Porque no te aproveche cuando te tuve.
Fuiste tan buena conmigo pero te ignore.
No te valore, creia que eras insoportable porque no me dejabas tranquilo.
Pero ahora creo que te necesito mas que nunca.
Desde que te fuiste ya nada es igual.
Ya no me tratan igual y ya no estoy mucho en casa.
A ti si te importaba si desaparecía, te escuchaba gritar como loca por toda la casa diciendo mi nombre.
-¡¡¡Ryo!!!,¡¡¡Ryo!!!-
Tus gritos enserio que eran ruidosos y ahora en su lugar hay silencio.
Tu habitación y la de tu hermana paso a ser solo de tu hermana.
La quinta silla que había en la mesa desaparecio, porque dejo de ser ocupada.
Jamás estuviste sola, pero te sentías de esa manera.
Yo fui testigo de todo por lo que pasaste.
Cuando estas triste jamás fui capas de acercarme y dejar que me acariciar, para sentirte mejor.
Y yo no supe valorarte, porque hasta con lágrimas y todo tu te levantaba y me dabas de comer.
Porque siempre que veías que iba hacia ti pensabas que era por comida.
Porque nunca fui capas de acercarme y escucharte.
Aún recuerdo cuando te vi por última vez.
Recuerdo que antes de cerrar la puerta, volteaste y me dijiste:
- Adiós Ryo -
Lamento mucho no haberte valorado.
Estoy caminando lejos de casa, creo que camine por los techo y calles de nueve cuadras.
Doble dos veces y llegue a un lugar donde había niños, todos entraban a una casa, pero era una casa enorme.
Por medio de un árbol subí a uno de los techos de la casa.
Había un patio enorme y los niños corrían en el.
Y en ese momento.....
Te vi.
Estabas sentada en el borde del tejado.
Tenias un aura brillosa a tu alrededor.
Tus muñecas estaban limpias.
Y tu cuerpo no tenia ningún rasguño.
- Hola Ryo -
Me saludaste.
Cómo te atrevías a saludarme de esa manera después de todo lo que me hiciste pasar.
Me acerque y tu me acaricias la cabeza.
Tus manos siempre fueron cálidas.
Siempre me iba de tus brazos cuando me acariciaba pero esa vez fue distinto.
Me quedé contigo hasta que los niños se fueran a sus casa.
- Ya es hora de volver a casa -
Dijiste.
Pero como si fuera arte de magia.
Él llegó........
Quería que te alejaras de mi.
Dijo que te hiba a llevar a un lugar en el que serias feliz.
Y me Di cuenta de que tu mayor deseo era:
Ser feliz.
Y ya no quise hablar más.
Porque a pesar de ser un gato.
Sentía una tristeza incomparable.