La muerte para empezar: Oscuridad, Libro 2

capitulo 31: La ciudad I

—Odio el calor. —Refunfuño Annie sentada a mi lado mientras gotas de sudor caían de toda su hermosa cara. —¿Ya casi llegamos?

—Falta muy poco. —Informo Aldous sosteniendo las riendas del caballo.

—¿Está bien si utilizo un poco de magia ahora? Me temo que Freya se desmayara si esto sigue así. —Envié una mirada preocupada a Freya que estaba acostada en el suelo del carruaje como una rana muerta.

—No puedo evitarlo, los elfos somos criatura acostumbradas a climas fríos. —Hablando como si fuera sus últimas palabras abrió su cantimplora y tomo un sorbo de agua.

Aldous observando bajo su hombro suspiro y dio su consentimiento. —Está bien, ya hemos pasado el territorio de los gusanos de tierra. Debería estar bien…

El carruaje ahora transitaba un desierto árido, el sol abrasador había erosionado la tierra y lo único que se veía a la lejanía era una ciudad ondulante debido a las ondas de calor.  Estábamos cerca de la ciudad, varios días en este desierto habían llevado nuestros cuerpos a nuestro limite, y por alguna razón, los monstruos estaban más activos que de costumbre, por lo que no podía darme el lujo de gastar mi magia en refrescar mi cuerpo. Lo único bueno es que habíamos pasado las dunas hace un buen tiempo, el lugar era hogar de los gusanos de tierra. Estos monstruos se escondían bajo tierra y cuando una persona o animal caminaba sobre ellos saltaban y los devoraban enteros. Habíamos pasado varios momentos peligrosos gracias a que la carretera estaba dañada. Por lo que no tuve más remedio que hacer un camino de hielo en las partes donde la carretera se había destruido, lo que gasto gran parte de mi vasta reserva de magia al intentar que no se derritiera al instante con el calor abrasador.

—¡Gracias, Nate! —Se alegro Annie después de que colocara una barrera de viento frio alrededor de todo el carruaje, era un desperdicio de magia, pero el mayor peligro había pasado, mis compañeros podrían arreglárselas incluso sin mí.

—He vuelto a la vida. —levantándose del suelo, Freya se secó el sudor y se sentó con elegancia. Observando a la distancia comento. —Si merece ser llamada la ciudad espejismo.

—Tienes razón. —Hablo Frank. Ahora con una temperatura agradable todos se volvieron más habladores.

—Faltan dos días para la expedición ¿Deberíamos hacer turismo? —Annie me pregunto emocionada como una niña, yo sonreí al verla tan llena de vida nuevamente.

—Porque no.

(***)

—¿Cuál es su negocio en la ciudad? —Como cuestión de rutina el guardia a cargo de custodiar la entrada de la ciudad pregunto mecánicamente.

Aldous saco un sobre con el sello del gremio y se lo entrego. —Somos parte del grupo de subyugación de la mazmorra. —Declaro. Enseñando la insignia del gremio que colgaba en su pecho al ser el líder de nuestro grupo.

El guardia con armadura de placas algo sucia de tierra examino el sello y cuando confirmo que era real su actitud se volvió más amigable. —Bienvenidos, el gremio de aventureros está ubicado en el centro de la ciudad.

—Muchas gracias. —Aldous se inclinó cortésmente y agito las riendas del carruaje después de guardar la tarjeta del gremio.

Después de entrar en las murallas el efecto de la barrera de viento se hizo evidente, fue como entrar a un centro comercial con aire acondicionado en un día caluroso. El paisaje era de color arcilla, las casas estaban hechas de tierra solidificada en su mayoría, dando así un panorama a simple vista árido. La carretera principal tenía camellos tirando de carretas en lugar de nuestros caballos, también la tez de los lugareños era morena, era difícil de creer que solo fue una semana de viaje, parecía una cultura completamente diferente. Seguimos recto por la carretera hasta que llegamos al centro de la ciudad, en lugar de una plaza o algo por el estilo como la mayoría de las ciudades, esta ciudad optaba por un oasis cristalino. Ligeramente separado del oasis había bancas para sentarse y disfrutar de la vista, guardia hacían rondas protegiendo este manantial que posiblemente era la principal fuente de agua de este lugar.

Teniendo que dejar nuestro carruaje en una posada caminamos alrededor del oasis rumbo a una de las tres torres de más de 10 pisos ubicada en el centro de la ciudad formando un triángulo. La torre en la punta era el lugar donde trabajaban los magos para administrar la barrera de viento de la ciudad y algunas otras necesidades de la ciudad, la torre de la izquierda era el gremio de aventureros y la de la derecha era una especie de mercado de pulgas.

—Es más bullicioso de lo que esperaba. —Comento Frank mientras pasábamos unos puestos donde vendían fruta extraña. Las personas lucían apuradas, como si se sintieran ansiosas.

—Tienes razón. —Estuvo de acuerdo Glenn.

Otra cosa que nos llamó la atención fue que las personas nos miraban extrañados, casi esperanzados. No fue solo hasta que un grupo de niños se nos acercó con timidez que comprendimos lo que estaba pasando.

—Disculpen… —Nos llamó tímidamente mientras era empujado por otros niños, parecía que había sido elegido representante. —Por casualidad… ¿son ustedes aventureros del grupo de subyugación de la mazmorra temporal?

Nos miramos con extrañeza, pero asentí con la cabeza, con la guardia en alto. Pero en vez de hostilidad una sonrisa floreció en su rostro y sus ojos nos vieron esperanzados. —¡Son del grupo de subyugación! —Grito con entusiasmo.




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