Capítulo 19

Perséfone: me siento como si fuéramos uno solo y tienes razón al decir que eso se lo debemos a la diosa luna. Porque gracias a ella estaremos juntos.

Leónidas: también siento que nos unió la fuerza del amor. Nada más que nuestras almas siempre estuvieron conectadas y siendo amiga de mi hermana no tiene la razón por la cual no te vi antes.

Perséfone: ya te dije que todavía no era nuestro destino estar juntos y por esa razón no me podías reconocer. Solamente que el destino de las personas siempre será el mismo ante intenten cambiarlo y mis padres intentaron cambiar el mío y ahora estoy aquí.

Leónidas: no debe de preocuparte por lo que pasara en el futuro. Además, yo siempre te protegeré y te prometo que nunca te pasara nada.

Perséfone: es lindo que me prometas eso y más estando en este mundo. Pero soy humana, pero también soy tu pareja y saber eso me hace sentir especial.

Leónidas: sabes lo que más me gusta es verte feliz y quisiera darte todo lo que tu quieras para que nunca dejes de sonreír, ya que cada una de tus sonrisas deben de ser para mí.

Perséfone: no necesito nada y todas mis sonrisas serán para ti. Seguramente es la hora de la cena y nosotros seguimos conversando sobre esto.

Leónidas: tus padres entienden tu estado de ánimo y para hacerte feliz organizaremos nuestra boda. Aunque nuestras madres ya se están encargando de eso.

Perséfone: es que no debemos dejarle todo el trabajo. Porque también quiero decidir y sobre todo yo quiero buscar mi vestido de novia.

Leónidas: seguramente vas a elegir el más bonito para ti, así que puedes comprar el que tu quieras. Porque ahora tienes dos madres que te consentirán.

Perséfone: primero debo de elegir mi vestido para la boda del inframundo. Eso quiere decir que vamos a ir al mundo de los humanos para que pueda hacerlo.

Leónidas: no te voy a poder acompañar, pero le pediré a mi hermana que te cuide, ya que hay una superstición que dice que el novio no puede ver a la novia vestida antes de la boda.

Perséfone: es mejor creer en eso para que no exista ningún obstáculo en nuestro matrimonio. Estoy segura que a ti no te va a gustar eso.

Leónidas: debemos de cuidar el más mínimo detalle de nuestra boda. Aunque nuestras almas y también nuestro amor serán eterno no podemos permitirlo.

Ella se levanta de su asiento y deja el libro que estaba leyendo en la mesa. Ellos salen de su recámara tomados de la mano para dirigirse a la sala donde estaban todos reunidos y a los pocos minutos llegan

Hades: espero que no tengas ninguna duda de que te queremos. Porque yo sentí que si las tenias cuando llegaste al inframundo y necesitaba aclarártelo.

Perséfone: no tengo dudas de que me quieren. Además, siento en mi corazón que, si lo hacen y se que piensan que me afecto esto, pero no es así, nada más que mi felicidad antes consistía en leer libros.

Hades: recuerdo que te gustaba mucho hacerlo. Solamente que cada vez que vengas a vernos tendrás libros que puedas leer y solo te pido que no te olvides de nosotros.

Perséfone: nunca los olvidare y les recuerdo que ustedes son mi verdadera familia. Aunque siempre tendré a mi lado a mis padres adoptivos.

Hades: no importara en el mundo en que estés, ya que nosotros te cuidaremos. Ahora si debemos de pasar a cenar, porque solo los estábamos esperando para poder hacerlo.

Perséfone: siento mucho haber tardado en mi recámara y necesitaba reconocerla como mía. Porque después de muchos años dormiré en mi cama.

Hades: sabes que eres libres de hacer lo que tu quieras por ser mi hija. Serás la única que no conocerás los limites y sobre todo siempre tienes lo que quieres.

Perséfone: no creo necesario que hablemos de esto. Pero estoy conforme con lo que tengo y sé que puede tener más cosas por ser la princesa del inframundo.

Ellos dejan de conversan y cuando lo hacen todos los presenten se levantan de sus asientos para dirigirse al comedor. Ellos cuando llegan toman asiento y la reina se sentía feliz al tener de vuelva a su niña el tiempo que ella decida estar con ellos y la sorpresa de este día fue su hijo al traer una joven con el y como sus padres les tocaba ver la felicidad de sus hijos. Ellos empiezan a cenar y tiempo después terminan de hacerlo