La musa de Leif

Capítulo 13

Kendra

No podía conmigo, después de que Leif se fue. Empecé a dar vueltas en la casa, sus palabras no se iban de mi mente, que viviéramos juntos, que sabía que éramos el uno para el otro, pero yo le había dicho que sería solo por esta noche, ¿cómo se había ido todo por el barranco? Simple, porque había pasado la mejor noche de mi vida, él no solo era dulce y respetuoso, tal como se había mostrado ante mi familia, también era un increíble amante, y atractivo. Lo tenía todo para ser el hombre perfecto, pero no podía olvidar su edad. Entonces, como la cobarde que era, decidí viajar con mi familia a Rushtown. Pero él había dicho que regresaría, por lo que le envié un mensaje. No podía marcharme sin decir nada y que viniera a casa y yo no estuviera, eso sería cruel.

Viajaré a mi pueblo<<

Él no vio el mensaje de inmediato, preparé una maleta para quedarme por lo menos una semana, necesitaba desesperadamente aclarar mis pensamientos, mientras más meditaba en lo sucedido más miedo tenía, él me pedía algo que no había considerado antes, yo nunca había vivido con nadie, ya de por sí las relaciones de noviazgo que había tenido no habían sido buenas, ¿qué podía salir de todo esto? Lo más probable era que el problema fuera yo, después de todo, tantas parejas fracasadas no debían ser por nada.

Llegué al aeropuerto unos minutos antes que mi familia, había sacado los pasajes online y tuve mucha suerte, por ser la fecha que era. Conseguí el último asiento libre en el mismo vuelo. Ellos se sorprendieron al verme.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó mamá.

— Me tomaré la semana, necesito descansar.

Podía ocuparme de todo a la distancia por una semana, tenía a Becky para que hiciera lo necesario presencial y, si había una urgencia, siempre podía volver. Pero mientras más distancia tomara de Leif, sería mejor, además así tal vez él podía analizar mejor todas las tonterías que me había dicho.

>>huyes?

Observé el móvil y volví la vista a mi familia; ellos me miraban con sospecha. Seguramente imaginaban que entre Leif y yo había pasado algo, pero ninguno se atrevía a preguntar. El único que no estaba allí era John, pues vivía en la ciudad.

Necesito tomar un poco de distancia<<

y tu deberías pensar más a conciencia en todas las cosas que dijiste<<

>>yo no tengo nada que pensar

>>sé lo que quiero, pero tómate el tiempo que desees

— ¿Es él? — indagó Nini susurrando, mientras esperábamos.

— Sí.

— ¿Qué pasó?

— Nada — repliqué, viendo que todos me miraban. Lo único que me faltaba era tener que decir delante de nuestros padres que me había acostado con Leif y ahora salía huyendo.

***

Leif

La veloz huida de Kendra, después de lo que habíamos compartido, me había decepcionado un poco, pero más que nada me hizo enfurecer. No obstante, debía entender que ella era humana, no tenía toda la carga de experiencia que tenía yo, por lo que comprendía que no supiera qué hacer, pero yo deseaba estar con ella.

Y otra cosa que me molestaba era que me pasara esto justo ahora que había decidido volverme una figura pública, claro que siempre existía la posibilidad de adelantar mis planes de desaparición con una muerte accidental.

No le respondí más.

— Leif, vayamos a Carpathians, allí siempre tenemos fans, que nos saludan, pero no nos acosan — sugirió Rand.

— A ti no te acosan.

Todos reímos.

— Yo creo que es buena idea — lo apoyó Sylvia.

— De acuerdo, vayamos.

Carpathians era un club de estilo industrial de alta categoría, tenía tres diferentes pistas de baile, un sector para sentarse a beber y conversar, y por supuesto el sector vip que solo estaba abierto a criaturas sobrenaturales. También tenía una regla y era que los vampiros no podíamos llevarnos del lugar a ningún humano que no fuera de los que servían para la alimentación.

Estando ya en el lugar, contamos con compañía rápidamente, fingí que todo estaba bien, pero al cabo de una hora me retiré al sector vip, donde estaría más tranquilo y no tenía que aparentar interés por nadie. Allí había varias personas que conocía, pero solo las saludé a la distancia. Lo que me llamó la atención fue ver a algunas de las personas que veía en las reuniones de los opositores conversar con el dueño del lugar como si fueran amigos. Aunque no era mi asunto, después de todo, yo también me congregaba en ambos lugares, pero a diferencia de esta persona, no me hacía el amigo de nadie.

***

Kendra

— Ahora cuéntamelo todo — me conminó mi hermana cuando estuvimos a solas en mi habitación de la casa de mis padres.

— Nini, ¿qué quieres que te diga?

— ¿Todo?

Comencé a guardar mi ropa en el armario y ella se sentó en mi cama. La habitación se veía todavía como cuando yo era adolescente.

— Nos acostamos, después él se fue porque tenía una reunión y yo aquí estoy.

— ¿Quieres decir que solo fue sexo? ¿Todo el amor que decía sentir se terminó allí?

— Ay, no... — Me quedé callada unos momentos y, como mi hermana tampoco hablaba, entendí que quería que continuara con mi relato. Por más que quisiera decir que eso había sido solo sexo, sería injusta con Leif. — Él hasta habló de vivir juntos e incluso casarnos...

Ella rebotó en el colchón como si hubiera saltado.

— ¡Lo sabía! Está enamorado de ti.

— Entiende que es un niño de veinte años, no me casaré con él.

— Tiene treinta, y me pareció muy maduro, nada que ver con esos con los que saliste antes, cuya edad biológica no se condecía con su edad mental.

Sus palabras me sacaron una risita divertida.

— ¿Qué puedo decir…? Me da miedo.

— No seas cobarde, esta puede ser tu oportunidad de estar con alguien que realmente te valore, y que no quiera sacar provecho de ti.




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