La niña sagrada

6.-ALIADOS

—¡Yujú! —Celebra Hisae, elevándose por los cielos con el libro que buscaba en su bolso. Tras ella Alcides y Gabriel la siguen igual de felices, y el director con más calma sube también.

—¡El director es genial ¡quién iba a saber que Emilia tendría pase libre! —Exclama Alcides una vez que están todos juntos de viaje hacia Canel.

—La próxima vez empecemos por presentar a Hisae —comenta Gabriel con tono risueño.

—Eso podría ser peligroso también —corrige el director, y tras oírlo Hisae vuelve a tierra, en sentido figurado.

—Alcides, ¿has vuelto a reemplazar ingredientes? —Pregunta ella, tras un corto silencio mirando al chico con gran curiosidad.

—No, no… no sé qué pasó en ese momento.

—¿Entonces, por qué salió esa planta?

—También son importantes las cantidades, seguro ha cambiado algunas mediciones —la voz del director sobresale en el viento.

—No importa lo que haga, siempre pasará algo raro con las pociones de Al —ríe Gabriel y consigue una carcajada de su amiga.

—Eso no es verdad —se queja el aludido, iniciando una discusión que dura gran parte del trayecto.

***

La risa sincera de Hisae se mezcla con el silbar de la brisa, no así su alegre comentario:

—¡Solo era una Veela! —Exclama, y piensa para sí: “Una Veela”. El temible lobo de ojos amarillos resultó ser muy manso y ni siquiera es un lobo, mucho menos un monstruo.

Comúnmente las Veelas son similares a las ninfas, viviendo en lagos o bosques, le han explicado luego de que todo pasó, pero esta no se mantuvo en ninguno de sus hábitats. Kardin resguarda secretos de otras dimensiones, incluso de TODAS las dimensiones y, por lo mismo, no cumple con aquellos cánones.

La felicidad de saber que podrá volver a casa inunda por completo el cuerpo de Hisa y la sonrisa en su cara parece no poder quitársela ni con el más agrio limón del mundo. El viento fresco del viaje los acompaña hasta que llegan al hostal Buena Siesta, y una vez que están en tierra, Teodoro no pierde tiempo. Se acerca a ella viendo como abraza feliz el libro que contiene el “verso mal hecho” y le pide unos minutos para hablar, para luego despedirse de los chicos agitando su mano antes de alejarse volando en su escoba.

—¿Qué te ha dicho? —Consulta Alcides preocupado, pues descubre un cariz serio en el rostro de “Emilia”.

—Que considere quedarme un semestre.

—¿Te quedarás entonces? —Emocionado Gabriel mantiene su alegría.

—Pero… quiero volver a mi casa.

—¿Y por qué te ha dicho eso? — Alcides se acerca comprensivo ordenando su verde cabellera con los dedos.

—Para que aprenda magia.

—Eso estaría muy bien, eres pésima —confirma con su positivismo común Gabriel—. ¿Entonces te quedas?

—Gab, tiene que pensarlo… también hemos hecho todo esto para que pueda volver.

—Pero luego no podrá venir a aprender magia, y en su planeta no le enseñan.

—Gab, cállate —reclama Alcides, notando la actitud pasiva y cabizbaja de Emilia—. Piénsalo, Emilia, puedes hacer lo que quieras, pero, ahora vamos adentro. Hace frío.

“El brote de druples comienza a abrir, cuando la estela verde toca el sol en bruma.

La maldad flameante duerme en ignorancia, mientras la esperanza de Lazah se encuentra con la única flor que le amenaza. Y una esperanza nace en la corona, cuando la espuma de hadas rodea las sombras.”

30 Pandira 992

Dos meses pasaron en Canel, y Hisae sigue viviendo como Emilia Butters. Luego de mucho darle vueltas a la idea y hablar con el director toda una tarde, aceptó que, una vez yéndose no sabría volver y no podría aprender magia de otra persona; por lo tanto, aunque más la obligó que dejarla decidir, Hisae terminó quedándose en Canel un tiempo más. Sin embargo, tras unos días se acostumbró a estar allí, y sabiendo que podía volver con su familia, no se le hizo tan difícil la estadía.

Felizmente hizo algunos amigos en el curso, entre ellos Hilda, quien le parece ser incapaz de dominar su abultada cabellera verde. Y varias anécdotas se llevará como recuerdos, como lo sucedido un mes atrás, cuando sus amigos le enseñaron a crear una pócima de fácil preparación, “tan fácil es” que Alcides le dio el ejemplo e hizo el brebaje, y cuando lo probaron no les provocó la risa esperada, sino que volvió las pupilas del trío en brillantes ojos carmín, simulando un par de linternas. Fue entonces que entendió que para cada poción el orden y cantidad de los ingredientes es tan importante como los mismos. También conoció animales muy diferentes a los que acostumbra, por ejemplo, unos que son similares a los Elefantes, pero con un pelaje grueso y a sus ojos bien parecía un mamut, pero aquí le llamaban por un nombre similar mas no igual. Otra cosa que ocurrió con el tiempo es que empezó a imitar el acento de sus amigos, algo que a estos divirtió bastante, provocando múltiples y constantes bromas.

El día treinta del mes decidió que fuese su partida, y por lo mismo, tras despedirse como corresponde del director, vuelve a la residencia Buena Siesta con Gabriel y Alcides. El almuerzo es especialmente hecho para la ocasión, ya que la señora Lorena la quiso despedir de forma agradable. Tras conversar y guardar en un bolso algunos libros que le regalaron, más su varita mágica, Hisae sale con Gabriel y Alcides hasta la plaza Pardires, donde esperan el atardecer.




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