La Memoria Del CorazÓn

VIAJE

Kian

Llegue a mi casa después de una jornada en la escuela, y mi madre me estába esperando en la sala de estar. Tenía una expresión seria en su rostro y pude notar que algo no estaba bien.

Kian, necesito hablar contigo—me dijo sin siquiera saludarme.

—¿Que pasa mamá?.

Tenemos que irnos a Londres mañana. Tengo una reunión importante con un cliente para discutir un proyecto de inversión en una empresa de tecnología. Es un negocio muy importante y no puedo perder la oportunidad.

—¿Que?, no mamá, no puedo irme.

Hijo, tienes que venir conmigo, eres menor de edad y no puedo dejarte solo.

—Y por cuanto tiempo estaremos en Londres.

—Aproximadamente 5 años.

—¿Que?, no se supone que es solo una reunión.

—Haci es hijo, pero no me entregarán el resultado ese mismo día, y si me aceptan nos mudaremos definitivamente a Londres.

—Mamá, no quiero ir—le dije tratando de convencerla—no quiero dejar a Anne sola. Estamos en un momento muy importante en nuestra relación, y no quiero perderla.

Mi madre me miró con compasión pero también con firmeza.

—Lo siento Kian, pero tienes que venir conmigo.

Me sentí obligado a aceptar. Sabía que mi madre tenía razón, pero tampoco quería dejar sola a Anne.

—Esta bien mamá, iré contigo a Londres—respondi finalmente—pero puedo hablar con Anne antes de irme.

—Si, por supuesto. Puedes hablar con ella, pero después tienes que regresar para empacar tus cosas y prepararte para el viaje.

Anne y yo teníamos una cita en una hora, tras unos minutos llegué al lugar acordado.

Anne

Llegue al parque donde había quedado con Kian que nos veríamos, lo ví sentado en un banco, esperándome. Sonrió al verme, y se levantó para abrazarme. Nos besamos y mi corazón se llenó de amor y felicidad.

Kian me miró con expresión seria.

—Winnie, tengo que decirte algo.

—¿Que sucede Kian?.

—Me tengo que ir a Londres durante 5 años, mi madre me dijo que tenía que ir con ella y no puedo negarme.

El estómago se me encogió, como si un puño invisible lo apretara, mis lágrimas fluían sin control, como si no pudiera detener el llanto.

—No te vallas Kian—dije con la voz entrecortada—no me dejes sola, te amo.

Kian besó mi frente y dijo que no tenía opción.

—Mi Winnie hermosa, no sabes lo mucho que me lastima dejarte.

—Kian.

—Pero te prometo algo, Winnie—me dijo con firmeza—En 4 años, cuando empieze el otoño tu estación favorita, volveré por ti. Nos veremos en este parque, donde nos hicimos novios y compartimos muchos momentos felices. Te lo prometo, Winnie, volveré por ti.

—Te creo, Kian.

Me abrazó con fuerza, y me dió un cálido besó.

—Te amo, Winnie, siempre estaré contigo, aunque esté lejos. No te olvides de mi, no te olvides de nuestro amor.

Estaba triste. Sabía que Kian se tenía que ir, y que no lo vería durante mucho tiempo. Pero sabía que nuestra relación era fuerte, y que podíamos superar la distancia.

Kian

Pase toda la tarde con Anne, hasta que ya estaba por anochecer, y tenía que regresar a empacar, odie ese momento, me despedí de mi Anne y regrese a casa.Subí a mi habitación y empeze a empacar mis cosas.Me sentía triste y melancólico mientras empacaba mi maleta. Sentía como si estuviera abandonando a Anne, aunque no era así. Mientras empacaba, no podía dejar de pensar en Anne. Imaginaba su rostro triste y su sonrisa débil cuando me dijo adiós. Finalmente termine de empacar toda mi ropa y cerré la maleta. Me senté en la cama y miré a mi alrededor de mi habitación, sabiendo que no la vería durante un tiempo. Al día siguiente, me levanté temprano y me preparé para ir al aeropuerto con mi madre. La ayude a subír las maletas al taxi y ambos nos subimos en él. En el aeropuerto, estaba abrumado por la cantidad de personas y el ruido. Me senté en una silla y mire a mi alrededor, tratando de procesar todo lo que estaba sucediendo. Mi madre se sentó a mi lado y tomo mi mano.

—Estoy aquí contigo, hijo, todo saldrá bien. Los años pasan volando.

—Esta bien mamá.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, nos subimos al avión y despegamos. Estaba mareado durante el vuelo, pero mi madre me ayudó a tranquilizarme. Después de varias horas de vuelo, finalmente el avión aterrizó en Londres. Mi madre me ayudó a recoger las maletas y a salir del avión. Mientras salíamos del avión, estaba abrumado por la ciudad. Era tan diferente a España y California, pero sabía que regresarías pronto.

—Estoy aquí mamá, listo para hacer esto—dije mientras nos subíamos al taxi que nos esperaba.

—Estoy orgullosa de ti, Kian.

Después del taxi, llegamos a un departamento muy bonito, entramos y mi madre me señaló mi habitación subí y desempaque mi ropa. Pero no podía dejar de pensar en Anne, apenas habían pasado unas horas y ya la extrañaba.




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