La Niña

Pesadilla.

Las llamas iluminaban su rostro. Esos ojos amielados brillaban mientras le observaban. Solo podía mirarla con  asombro, sus pequeñas manos manchadas de sangre sostenían un arma. No comprendía porque una niña hacia todo eso, intento ponerse de pie.
-No des un paso más- le dijo de una forma fría, su voz dulce ya no existía.
-¿Porque haces esto?- dijo mientras lloraba.
Sólo obtuvo de respuesta el sonido de un  disparo. Su pierna sangraba, aun siendo un niño, sabia que moriría si permanecía ahí.
"Ella no tenía intenciones de matarme" penso. Se dio la vuelta y camino entre las llamas. Solo vio como se alejaba con su camisón blanco manchado de sangre antes de desvanecerse.

Desperto agitado, aún era de madrugada. Cada cierto tiempo soñaba con lo ocurrido aquella noche; la muerte de sus padres, la casa en llamas y la niña. Todo eso ocurrió hace ya años, el era un niño de 10 años en ese entonces. Después del incidente estuvo en diferentes casas hogares. Su  pierna sano con el tiempo. Durante todos estos años, aun no encuentraba explicación para lo sucedido esa noche. La imagen de la niña la tenia plasmada en su mente, más aun no la habia podido encontrar, talvez ahora tendria veintitantos años, tampoco sabia su nombre. Lo único que deseaba  saber era el  porque lo hizo, ¿acaso fue manipulada para hacerlo?, ¿quién le haría eso a una niña? Por más que intentara odiarla no podía.

Sin darse cuenta el sol comenzaba a asomarse por la ventana. No pudo dormir al final. Se levanto y   alisto para ir a la oficina. Últimamente se habían presentado algunos asesinatos un tanto peculiares.

La mañana transcurría con normalidad hasta que llego la llamada sobre un cadáver y una niña inconsciente. Sin pensarlo se dirijio al lugar.

Al llegar al lugar ya había algunas patrullas, y una ambulancia. Los médicos forenses ya se encontraban analizando el lugar.

-Buen día oficial- Susana su amable ayudante le tendió un café.

-¿Que han descubierto hasta ahora?- respondío acercándose a la orilla del rio.

-Bueno, aun no se identifica el cadáver, pero es un joven de alrededor de los 16. Unos ancianos que caminaban por aquí lo encontraron a la orilla del rio.-

-¿Y la niña?-

-Cierto, los paramédicos la atendieron, recobro la conciencia después de un rato, tiene uno que otro moretón, pero nada grave. -

Me acerque a la ambulancia. La psicóloga encargada del servicio social hablaba con los paramédicos.

-Disculpa- le toco el hombro- Soy el oficial Dante-

-Claro, la niña.-

-Sí, ¿ha dicho algo?-

-No, está bastante tranquila, no parece tener algún trauma, pero no ha querido hablar, tampoco nos ha dicho su nombre, y no la encontramos en ningún registro.-

-¿En ningún registro?- Volteo a ver hacia adentro de la ambulancia, y ahí estaba sentada envuelta en una cobija, viendo hacia el suelo.

Alzo la vista y sus miradas se cruzaron.

No lo podía creer era la misma niña de hace 10 años.




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