La mujer del alfa

Capítulo 3

Leónidas: yo no nunca me avergonzaría de ti. Porque eres mi pareja eterna y los seres sobrenaturales que se atrevan hacerlo conocerán lo que es un alfa enojado.

Perséfone: este es tu mundo y siento que no perteneceré aquí. Pero quiero que encuentres otra mujer a la que si puedan aceptar y no quiero que te conformes conmigo si tienes otra posibilidad de tener una hermosa luna.

Leónidas: nunca te cambiaría por nadie. Además, la marca que llevas en tu cuello es la prueba de que te acepte como mía y no quiero seguir escuchando más pretexto.

Perséfone: pretextos o no solo digo la verdad. Solamente que no puedes cambiar la manera de pensar de los demás, eso es una realidad.

Leónidas: jamás me ha importado la opinión de nadie. Nada más que debo de llevarte a tu casa y sobre todo me presentare ante tus padres como tu futuro esposo.

Ella se sorprende ante sus palabras y Leónidas toma su mano para poder salir de su recámara. Ellos bajan las escaleras con mucho cuidado y de esa manera salen de su casa para dirigirse a su auto, pero cuando llegan el ayuda a su luna a subirse para hacerlo el también, el mira a su luna directamente a sus ojos y cuando deja de hacerlo empieza a  conducir

Perséfone: necesito saber cuándo seria la boda. Estoy lista para que me sorprendas más de lo que estoy y espero que respetes el tiempo que mis padres pondrán al momento de que elijan una fecha.

Leónidas: una boda se puede planear fácilmente en una semana y ese límite es el que pienso poner para que se realice. Además, ya no puedo seguir esperando y las noches sin ti serán demasiado difíciles.

Perséfone: debemos de estar separado por este corto tiempo. Solamente que mis padres no permitirán que nos casemos de esa manera tan precipitada.

Leónidas: entonces si es así debemos de casarnos ahora mismo. Porque es la única manera de que nadie me impida estar contigo como yo quiero.

Perséfone: jamás me casaría contigo así. Quiero tener una boda normal donde estén las personas más importantes para nosotros y falta todavía que me cuestes más cosas como quien es la diosa luna.

Leónidas: la diosa luna es la persona que nos elige a nuestra alma gemela cuando nacemos y todos los seres sobrenaturales tienen una pareja. Eso quiere decir que nadie se puede quedar sola y si alguien rechazada a su pareja predestinada se muere de tristeza.

Perséfone: por esa razón tú no me rechazaste al conocerme, sino hubieras tenido consecuencias graves al no aceptarme y tu única opción para amar fui yo.

Leónidas: no tengo ninguna razón para no amarte. Además, tú también me amaras de la misma manera, así que debes de aceptar que eres mía.

Perséfone: eso ya lo hice. Solamente que no tengo ninguna otra opción y si en verdad me quieres tendrás que enamorarme como si fueras un caballero.

Leónidas: entiendo perfectamente a que te refieres y algo que siempre he tenido es una buena educación. Seguramente toda tu vida soñaste con un príncipe y yo no soy nada de eso sino alguien que te acepta tal y como eres, pero tampoco te pediría que cambiaras. Porque me gusta demasiado tu personalidad a pesar que aparentas ser una humana tímida y reservada.

Perséfone: será porque puedo ser yo misma estando contigo. Nada más que me da mucha vergüenza expresar lo que siento delante de los demás.

Leónidas: eres una persona demasiado reservada y eso lo entiendo. Además, a mi lado nunca deberás de preocuparte por nada, ya que eres mi hermosa luna.

Perséfone: pienso que no debo de preocuparme. Necesito recordar que tú eres un hombre lobo y yo una simple humana que tuviste que aceptar por obligación.

Leónidas: quiero que entiendas que yo te acepte. Porque te amo y que no existirá nada en este mundo que lo podrá cambiar, así que tarde o temprano también me amaras.

Perséfone: te sientes demasiado seguro de tus palabras y no sabes cómo me gustaría pensar de esa manera. Solamente que hemos llegado y necesito bajarme.

Leónidas: entonces llego el momento de presentarme con mis futuros suegros y sirve que de una vez arreglamos nuestro matrimonio, ya que sabes que no tengo mucha paciencia.

Perséfone: este no sería un buen momento para hacerlo mientras yo les diré a mis padres que tengo novio y así no sentirán que algo extraño pasa.

Leónidas: está bien y te pienso dar tres días para que lo hagas y después de eso me presentare ante ellos para pedir tu mano en matrimonio.

Perséfone: en verdad quieres hacer las cosas a tu manera y eso pasara únicamente si yo lo permito. Además, quiero tener un noviazgo normal como lo hacen las personas.

Leónidas: te recuerdo que yo no soy un humano. Jamás he entendido su comportamiento a pesar de que mi madre también es humana y ella trato de que tuviera una vida normal.




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