La muerte para empezar: Oscuridad, Libro 2

Capitulo 34: El principio del fin

—Punto de vista de un aventurero rango S—

Por fin, después de tanto tiempo, la oportunidad que había estado esperando llego, por la que trabaje tan duro que mis manos perdieron toda sensibilidad. Una mazmorra temporal se abrió en las cercanías de Katabi y él noble a cargo nomino a nuestro equipo para formar parte del equipo de subyugación. Después de esto, podría incluso retirarme y vivir una vida pacífica. Conseguir esposa y tener hijos, así es como debería haber sido, pero… ¿Por qué estoy corriendo por mi vida ahora mismo? ¿Por qué mi brazo recién cortado duele tanto? ¿Por qué mis amigos murieron con la misma expresión confusa en sus rostros? ¿Qué es esa cosa? ¿Por qué a nosotros? ¿Por qué? ¿Por qué?

—Por favor, por favor, ¡Mierda! —Maldecí y lamente con un grito cuando la poción mas cara no pudo regenerar mi brazo.

En la oscuridad, la única compañía que tenia era una entidad que puede catalogarse como la muerte misma. Un rostro inexpresivo cuando asesina personas, alas emplumadas tan negras como la noche y una magia extraña que observe hasta la luz misma. Con mi respiración agitada y sudor corriendo por mi rostro rompí mi camisa para hacer presión en la herida mientras me arrastraba dejando atrás una mancha sangrienta debido a mis heridas.

—Maldición, Tammy… —Lloriquee al recordar la escena de esa cosa atravesando el corazón de mi amante con una espada negra. Su expresión, su sorpresa, estaba profundamente grabada en mi memoria. —¡Kuh! —Gimiendo cuando coloqué la venda improvisada en lo que quedaba de mi brazo derecho, me recosté en la áspera pared de la caverna.

Busque en mis bolsillos y encontré una piedra luminosa de reserva, aunque mi cerebro sabía que era una mala idea encender una fuente de luz que probablemente me delataría, el instinto de mi cuerpo anhelaba luz, algo para salir de lo desconocido. Cuando quite el paño con el que estaba envuelta, su luz roja ilumino la cueva levemente. Y como si estuviera esperando esto, la figura que me había traído tanto miedo hace apenas unos minutos apareció mientras me miraba desde la oscuridad. Su espada negra azabache manchada con sangre, la sangre mis amigos y amante. Mi respiración inmediatamente se agito y las lágrimas amenazaban con salir a pesar de que un aventurero de mi rango no debería llorar, pero estar tan indefenso era horrible, y como si disfrutara de mi angustia, la boca de la mujer se torció en una sonrisa malévola y una risa como el cacarear de un cuervo hizo eco en la oscuridad.

—¡JAJAJA! ¡Esa expresión es la que quería ver! —Cuando se canso de reír, suspiro. —Los otros no fueron divertidos ¿sabes? Tenían esa expresión confusa en sus rostros, aburrido.

Ella se acerco y me observo con curiosidad mientras inclinaba la cabeza. Y con lo ultimo de aliento que me quedaba me arrodille y llore.

—Por favor, déjame vivir.

—Hmm, un aventurero rango S es así, supongo que la misión que me encomendó mi señor no será tan difícil. —Hablo para si misma ignorando mi suplica. —Bueno, me divertiré un poco contigo, supongo. —Dijo ella y su espada ensangrentada me apunto.

En el reflejo de la hoja negra, mi rostro deformado por la angustia, desesperación y terror fue lo ultimo que vi cuando la punta de su espada perforo mi ojo derecho. Mis gritos en la caverna se perdieron en la oscuridad y la risa maniaca de la mujer.

 

—Punto de vista de Nathaniel—

Piso numero 4, paso un día desde que ingresamos a la mazmorra y cartografiar cada piso para tener un pequeño mapa de todas las salidas nos consumía gran parte de nuestro tiempo, sin embargo, si por alguna casualidad nos separamos, serian nuestro salvavidas, por lo que, nadie se quejaba. Hasta ahora, nuestro tesoro era suficiente para vivir por un par de años sin tener que trabajar, pero con cada piso que profundizábamos las recompensas de la mazmorra mejoraban exponencialmente. Ahora, después de matar con éxito al jefe de 4to piso que era una serpiente gigante nos frotábamos las manos con entusiasmo esperando el jugoso tesoro. Cuando el capullo formado por enredaderas se marchito una armadura plateada y algunas gemas salieron a la luz, y todos celebramos con un abrazo grupal, esto fue como encontrar el dorado.

—¡Si! ¡Buena mierda! —Grito Glenn, el usualmente cayado tenia un brillo emocionado en sus ojos y todos nos reímos.

—¡Es una armadura encantada! — Celebre mientras trazaba mis dedos en las runas verdosas de la armadura.

—¡Bien, nos moveremos al 5to piso y descansaremos ahí por hoy! — Hablo Aldous con una sonrisa.

Guardamos la mitad del tesoro en mi anillo dimensional y seguimos bajando por la escalera rustica que la caverna nos ofrecía. Mientras íbamos profundizando cada vez más, la caverna pasaba de algo simple a lo que parecía un calabozo típico de un videojuego. Incluso había puentes y cosas por el estilo.

Por el camino, varios monstruos intentaron matarnos, pero nuestro trabajo en equipo fue suficiente para acabar con todos sin siquiera un rasguño, la misión parecía ser más fácil de lo planeado y con suerte la próxima semana estaríamos sumergiéndonos en los pisos más profundos después de abastecernos de suministros nuevamente. Sonreí cuando vi a todos mis amigos y camaradas ser serios cuando combatían, pero como niños en dulcería cuando encontraban un tesoro, todo iba demasiado bien, pero en ese momento el dicho “Si es demasiado bueno para ser verdad probablemente no lo sea” nunca paso por mi cabeza…




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