La mujer del alfa

Capítulo 1

Leónidas: tengo el presentimiento que este día encontrare a mi alma gemela. Solamente que algunas veces me la imagino y es demasiado hermosa.

Blake: me pregunto si la rechazarías si te dieras cuenta de que no es como te la imaginas. Nada más quisiera saber cuál sería tu reacción si eso llegara a pasar.

Leónidas: jamás la rechazaría. Porque su lugar es estar siempre conmigo y sabes perfectamente lo que pasa si los hombres lobos lo hacen, así que eso es lo que menos me importa.

Blake: recuerda que les prometiste a tus padres que iras a visitarlos a su casa. Seguramente tu hermana a esta hora te estará esperando a que llegues.

Leónidas: tienes razón, Blake. Mi familia siempre será importante para mí, pero cuando tenga la mía lo será aún más y también mi alma de hombre lobo esta intranquila.

Blake: entonces deberías de irte para que tu familia no espere mucho tiempo por ti, ya que tus padres viven lejos y es mejor que te vayas de una vez.

Él se despide de su amigo para poder salir de su despacho, Leónidas tomo el cargo del alfa de la manada luna roja hace cien años y solo le faltaba su hermosa luna. El sale de su casa y se sube a su auto para poder dirigirse a su destino

En la casa de la familia Andersen

Mariana: este día mi hermano va a venir de visita. Estoy feliz de volver a verlo, ya que en raras ocasiones viene a visitarnos y esta sería la mejor ocasión para presentarte con él.

Perséfone: hemos sido amigas por muchos años y es la primera vez que conoceré a tu hermano. Además, lo conozco a través de las fotografías que hay en tu casa.

Mariana: solamente que mi hermano tiene un carácter imposible y tú misma te darás cuenta cuando lo veas. Ahora que terminamos de hacer nuestra tarea será mejor que guardemos nuestras cosas.

Perséfone: nuestro último año en la universidad es demasiado pesado. Porque cada día nos dejan más tareas y cuando terminemos podemos ejercer nuestras profesiones.

Mariana: ser maestra siempre ha sido nuestro sueño y cuando termine de presentarte con Leónidas le pediré al chofer que te lleve a tu casa.

Perséfone: de esa manera mi madre no se preocupará por mí. Espero que llegue pronto para que no se me haga tarde y lo que menos quiero es preocupar a mi madre.

Mariana: por supuesto que no lo harás. Además, siento que te llevaras muy bien con él y debemos de bajar a la sala para esperarlo, así que también necesitas llevar tu mochila contigo.

Ella toma su mochila y después de que lo hacen salen de su recámara para bajar las escaleras, pero cuando estaban a punto de llegar Leónidas estaba sentado al lado de sus padres y en ese preciso momento su alma de hombre lobo despertó para decirle que su alma gemela estaba cerca y él no podía creer lo que estaba pasando, porque el olor de flores rojas venia de la persona que estaba al lado de su hermana, eso significaba que era ella la mujer que tanto había buscado, solo que no era agraciada físicamente y no tenía la menor idea de lo que tenía que hacer si ella estaba a unos pasos de él. Solamente sabía que ella era su mujer y su apariencia no iba a ser un impedimento para tenerla a su lado, porque él estaba dispuesto hacer que todos la respetaran y el solo la observa en silencio

Leónidas: buenas tardes, hermana. No puedo creer que el tiempo haya pasado tan rápido y antes de que tomes asiento me gustaría saber el nombre de tu amiga.

Mariana: tienes razón. Ella es mi mejor amiga y se llama Perséfone Hamilton Sullivan, además nunca tuve oportunidad de presentártela, porque no encontré la ocasión adecuada para hacerlo.

Leónidas: encantada de conocerla, señorita Hamilton. Mi nombre es Leónidas Andersen Lawson y usted y yo tenemos el mismo destino que tendremos que aceptar.

Perséfone: igualmente para usted también y definitivamente no entiendo de lo que está hablando. Sera mejor que me vaya y con esas ultimas palabas me despido de ustedes.

El solo la observa irse acompañada de su hermana. Ahora que sabía que ella era su destino seria la mujer del alfa y él se despide de sus padres para ir por ella, Leónidas sale de la casa de sus padres y cuando Perséfone estaba a punto de subirse al auto él se lo impide, pero su hermana no podía hacer nada por su amiga, porque ya la había reclamado como suya antes de que salieran de su casa

Perséfone: en verdad no entiendo que es lo que pretende conmigo. Sera mejor que suelte mi mano, porque necesito irme a mi casa y ya es tarde.

Leónidas: lo siento tanto por ti, pero no estoy dispuesto dejarte ir. Además, no puedo creer que no te haya visto antes y la diosa luna me quiere decir algo importante con todo esto.

Perséfone: no entiendo de lo que me está hablando y como le dije antes necesito irme. Ahora pienso que fue un error al presentarme con usted, porque dice cosas sin sentido.

Leónidas: eres mi alma gemela y cuando un ser sobrenatural encuentra lo que tanto ha buscado no la deja ir nunca. Solamente espero que lo entiendas cuando te hable de mi mundo.




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