntos, sé perfectamente donde vives ¿Cómo olvidarlo?—le sonrió y su comentario la inquietó—¿Os habéis mudado aquí por algo? Digo, como el trabajo de tu marido está allí y, según vi, la zona en la que vivíais es muy buena…Aunque imagino que habéis venido aquí huyendo un poco del estrés de la ciudad y todo eso…
—René y yo nos vamos a divorciar—fue la única forma que encontró para hacer callar a Jaime—Por eso he vuelto a mi casa—en el mismo momento que vio un brillo entusiasta en sus ojos, supo que había metido la pata. Estar casada, era la única protección que tenía de los intentos de coqueteo de ese muchacho, y ahora gracias a que era una bocazas, le había dado carta blanca para que siguiera haciendo.
—Vaya…Lo siento, no lo sabía ¿Tú cómo estás? Debe ser duro terminar una relación con la persona que has querido durante tanto tiempo.
—Pues sí, no te lo niego. Es una decisión que hemos tomado en conjunto…Así que tendré que acostumbrarme a mi nueva vida…
—No te lo quería contar, pero ahora que ya sé que no hay nada entre vosotros…Hace uno días lo vi de fiesta con una chica y parecían muy entretenidos el uno con el otro.
—Me alegro por él. La vida sigue, y si ese es su modo de superar una ruptura, me parece estupendo. Yo necesito mucho tiempo para hacerlo, no está en mi lista de prioridades conocer a nadie más y mucho menos tener algo más allá de una amistad—esperaba que captara la indirecta—Bueno, ya estoy en casa sana y salva. Buenas noches Jaime.
—Si alguna vez necesitas hablar o lo que sea, llámame ¿Vale? Buenas noches Álex.
El chico se fue y ella entró en casa y comenzó a reírse ¡Menuda trola le acababa de colar a Jaime! Acto seguido, sacó el móvil de su bolsillo y le envió un mensaje a Juanmi.
ÁLEX—Buen intento, pero desde ya te digo que no estoy interesada en Jaime. ¡No me voy a convertir en tu prima política! ASÚMELO