Leif
La ira que me consumía hacía que me costara controlarme; por momentos mis ojos se volvían rojos. Sabía que para ella no había sido simplemente sexo, pero me molestaba la forma en que lo había dicho, el desprecio que había colocado deliberadamente en su voz para herirme.
No tenía sentido continuar insistiendo con ella, no me aceptaría nunca, nadie le quitaría de la cabeza que yo era un chiquillo malcriado encaprichado con una mujer mayor. El problema era que mi cuerpo clamaba por ella. Cada vez que la veía, se me derretía el alma, y, después de que nos acostamos era peor, ella despertaba mi sed por su sangre y sentía que ninguna otra podría saciarme.
La vestuarista y el equipo de maquilladores se presentaron para prepararme, yo no dije nada y les permití colocarme el ridículo atuendo que no tenía nada que ver con mi personalidad, pero que, según Kendra y Arthur, potenciaba las ventas de nuestra música. ¿Por qué me había dejado embaucar para meterme en esto? ¿Era mi ego tan grande? Yo solo quería cantar y, de preferencia, quería cantarle a ella, una mujer que ni siquiera escuchaba mi música.
Cuando estuve listo, ya nos estaban anunciando. Sylvia fue la primera en subir al escenario y comenzó a calentar a la audiencia con un solo de batería. Después la acompañó Rand, luego subió Neo, y habían pasado unos quince minutos cuando hice acto de presencia. La música se había detenido, las luces se apagaron y solo me veía yo, con mi ropa negra, mi peinado salvaje y el maquillaje oscuro. Levemente iluminado por una luz roja, dejé que mis ojos mostraran toda mi furia vampírica, solo los verían los que estaban más cerca y seguramente creerían que se trataba de lentillas, después de todo, sobre el escenario todo estaba permitido.
Luego de haber recorrido unos pasos delante del público, me quité los incómodos zapatos lanzándolos a la audiencia, que los recibieron con gozo. Caminé descalzo, lentamente, por las cálidas tablas de madera, y comencé a entonar un canto a capella. Era una estrofa pausada y susurrada, los fans mantenían un silencio expectante, y pronto comenzó un sonido percutivo y rítmico, al que todos en el lugar acompañaban haciendo palmas. La última nota sostenida dio paso a un acompañamiento intenso, y el concierto comenzó. Los gritos se desataron, detrás de la intensa música, dejé que las notas me llenaran y las emociones fluyeron de mí hacia mis espectadores tal como todos esperaban.
***
Kendra
Llegué a casa a las diez de la noche, con un agotamiento terrible, y pesar en mi corazón por la conversación que había tenido con Leif. Lo peor era que tenía razón, había huido como la cobarde que era. En realidad, no era cobarde, solo realista, ¿qué futuro podía tener junto a alguien quince años menor que yo? Dentro de diez años él se seguiría viendo atractivo y yo, ya tendría la menopausia y se me notaría mucho más la edad. Si ahora no se me notaba tanto, era por pura suerte. Porque lo único que hacía para mantenerme era comer bien e ir al gimnasio dos veces por semana, a diferencia de otras mujeres de mi edad que ya habían pasado por dos o tres tratamientos estéticos invasivos.
Me dirigí al baño y comencé a llenar la tina mientras me desvestía. Dejé el agua corriendo y fui a la cocina para prepararme un sándwich el que comí rápidamente. Tomé el móvil y allí había un mensaje de mi hermana de un par de horas antes: "¿Qué sucedió con Leif'?", suspiré con pesar. Ella ya debía estar durmiendo, pero le dejaría un audio de cualquier manera.
"Nini, sé que ya duermes, pero te hablo porque es más fácil y rápido. Sabes que, le di tu mensaje, y dijo que te agradecía mucho, y te mandó también saludos. No hablamos casi de nosotros porque yo tenía poco tiempo, pero estaba distante. Supongo que tiene razón, le he dado motivos para sentirse molesto. En fin, cualquier novedad te cuento. De todas formas, mañana te llamaré para ver cómo sigue todo. Te amo, hermanita."
Dejé el celular y volví al baño.
Ni me atrevía a decirle a Nini que lo había maltratado. Ella me regañaría y tendría razón, él también tenía razón en lo que me reclamaba. Dejar de pensar era casi imposible después de haber estado en su presencia, parecía que mis emociones estaban a flor de piel, al menos el cansancio me ayudaría a dormir. No era justo lo que había hecho, si lo pensaba con juicio, me daba cuenta de que siempre me había comportado como una basura con él, ¿cómo se había enamorado de mí? No importaba cómo, si tuviera otra oportunidad, la aprovecharía...
***
Leif
El concierto fue un éxito, los videos nuestros ya circulaban en las redes, y todos los que asistieron estaban conformes. Cuando terminamos, hubo una rueda de prensa en la que no faltaron preguntas sobre Kendra y yo, a las que respondí, como me habían ordenado, diciendo que no teníamos ninguna relación.
Poco después se realizó un convite para la banda, junto con algunos fans que habían pagado mucho para estar con nosotros en privado. Aunque en este lugar me llovieron las propuestas, no acepté ninguna; si lo hiciera solo habría sido por despecho.
Para terminar el día fui a una fiesta de los opositores en las afueras de la ciudad, todavía me sentía airado por la conversación con Kendra. Al entrar en el lugar, la recepción fue muy diferente de la habitual, hubo aplausos y ovaciones, y cuando Radish me interpeló también su actitud fue otra.
— Estuviste impresionante. Syoran está muy conforme con tu actuación, ¿lo que hiciste con la chica fue real?
Él se refería a una muchacha que se subió al escenario, yo la abracé, la besé y fingí morderla. La joven se desmayó en mis brazos y el equipo de seguridad tuvo que sacarla de escena. Radish era quien me había pedido que comenzara a introducir elementos de nuestra forma de vida en mis espectáculos y los regentes me habían dado autorización para hacerlo, cuando estuve en la junta realizada en Groenlandia, únicamente para los de nuestra especie, Liam y Xander habían tenido una conversación conmigo, convirtiéndome así en una especie de infiltrado, lo cual me dejaba en medio de la guerra nuevamente.