La Navidad del Ceo Solitario: Millonario en la Nieve

El Camino a la Despedida

La tormenta de nieve que había atrapado a Julian y Isabella finalmente se había disipado. El resplandor del sol iluminaba la cabaña, haciendo que el mundo exterior pareciera un lugar mágico y lleno de promesas. Mientras Isabella preparaba el desayuno, Julian recibió una llamada que cambiaría sus vidas.

 

Julian miró su teléfono, con la voz de sus padres del otro lado de la línea. La conversación fue breve pero intensa. Sus padres habían encontrado una mujer millonaria, una heredera de una de las dinastías más ricas del país. Estaban emocionados y ansiosos por que Julian la conociera. La noticia le dejó aturdido. No sabía cómo reaccionar.

 

Cuando colgó, Julian se acercó a Isabella, que estaba colocando tazas de café en la mesa.

 

Tomó su mano y la miró profundamente a los ojos. —Isabella pase una navidad increíble a tu lado, la cena estuvo deliciosa — comenzó, con una mezcla de emoción y angustia en su voz, —mis padres han encontrado a alguien que quieren que conozca. Es una mujer millonaria, y creen que sería una excelente pareja para mí en términos de negocios y posición social —.

 

El rostro de Isabella palideció, y la mirada de incredulidad cruzó sus ojos. —¿Qué significa esto, Julian?, ¿Qué paso con el beso que nos dimos?, ¿No te gusto?, ¿Estabas jugando conmigo? —preguntó, temiendo lo peor.

 

Julian suspiró profundamente. —El beso creo que fue por mi soledad, no lo sé, pero Tómalo como un regalo de navidad. No estoy jugando contigo solo que significa que tengo que irme, Isabella. Mis padres tienen grandes planes para mí en el mundo empresarial. No pueden aceptar que nuestra relación continúe, aparte la tormenta ya se dispersó, el avión ya vine en camino, me iré al aeropuerto caminando lo antes posible, no quiero que vean donde estoy. —

 

Isabella se retiró la mano, sintiendo una mezcla de rabia y tristeza. —¿Y qué planeas hacer? —

 

Julian miró a su alrededor, incapaz de sostener la mirada de Isabella. —He tomado una decisión, Isabella. Me voy, y no debes buscarme. No quiero que arruines tu vida por mí. Creo que no hay futuro para nosotros —.

 

Las palabras de Julian resonaron en el aire, y un silencio incómodo llenó la habitación. Isabella finalmente rompió el silencio con una voz que temblaba de enojo y dolor. —Así que eso es todo, ¿verdad? Después de todo lo que compartimos aquí, planeas dejarme sin siquiera luchar por nosotros —.

 

Julian miró a Isabella con pesar. —No es tan simple, Isabella. Mis padres no aceptarán a alguien que no sea de su clase social. Tienes que entender —.

 

Isabella se levantó bruscamente de la mesa y caminó hacia la ventana, mirando fijamente el mundo exterior. "Entiendo que tu vida está llena de expectativas y deberes, Julian. Pero también entiendo que nuestro amor es real, y me niego a renunciar a él tan fácilmente."

 

Julian sintió el peso de la decisión que había tomado y el dolor en el corazón de Isabella. A pesar de sus sentimientos, la separación se cernía sobre ellos, amenazando con romper el amor que habían encontrado en medio de la nieve.

 

Isabella se volvió hacia Julian, sus ojos llenos de determinación. —Si decides irte, no puedo detenerte, Julian. Pero no me pidas que deje de luchar por lo que sentimos. No me puedes hacer creer que no hay futuro para nosotros sin ni siquiera intentarlo —

 

Julian bajó la mirada, sintiéndose atrapado entre su deber y su amor por Isabella.

 

—Lo siento, Isabella, pero no puedo enfrentarme a mis padres. Mi vida está ligada a sus expectativas —.

 

—Eres un cobarde —añadió Isabella.

 

—Fue un gusto conocerte —añadió Julian

Isabella se acercó a él y tomó su rostro entre sus manos. —La vida es corta, Julian. No deberíamos renunciar a lo que nos hace felices por miedo a lo que los demás piensen. Si decides irte, ve. Pero no lo hagas pensando que es lo mejor para nosotros. Nuestra relación no puede terminar así, el beso lo explica todo, pero no dire más —

 

Julian se sintió abrumado por las palabras de Isabella y la pasión en su mirada. Sabía que ella tenía razón, pero también sabía que enfrentar a sus padres sería una batalla monumental. —Prometo que, aunque me vaya, siempre te llevaré en mi corazón, Isabella. Nunca te olvidaré —.

 

Isabella se acercó a Julian y lo besó apasionadamente. —Prometo esperarte, Julian. Y lucharé por nosotros, sin importar lo que suceda, aunque me toque espérate un año, quizá la nieve nos una de nuevo.

 

—Este es mi número, te llamare, pero espero que el trabajo me de para, aunque sea escribirte un buenas noches —añadió. Julian.

 

Julian y Isabella se abrazaron con fuerza, sabiendo que el futuro era incierto, pero decididos a no dejar que la distancia y las expectativas destruyeran el amor que habían encontrado en esa cabaña en medio de la nieve.




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