La Navidad del Ceo Solitario: Millonario en la Nieve

Tormenta Emocional en Aspen: Secretos, Sorpresas y una Encrucijada de Amor

Victoria en ese momento alcanzo a escuchar algo de lo qu dijo Marcos y le dio un codazo en el brazo.

 

—Isabella...— Julian comenzó, su voz temblando. —No sabía de esto, te lo juro que ni la toque, ese bebé no es mío y no tengo idea de cómo apareció esa ecografía —.

 

Isabella apartó la mirada y suspiró, tratando de controlar sus emociones. —¿Qué debería pensar, Julian? ¿Cómo puedo creerte después de esto? Tú y Victoria tienen una historia juntos, una que aparentemente incluye un hijo, no puedo seguir con esto, como se yo que me están mintiendo que no tuviste relaciones sexuales con ella, estamos hablando del bebé.

 

Victoria, aun visiblemente afectada, intervino. —Isabella, entiendo que esto sea un shock para ti. Pero también estoy sorprendida por esta situación. No tenía idea de que Julian estaba involucrado con alguien más, y mucho menos que estaría aquí contigo en Aspen —.

 

Isabella cruzó los brazos, sus ojos destellando con determinación. —Necesito tiempo para procesar esto. Julian, necesito que me dejes a solas por un momento —.

 

Victoria piso el pie de Marcos para hacerle entender que no diga ni una palabra más.

 

Julian agarro de la mano a Isabella.

 

—Ya esta la comida —dijo la madre de Isabella.

 

En ese momento los ojos de la madre de Isabella se dieron cuenta que el ex pasado de Isabella estaba en la cabaña.

 

—Dame la copia de la llave de la cabaña, asi fue como tu entraste Marcos, quiero que esa mujer y tu se larguen de mi cabaña ahora mismo —.

 

—No me ire —dijo Marcos.

 

—Soy Victoria la esposa de Julian y me lo llevare a la mansión, estoy esperando un bebé que es de Julian —añadió Victoria.

 

—Largo —dijo la madre de Isabella enojada.

 

Julian asintió, su expresión llena de remordimiento. Salió de la cabaña, dejando a las dos mujeres sumidas en un incómodo silencio. Una lagrima de amargura salió de los ojos de isabella.

 

Mientras observaba la nevada a través de la ventana, Isabella trató de ordenar sus pensamientos. Victoria había irrumpido en su romance en un momento en que parecían destinados a vivir una Navidad mágica juntos. Ahora, se encontraba atrapado en un triángulo amoroso complicado y lleno de secretos.

 

Finalmente, Victoria rompió el silencio. —Isabella, lamento mucho cómo se desarrollaron las cosas. No tenía intención de arruinar tu Navidad o tu relación con Julian —

 

Isabella la miró con frialdad. —Victoria, esto es una situación compleja. No sé qué creer en este momento, pero necesito respuestas. ¿Cómo y por qué apareció esa ecografía? —.

 

Victoria respiró hondo antes de responder, con voz temblorosa. —No tengo todas las respuestas todavía, pero Julian y yo tendremos que hablar mucho sobre esto. No puedo enfrentar esto sola, y creo que Julian debería ser honesto contigo también —.

 

Isabella asintió, sus emociones todavía enredadas en un torbellino de confusión y decepción. —Aprecio que estés dispuesta a hablar. Pero Julian y yo tenemos que aclarar las cosas antes de que podamos avanzar. La magia de la Navidad se ha visto empañada por esta sorprendente revelación —.

 

Mientras la nieve continuaba cayendo moderadamente, dentro de la cabaña, tres corazones estaban atrapados en una tormenta emocional, y nadie sabía cuál sería el destino de su romance en medio de la fría y deslumbrante belleza de Aspen.

 

Isabella sintió como una vela ardiente tocaba su corazón, luchando con sus emociones y pensamientos. La cabaña, una vez llena de alegría y anticipación navideña, parecía ahora un lugar de sombras y secretos. Se preguntaba cómo todo había cambiado tan drásticamente en tan poco tiempo.

 

—Largo de mi vista los dos —Agrego Isabella.

 

—Dame la llave Marcos o llamare a la policía —añadió su madre.

 

Marcos de mala gana dio la llave a la madre de Isabella, asi que la madre, Marcos y Victoria bajaron las gradas dejando sola en la habitación a Isabella.

 

Victoria discutió con Julian.

 

—Te odio —le refuto Julian.

 

—Yo tambien, soy infeliz a tu lado —dijo Victoria.

 

—lárgate —dijo Julian.

 




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