La Mitad Del Cuento

Un Lugar Especial. Parte. - 4

Al día siguiente, se levantan en la mañana muy temprano, apenas el sol estaba saliendo, cuando la noche se iba acabando con el correr de los segundos, Christian se despide de Guadalupe ya que debía irse a trabajar. Ella comienza a preparar las cosas para el viaje que estaban por hacer, gracias a esto deja descansar unos minutos más a su hermano y Jessica. Una vez que acomodo todo y preparo el desayuno entra en la pieza para encontrarse a Joel acostado en su cama mientras Jessica lo abrazaba, parecían una verdadera pareja, aprovecha la situación y toma fotos para tenerlas de recuerdo.

     —Joel, despierta a Jess.

Al escuchar la tímida voz de su hermana comienza a despertarse poco a poco, le toma varios segundos acostumbrarse a la realidad nuevamente, mira a su alrededor esperando encontrarála para tirarle con la almohada, pero no la ve dentro de la habitación, mira hacia su costado y la encuentra durmiendo a su lado mientras lo abraza, al ver esta situación se sienta rápido, y se queda observándola, apesar del brusco movimiento que hizo no la llego a despertar.

     —Crei que dormiria como su personalidad, algo más deparramada y que séria molesto dormir con ella, pero ni si quiera me di cuenta.

Joel la mueve con movimientos suaves para despertarla.

     —Jessica despiertate, vamos, tenemos que irnos.

Ella no da ni la más mínima sospecha de que estaba despierta, comienza a moverla cada vez más fuerte hasta que nota que inconscientemente larga una sonrisa, en este momento es donde el se dan cuenta que estuvo fingiendo, asi que decide ponerle la almohada sobre su rostro y presionar, la dejó bajo ese objeto inerte por varios segundos hasta que se lo saca, cuando lo quita de encima ella se sienta sobre la cama tomando casi la misma postura que él.

     —¿Acaso quieres matarme?.

     —Casi lo logro, buenos días.

Jessica se sonroja al oír que él le había dado los buenos días, era la primera vez que la saludaba primero.

     —B-B-Buenos días.

Ella abraza su almohada y comienza a moverla de izquierda a derecha mientras se ríe.

     —¿Por que te ries de esta forma? Es incomodo.

     —¿No parecemos una pareja que vive junta?.

     —No. Nunca lo vi así.

     —¡Oh! Tan mala onda desde temprano.

Estira su cuerpo mientras Joel se pone de pie.

     —Bien, ya estoy despier...-.

Se cae dormida sobre la cama, esto hace que Joel se enoje ya que tenía que dejar lo que estaba haciendo para despertarla.

     —Despierta.

     —Ya estoy despierta. Solo me marie.

Le decía mientras mantenia sus ojos cerrados.

     —¡Entonces levántate!

Jessica se sienta sobre la cama y apoya su espalda en la pared. La pierde unos segundos de vista para concentrarse en buscar su ropa, al volverla a ver nota que ella se había vuelto a dormir, le tira con su remera en la cara para despertarla, esto hace que ella se despierte de golpe.

     —Realmente eres increíble.

     —Perdon, no soy como tu.

Luego de desayunar parten hacia su destino.
De camino a la parada de autobuses Joel nota que Jessica está muy feliz, sin entender muy bien lo que causaba esa sonrisa decide preguntar para saciar su instinto de curiosidad.

     —¿Por que estás tan feliz?.

     —Porque voy a conocer a tu madre.

Apesar de haber respondido su pregunta aún mantenia viva su sonrisa.

     — Escucha, ella...-.

     —¡Ya se! No hace falta que me lo digas, pero sé que aún está viéndote y me alegra que podré hablar con ella.

     —Eres muy rara.

     —Es una linda manera de sentir que aún no la perdiste.

Llegan al cementerio donde el silencio era la forma más común de comunicarse, se transmitían las palabras en gestos, era más que todo en respeto hacia las personas que estaban descansando.
Viajan a pié hasta la mitad del terreno donde se encontraba la tumba de su madre, al llegar ven que la lápida estaba lleno de tierra, las flores secas y yuyos crecidos alrededor.

     —¿Joel, podrías traer agua, un trapo y tijeras?.

     —¿De donde querés que las saque?.

     —Pidele a Néstor que te presté.

     —Bien, ahora las traigo.

Cuando Joel se va, Jessica se agacha apoyándo su mano sobre la fría lápida.

     —Hola señora...

     —A mí madre no le gusta que le digan señora.

     —¡Cierto! Perdón, perdón, ya empecé mal.
Soy Jessica, amiga de su hijo, quería decirle que él está bien, está creciendo y mejorando en su vida, hizo amigos y cada vez se abre más al mundo.
Tenía ganas de volver a verla desde hace mucho y hoy por fin vine, me hubiera gustado verla en vida, escuchar su voz, pero con esto es más que suficiente, espero que me acepte y no se preocupe por Joel, yo lo voy a cuidar.

     —Ella seguro que te va aceptar por las cosas que hiciste por Joel. Eres una gran chica.

Jessica se sonroja al escuchar las palabras de Guadalupe.

     —Gracias, voy ayudar a Joel.

Jessica se aleja del lugar para buscar a Joel, Guadalupe se queda en el mismo lugar observando en silencio la lápida, se agacha y acariciaba suavemente la helada piedra que tenía grabado el nombre de pila junto a su apellido de soltera de su madre, estando en silencio su mente comenzaba a recordar los últimos momentos que pasó con su madre, su mente la sumerge con la ayuda de su imaginación a revivir esos momentos.
Guada llega a casa, al entrar encuentra a su madre tirada en el suelo inconciente, al ver esta escena no dudo en llamar a una ambulancia, con los nervios a flor de piel y su cabeza reventada de especulaciones marca, trataba que su voz no sea acordé a su emociones para que pudieran entender lo que trataba de decir en su mismo idioma.
Cuando la situación llegó a calmarse, Guada le cuenta al doctor sobre la situación delicada de su madre, a causa de esto volvía a repetirse los momentos amargos que le tocó vivir.




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