Las clases habían comenzado nuevamente, todos volvían a su rutina, a levantarse temprano en las mañanas, se habían acabado esas noches de desvelo y de dormir hasta tarde, los primeros días costaron horrores volverse acostumbrar al horario. Pero con el tiempo todo volvío a ser como antes.
Joel estaba en el colegio, las horas ya habían acabado, toma sus cosas para irse, para terminar su día tan agotador.
—¿Que vamos a hacer hoy Joy?.
—No sé cómo hacerte entender que no me digas así.
—¿Que cosa Joy?.
Joel trata de ignorarla distrayendose con lo primero que mira.
—¿Joy?.
—Nada, nada.
—¿Enserio no es nada Joy? Bueno, si tu lo dices Joy no importa.
—¿Lo estás haciendo a propósito, verdad?.
—No sé de qué me estás hablando Joy.
Se acerca a ellos la chica a la cual le robaron el celular hace unos dos meses, venía junto con Marcos y el chico que lo ofendio en la entrada.
—Emm... Joel, yo... Yo quería pedirte disculpas.
—¿Por que?.
—Ella quiere pedirte perdón, encontró su celular.
Marcos trataba de agilizar la conversación para que no se volviera densa.
—Si, una amiga me lo robó, ella siempre fue así, nunca me quiso, entró en la hora del segundo receso con una amiga que viene a este curso, con la excusa que me buscaba y me lo sacó, quería pedirte perdón, por que se que me equivoqué, pensé que habías sido tu porque eras el único que estaba adentro, no pensé que ellas hicieran eso, nunca lo imaginé, así que espero que me disculpes.
—Esta bien, no pasa nada.
—Él también tiene algo que decirte, ¿verdad Christian?.
—Yo también quería pedirte perdón, solo eso, sé que me equivoqué al juzgarte.
Al terminar de hablar se da media vuelta y se va del lugar.
—Le cuesta admitir que se equivocó, es muy orgulloso, no lo tomes personal.
Bueno, los dejo tranquilos, chau.
Marcos y esa muchacha se retiran del lugar, al hacerlo Jessica comienza a observarlo con una sonrisa enorme.
—¿Qué? ¿Por que me miras así?.
—Ves que todas las personas no son como tu piensas.
—¡Cállate!.
Con sus cosas en la mano se va del lugar.
—¡Espera!.
Ella guarda sus cosas rápido y trata de alcanzarlo a pasos ligeros.
—¿A donde vas?.
—A trabajar.
—¿Qué? Pero siempre te vas a trabajar, desde que volvimos de vacaciones no pasas tiempo conmigo, siempre te vas.
—Tengo que trabajar.
—Aunque sea quédate un rato y después te vas.
—No puedo.
—¡Que aburrido! ¡Eres tan frio!.
Joel la ignora por completo siguiendo su paso, Jessica se frena y solo se queda viendo como se aleja de su lado, por detrás de ella llega Delfina que trata de asustarla, se coloca enfrente para ver su reacción, pero nota que no estaba de humor.
—Pense que te habías ido.
—No, solo trataba de convencer a Joy que se quedara.
—¿Y como te fue?.
—Se fue a trabajar, fallé, ¿Por que es tan así? Me desespera.
Joel llega a su trabajo y comienza a cambiarse, mientras se distrae en su mundo, no nota que Melanie estaba apoyada en el marco de la puerta con sus brazos cruzados observándolo.
—Llegas temprano.
—Si, no tenía nada que hacer y quise venir a trabajar para hacer horas extras.
—Si que eres un chico trabajador, eso me gusta de ti.
—Tengo que trabajar para ayudar a mi hermana.
—Eres muy maduro para tu edad.
—¿A que viene eso?.
—Nada, solo decía lo que me gusta de ti, nos vemos.
Al terminar de cambiarse comienzan sus horas de trabajo, los minutos pasaban lento en su cabeza, le toca atender la mesa siete, el acepta sin saber que ahí se encontraba Jessica y Delfina esperando a que él las atienda, al comenzar a acercarse las ve sentada y larga su mal humor en un solo suspiro.
—¿No te cansas de molestarme?.
—La verdad que no, tengo mucha energía para hacerlo.
—Que van a querer.
—Lo mismo de siempre.
—¿Que? Pero si no vienes tan seguido.
—Ya deberías conocerme como yo a ti.
—No sé.
—Yo quiero un té helado.
—¿Ya lo probaste Delfina?.
—No, si aún no se lo trajiste.
—Cállate, estoy hablando con ella, no con el animal.
—No, quería probarlo para saber cómo es, ¿Que piensas? ¿Es malo?.
—A mi no me gusta.
—Entonces no.
—No le hagas caso Delfi, no sabe nada.
—¿A que te refieres con eso?.
—¡Yo no te gustó! ¡Y soy un amor por dios! Con eso se comprueba que tienes mal gusto.
—No tiene nada que ver con lo que estamos hablando idiota.
—Si, es lo mismo para mi.
—No es lo mismo, son cosas diferente.
—Como digas, a mi tráeme café.
—Yo también quiero.
—Bien, ¿Algo más?.
—Seis facturas.
—Bien, se las traeré enseguida.
Joel se retira con la orden guardada en su mente, en el lugar más seguro que conocemos.
—Y bien, cuéntame cómo van las cosas con tu amigo.
—¿Sato?.
—¿Quien es Sato?.
—Santiago, el chico que...-
—Si, si, ya me acordé, ¿Ahora dime qué pasa con él?.
—¿Eh? No, nada, ¿Que podría pasar con él? Si somos amigos nada más.
—¿Por que te pones tan nerviosa? Cuentame de él.
—Él es el hijo del mejor amigo de mi padre, nos conocemos desde prácticamente desde que nacimos, ya que nuestros padres son muy unidos, él y yo nos veíamos siempre que se juntaban, apesar de que nos mudamos mucho, nos seguimos viendo de vez en cuando, él fue mi primer amigo, nunca se alejó de mi, por eso lo aprecio mucho.
—Ahh es un amor de la infancia.
—¡¿Qué?! ¿A-A-Amor de la infancia? No, es mi amigo, solo eso.
—¿Por que lo niegas? Deberías ser más abierta y dejar salir todo, la vida pasa más rápido que nosotros, por eso no dejes pasar nada, aprovecha el tiempo con él mientras puedas, si tienes la oportunidad, ¡¡¡Apuñala!!!.