La melodía de un alma (2025)

CAPÍTULO 51

Al día siguiente cuando llegó Rita no le permitió a René hacer nada, mientras Álex intentaba no reírse ante la cómica situación.

Su rutina en jornadas sucesivas fue visitar al médico para ver como evolucionaba su cara y comenzar la rehabilitación. El objetivo era recuperar el brazo bien, no importaba si tenía que esperar más tiempo. René sabía que una lesión de ese calibre mal curada, acabaría con su carrera y podría ser un lastre para el resto de su vida.

Por supuesto la que lo llevaba de un lado a otro era Álex que no lo dejó solo durante el proceso. Ella sabía que no lo estaba pasando bien, el muchacho no estaba acostumbrado a estar tanto tiempo sin hacer nada, aunque René no lo dijera.

Juanmi a pesar de poner el grito en el cielo nuevamente cuando supo que Álex había vuelto a Sevilla, le escribió para invitarla a un pequeño concierto que iban a dar en una conocida sala de allí. La única condición que le puso para ir, era poder llevar a René con ella, y al joven cantante no le quedó más remedio que decir que si, muy a su pesar.

Cuando Álex se lo contó, al principio el chico dudó. Juanmi y él no se llevaban bien, pero sólo por ver la ilusión de ella, aceptó.

Acababan de llegar al recinto, era temprano, lo hicieron por recomendación de Noe. Al ser invitados, tendrían un sitio privilegiado en el que podían estar tranquilos junto al resto de familiares y amigos de los compañeros de Juanmi.

Lo vieron de lejos, pero él no quiso acercarse porque sabía que no saldría muy bien parado si lo hacía. La que sí se acercó fue Noe para saludarlos.

—¿Cómo estás?—Álex le acarició la incipiente barriguita que ya se podía ver—Siéntate un rato, no puede ser bueno para el bebé que estés de arriba abajo todo el tiempo.

—Hoy es un día importante ¡Imposible que esté tranquila! ¿Cómo vas René? Me enteré de lo que te pasó, pero te veo muy bien ¿Eh?

—Ando en eso, mejorando poco a poco. No sabía que estabas embarazada. Felicitaciones para vos y tu esposo.

—Muchas gracias René…Bueno os dejo que esto está a punto de empezar. Si necesitáis cualquier cosa, llamadme—la chica se fue a atender al resto de invitados.

—¡Qué lindos! Ya van a tener su familia siendo tan jóvenes…Y vos vas a ser la tía de ese bebé ¿No?

—Sí, otro sobrino más para la colección…Al menos a este si lo voy a conocer desde el primer día, no como a los otros que ya los conocí siendo adolescentes…

—¿Volviste a verlos en este tiempo?—preguntó aun sabiendo la respuesta.

—Sí, estuve en su casa y todo, aprovechando que mi hermana estaba de viaje, si no, ni loca voy—le explicó.

—¿Y cómo les fue?

—Les conté la historia de mi familia desde mi perspectiva y se sorprendieron mucho al descubrir cómo es la verdadera Cristina, incluso a mi cuñado.

—¿Él también estaba presente?

—Sí, yo pensaba que no, pero ese par de mentirosos me la liaron. Por suerte Bruno está de parte de los niños y al oír la verdad se quedó un poco…tocado. Cuando supe que él lo había escuchado todo, salí corriendo de allí.

—Vos no tenés la culpa que esa mujer sea como es a espaldas de su familia—quiso consolarla, él vio su cara aquel día y ahora entendía el motivo.

—Ya, pero no era yo la que tenía que destapar a mi hermana—al fondo vio aproximarse a Jaime. No había hablado con él desde que lo había dejado en leído hacía muchos días—Sígueme el rollo ¿Vale?

—¿Por qué?

—Luego te lo explico—no hubo tiempo para decir nada más porque el chico había llegado a su altura.

—Álex…¡Cuánto tiempo!—la saludó dándole dos besos—Me alegra ver que te estás recuperando bien—se dirigió esta vez al futbolista—Álex me contó lo que te pasó.

—Gracias amigo—los dos hombres se retaban con la mirada para la incomodidad de la joven.

—Qué bien que hayáis arreglado lo vuestro—comentó mordiéndose la lengua—Cuando hay amor, todo se soluciona rápido.

—Exactamente—intervino Álex—Gracias por preocuparte por nuestro matrimonio.

—De nada guapa. A ver si nos vemos pronto—le frotó el brazo con demasiada familiaridad para después seguir caminando.

—¿Qué fue eso?—tuvo que contenerse para no saltar sobre él cuando la tocó y le dijo guapa con tan poca vergüenza.

—Te lo resumo y termino antes. Nos conocemos desde hace un montón de años porque es primo lejano de Juanmi y pasaba en Coria todos los veranos. Nos encontramos de nuevo en la boda y hablamos un rato. Y poco después de que yo volviera a mi casa, a Juanmi se le ocurrió que era buena idea invitarme a cenar a su casa, como ha hecho millones de veces, sin decirme que Jaime también iba. No soy tonta René, sé cuándo alguien está interesado en mí, y él tiene la estúpida esperanza de tener algo conmigo.

—¿Ah, sí?—el joven se puso nervioso ¿Lo habría descubierto a él también?

—Claro. A ver, tampoco tengo una legión de hombres esperando en la puerta de mi casa, de hecho, con uno, ya me parece mucho—a René le volvió el alma al cuerpo—Y después de estar tratando de que le prestase atención durante toda la noche, se empeñó en acompañarme a casa. Él sólo hablaba y hablaba, y para cortarlo se me ocurrió decirle que me estaba divorciando, y evidentemente, la cagué.




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