Mis ánimos empezaban a mejorar, cada que el recuerdo de Kian invadian mi mente, buscaba la manera de entretenerme pintando o haciendo cualquier cosa que no me hiciera pensar, los ataques querian retomar el control de mi, pero gracias a Kai, soy capaz de controlarlos yo misma sin ayuda de nadie.
—Hija, ¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? —cuestionó mi madre.
—Estoy mejor mamá —di la vuelta para abandonar mi hogar.
—¿A dónde vas hija?.
—Iré a invitar a Kai, por un helado o café.
—¿Tú invitándolo?, me alegra hija, Kai es un buen muchacho, que te ha apoyado siempre, ¿No has considerado rehacer tu vida?, no se volver a tener pareja, desde que Kian se fué a Londres, rechazastes a todos los chicos que querían intentar algo contigo, por ejemplo,Kai es un muchacho increíble.
—Tienes razón madre, Kai es fantástico, es guapo, amable, tierno, tiene todo lo que una mujer desea, pero mi corazón sigue lastimado, aún no puedo olvidar a Kian, y no quiero lastimar a Kai, necesito sacarme a Kian del corazón para rehacer mi vida.
Sonreí y me di la vuelta para abandonar mi hogar, camine hasta llegar a la casa de Kai, en segundos el mismo abrió la puerta.
—Anne, linda que haces aqui—cuestionó.
—Vine a invitarte un helado o café.
—¿Te sientes mejor?.
—Si.
Kai salio y cerró la puerta, caminamos como lo hacíamos anteriormente, platicando sobre la vida. A lo lejos miré al señor de helados.
—Kai, ahora vuelvo —encaminé hasta llegar al señor —Buenas tardes señor, me da dos helados, uno de vainilla y uno de pistacho. El de menta era el favorito de Kai, siempre que salíamos por helado, compraba del mismo. Agradecí al señor por los helados y regresé con Kai.
—Wow, este es mi favorito.
Sonreí y me senté a su lado, lo observé mientras disfrutaba de su helado, es tan guapo y su escencia es única, pero necesito sanar mi corazón para darle un amor limpio de sufrimiento.
—Kai, eres muy guapo, eres un chico increíble con un corazón precioso. Quien lo diría que de aquel día que subí a la azotea, te convertirias en la persona más importante en mi vida, me salvaste físicamente y emocionalmente, no se que sería de mi vida si decides irte de ella.
—No princesa, yo te agradezco por darle brillo a mi vida, eres perfecta e increíble, eres auténtica en todo los sentidos, en la forma que hablas, pintas, la forma en que te mueves, iluminas el mundo con tan solo sonreír.
—Gracias Kai —sonrei.
Disfrutamos de la tarde, Kai me hacía reír con sus ocurrencias, disfrutamos mirar el atardecer, de la vibra que transmite las pequeñas y hermosas cosas de la vida, cómo de la naturaleza, los animalitos y también mirando a los niños divertirse sin preocupación de nada, de lo que puede suceder el mañana, extraño ser niña, nada me preocupaba, crecer fue el deseo más tonto que pude haber soñado, la vida no es de color de rosa y los finales felices no existen verdaderamente.