La misión

6.

El extenso paisaje pasaba por delante de mis ojos a una velocidad fugaz mientras el sol comenzaba a asomarse por detrás de las montañas. Estiré mi entumecida espalda sobre el asiento debido a la incomodidad de estar sentada durante más de dos horas, y eso que era muy cómoda. En ese momento, el compañero que me había tocado en frente de mí, sonrió al ver mi malestar.

—Tranquila, ya casi hemos llegado.

Suspiré.

—Deberías dejar de salirte con la tuya. Por eso ha estado molesta todo el viaje contigo —Apareció el otro compañero de asiento con un bollo y un café de la cafetería.

—¡Oh vamos, Izan! Sólo fue una mentirijilla.

Exacto. Mis compañeros de viaje eran Asher e Izan. No sé cómo pasó, pero ahora en vez de un compañero molesto, tengo a dos. Aunque en mi defensa, Izan es más soportable. 

Todo comenzó cuando le dije repentinamente a Asher que me iría a mi ciudad natal. Tenía pensado irme a la mañana siguiente por lo que apenas eché ojo ya que llegamos a la casa de Izan por la madrugada. Entonces, salí sobre las seis para coger el primer tren que salía y poco después de llegar a mi asiento, aparecieron de la nada Asher e Izan. Por supuesto me molestó, ya que mi plan era ir sola. Por eso estoy disgustada con Asher, porque sin ni siquiera consultarme, había decidido venir conmigo.

—Me despertaste por la mañana solo para mentir sobre que estaban robando en mi tienda y luego me arrastraste a la estación de tren. Eso no es una mentirijilla —Resopló Izan mientras comenzaba a comerse el bollo —Me diste un susto de muerte, hombre —Apenas se le entendía por la boca llena.

Este no estaba tan molesto como yo. Simplemente parecía adaptarse a las locuras de su amigo como si estuviera acostumbrado a ellas.

—Menos mal que le escribí una nota a Kayla para que cuidase de la tienda durante el tiempo que esté fuera —Siguió explicando.

—Mira el lado positivo. Nos serás de ayuda si hay que averiguar más cosas de Stamina —Dijo alegremente Asher.

—Tengo muchos conocimientos sobre muchas cosas, pero no las suficientes para ayudaros en este asunto —Admitió— Ya viste la cantidad de libros que nos leímos hasta encontrar con Stamina. Y para el colmo, no decía nada interesante.

—Pero Nora sí que nos brindó más información.

En el trayecto de más de dos horas, Asher le contó a Izan nuestra visita al Lady’s Night y todo lo que nos había dicho Nora acerca de Stamina.

—Si no me hubieras traído de una forma tan abrupta a este maldito tren — Alzó la voz pero al instante se percató de que varias personas del vagón se habían girando en su dirección por lo que bajó el tono de voz, casi susurrando— podríamos haber encontrado algo sobre la magia negra.

—Sigo sin tragarme que de verdad exista la magia —Interrumpí mientras me sinceraba.

Izan me miró con una cara compasiva mientras terminaba de beber el café.

Una de las razones por las que decidí volver a Shione era para obtener respuestas por parte de mi jefe. Se notaba que sabía más cosas sobre Stamina que yo, e incluso me atrevería a decir de mi infancia y viendo cómo la gente detestaba tanto aquella organización, la única opción que rentaba más en este momento era hablar con Adrien.

—Ahora que sabemos que nos están persiguiendo por estar investigando sobre Stamina —Susurra Asher mientras se inclinaba sobre la mesa que nos separaba— Hay que estar atentos a nuestro entorno. Nunca se sabe que personas nos quieren sin cabeza.

—¿Se supone que ahora somos los fugitivos más buscados o algo así mientras nuestro precio por captura crece a cada segundo? —Me crucé de brazos, aún escéptica a la realidad.

—Digamos que se considera traición interesarse por sucesos catastróficos de la antigüedad, pero sí —Aclaró Asher.

—Si tienes miedo, puedes volver a tu querida Alpheon —Dije intentando provocarlo.

—Tranquila querida, unos cuantos cazafortunas no son nada para mí —Se apoyó en el respaldo del asiento mientras cruzaba brazos y piernas y hacía una cara graciosa.

Afortunadamente, no sucedió nada extraño en el tren indicando que nos estaban persiguiendo cuando llegamos a Shione. Como era de esperar, Asher tuvo la boca abierta desde que nos bajamos del tren, admirando cada centímetro de la ciudad. Lo recordaba tal y como lo había dejado varios meses atrás. Grandes edificaciones con un nivel arquitectónico espectacular, carreteras de cemento y los mejores carruajes de todos los tiempos hechos de roble de primera calidad y tirados por dos majestuosos caballos.

—Creo que agradezco que me arrastraras hasta aquí —Confesó Izan a su compañero, aún atónito.

Sin perder más tiempo, nos dirigimos hacía mi organización. 

—Como esperaba de Dracon, el edificio más alto y glamuroso de toda la ciudad —Señaló Asher a la gran edificación cuando llegamos a nuestro destino.

—Te equivocas. Es aquí —Señalé un edificio más antiguo.

Asher e Izan se quedaron confundidos y a la vez decepcionados. Nada más entrar, se veía un gran vestíbulo con una recepción en el centro.

—¿Amaya? ¡Qué sorpresa! Adrien no me comentó que hoy vendrías —Dijo Serena, la recepcionista de Dracon, mientras consultaba su agenda.



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En el texto hay: aventura, magia, espada

Editado: 17.05.2021

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