La Memoria Del CorazÓn

FIESTA

Estaba debatiendo conmigo misma acerca de ir o no a la celebración; deseaba asistir, pero no aguantaría el aroma a cigarrillos.

—Pero no dispongo de la ropa apropiada para acudir a la celebración. —Y si sufro un ataque, todos se burlaran de mi. —Pero si no me socializo, ¿de qué manera voy a desarrollarme mental y personalmente? —Pero no necesito a nadie para desarrollarme, puedo hacerlo por mi cuenta —debatia conmigo misma.

Tras un extenso conflicto conmigo misma, opté por oir las opiniones de mi madre, aunque ya tenía claro que me diría que asistiera a la fiesta.

—Mamá, ¿Estás ocupada ?

—Nunca estoy ocupada para ti, hija, dime qué sucede.

—Me invitaron a una fiesta para mañana por la noche, pero no estoy decidida a asistir. Me preocupa que me de un ataque y mis compañeros se rían de mí. También estoy consciente de que no es mi entorno, no estoy segura de cómo será esa fiesta. Es sabido que desde hace tiempo no asisto a celebraciones; además, no dispongo de la vestimenta apropiada para asistir.

—Hija, ¿por qué siempre te pones obstáculos tú misma? Es necesario que hagas el próximo avance y establezcas más amistades y, si se trata de ropa, no te preocupes, mañana te llevaré a adquirir un vestido elegante, mi pequeña. Estoy convencida de que tanto papá como yo desearía lo mismo— dijo mi madre con una sonrisa.

—De acuerdo mamá.

Ingresé a mi cuarto y me preparé para acostarme a dormir. Al día siguiente opté por no presentarme a la preparatoria, pues tenía que acompañar a mi madre a adquirir mi vestido. Mi madre me llamaba para irnos, así que me duché y bajé. Nos dirigimos hacia tiendas de ropa. Cuando llegamos, ingresamos a una tienda donde había una gran cantidad de ropa. Trascurrió casi media hora y no encontraba uno que me gustará, pero mi madre me presentó uno de color rojo Cereza.

—Anne, con este vestido te vas a ver preciosa—afirmo mi madre.

— Pues si tú dices que está bonito esta bien mamá, yo no se mucho sobre vestidos—masculle.

Mi madre me lo pago y me compro unas zapatillas al color del vestido. Aprovechamos para comprar otras cosas y pasar mas tiempo las dos. Mi madre lo es todo para mi y por ella es que mucho día a día para que la depresión no me gane la batalla.

Las horas pasaron velozmente y ya eran las 5:00 pm cuando mi madre me comunicó que debíamos volver a casa debido a que necesitaba arreglarme. Luego de unos minutos, llegamos y me dispuse a entrar a la ducha; mi madre ingresó a mi habitación y me comunicó que me ayudaría en el proceso del maquillaje.

—¿Se requiere maquillaje? —pregunte.

—Claro que sí, hija, eres hermosa sin maquillaje, pero intenta acostumbrarte con maquillaje.

—Está bien.

mi madre me secó el cabello y lo onduló, luego comenzó a aplicarme productos, después me puso una sombra de tono rojo con delineado negro, me puso unas perlas en los párpados y me pintó los labios con un tono rosado.

—Te ves preciosa mi pequeña.

—Gracias mamá, ahora debo ponerme el vestido.

—Esta bien hija, te espero abajo—dijo mientras salía de mi habitación.

Me aproximé a mi atuendo y lo valoré por un instante; luego, con gran meticulosidad, lo puse. No deseaba arruinar mi maquillaje. Luego me puse mis tacones rojos. Me miré en el espejo y me percibía muy hermosa, aunque no estaba familiarizada con verme con vestidos. Estaba observando lo diferente que me veía, cuando me interrumpió la voz de mi madre.

—Hija, vinieron a buscarte— Exclamó.

Baje con mucho cuidado y mire a Kian, se miraba muy guapo y muy atractivo con ese Esmoquin de color negro que traía puesto.

******

«Kian»

Al ver bajar a Anne quedé impactado por su belleza y con ese vestido la hacía ver extremadamente hermosa, jamás la había visto con maquillaje y al verla mis ojos fueron completamente bendecidos.

—Winnie te ves espectacular— Dije apreciando su hermoso rostro. Nunca antes habia tenido esta sensación de felicidad al ver a una chica, Pero con Winnie era diferente, ella no era cualquier chica, era perfecta ante mis ojos, le prometí a mi madre que la cuidaría siempre pero ahora protegeré a Anne con mi vida si es necesario.

*****

«Anne»

muchachos cuidense, Kian cuida a mi hija, ella es lo más importante y no se que sería de mi si le llegué a ocurrir algo malo— Mascullo mi madre.

Al escuchar esas palabras de mi madre recordé las veces que intenté suicidarme pero por esa misma razón nunca tuve el valor de hacerlo.

No se preocupe señora Juliette, cuidare a Anne, con mi vida si es necesario— Afirmó Kian.

Salimos de mi hogar y en poco tiempo dimos con una casa muy amplia y hermosa que estaba adornada con globos y luces LED de variados colores. Ingresamos y los jóvenes bailaban al son de la música; había un aroma a cigarrillos y alcohol. Otros se abrazaban y unos simplemente disfrutaban de la vida. Estoy de acuerdo en que me sentía incómoda, pero me aferraba como una niña pequeña al brazo de Kian.

No tengas miedo Winnie—Dijo Kian.

Entramos y todos me miraban confundidos, supongo que jamás me creyeron ver en una fiesta como está, y los demás chicos me miraban con deseo como lobos tratando de cazar a sus presas.

Winnie, ahora vuelvo, iré en busca de bebidas— Dijo Kian.

—No tardes Kian.

Vi a Kian darse la vuelta para ir en busca de bebidas, me quedé en un rincón esperándolo pero no podía evitar las mirada de todos puestas sobre mi, y eso me provocaba demasiada ansiedad y en segundos empeze a sentir una presión en el pecho que no podía controlar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.