La novia del alfa

Christina sonrió con arrogancia mientras una de las empleadas de la casa le entregaba un gran ramo de rosas rojas, tomo el gran ramo mientras olía la fragancia suave y delicada que desprendía, observó que habia una nota en el arregló y lo abrió rápidamente estaba curiosa por leer las cursilerías que salieran de la imaginación de aquel pobre hombre.

"Tu belleza no se comparan con la de estas rosas, gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo. ¡Te quiero mi flor” Con amor! Rowen Ferrari.

Christina sintió como los labios le temblaban a leer esas palabras tan cursis y ridícula a la vez, en eso escuchó un silbido se dio la vuelta y vio los ojos verdes oscuro de su mamá, se acercó como una león en busca de atacar a su presa, Amanda le arrebató la carta que tenia Christina en sus manos y la leyó en un microsegundo para luego reirse a carcajadas junto con su hija.

- ¡Dios mío santo! - Exclamó con burla Amanda. - Realmente cosas se verán como dice la biblia. - Se limpió una lágrima imaginaria de su ojo derecho. - No puedo creer que el gran empresario, Rowen Ferrari tenga ese lado tan ridículo. - Rió en voz baja. - ¿Aún se le para o tuviste que ponerle algo en su bebida para que te follara?

Christina hizo una mueca de asco al escuchar eso de las palabras de la boca de su mamá, sabia que su mamá era una mujer de baja clase social pero no sabia que tenia un vocabulario como un albañil. Dejó el ramo aún lado y se sentó en el gran sillón que habia en la sala.

- Creas o no pero el es un excelente amante, mejor que todos los idiotas que han estado en mi cama, pero obviamente a mi el que me interesa en mi cama y me haga su mujer todas las noches es Xavier no su papá.

- Por el momento debes tener a ese viejo feliz, con el dinero que te dio pudimos pagar algunas cosas y comprarme uno que otro lujito que necesitaba, sabes que tu hermana ya no quiere ayudar en los gastos porque se enamoró de un alfa bueno para nada y tú papá es un fracasado. - Suspiro hastiada. - No me separó de tu padre por el apellido.

- ¿Y porque no trabajas mamá?, no te caeria mal trabajar después de todo antes que te casarás con mi papá trabajabas de... - Puso un dedo en su boca mientras fingía pensar, Christina chasqueo los dedos y sonrio con malicia. - ¡Ya me acordé!, también trabajas de zorra a como no has educado todo este tiempo, porque antes que mi papá estuviera contigo, le habias destruido un maravilloso matrimonio con una mujer como es que se llamaba: ¡Aura! - Sonrió al ver el enojo en sus ojos.

Amanda se levantó de su asiento y le dio una bofetada en el rostro tan fuerte que habia dejado sus dedos en su mejilla, Christina se tocó el lugar donde la habia golpeado y se levanto molesta del sillón, esta intento salir, pero Amanda la habia tomado del cabello y la jaló con fuerza.

- ¡Nunca más bastarda!. - Gritó molesta. - Vuelvas a mencionar el nombre de esa mujer y mucho menos mi pasado, porque quieras o no soy tu madre y gracias a mi tienes un hogar digno de una princesa y más te vale que sigas con el plan de enamorar al imbécil del Rowen, lo único que quiero es tú estabilidad.

Christina se dio la vuelta y la observó con molestia.

- No mamá linda, tú lo único que quieres es alguien que te de los lujos que piensas tú que te mereces y si hago esto es porque quiero a Xavier solo para mi.

Amanda soltó su cabello y vio como su hija rompia un jarrón mientras salia de la sala.

- ¡Maldita niña mimada! - Sopló con molestia en el aire.

(.......)

Giovanni les paso algunos documentos a Rowen desde días que habia intentado hablar con el acerca de su relación con Christina, pero no había tenido la oportunidad perfecta para hacerlo. Rowen firmó unos documentos para dar el permiso de unas exportaciones del vino en Sudamérica, Giovanni le pasó una taza de café y buscó las palabras correctas para empezar la conversación.

- Señor he notado que ahora esta un poco más... ¿Feliz? - Preguntó Giovanni. - Le ha pasado algo nuevo en su vida.

Rowen suspiro como un adolescente enamorado y sonrió.

- Me he enamorado de la mujer más hermosa del mundo, desde hace años no sentia esa validez en mi pecho de estar enamorado o amar a alguien, pero esta persona me ha dado una nueva oportunidad para ser una persona feliz.

- ¿Y esa felicidad se llama Christina? - Preguntó sin tapujos Giovanni, se maldijo en su interior por ser tan directo, pero tenía que ser sincero y no andar por las ramas. - Disculpeme no era mi intención ser un entrometido.

- Descuida no lo eres, tú eres un hijo para mi y yo se que solo desea lo mejor para mi. - Palmeó su hombro para darle ánimo. - Pero tienes completamente la razón, estoy enamorado de Christina, se que hay mucha diferencia de edad, pero ella es una persona realmente maravillosa.

Si Valentina escuchará hablar asi a su papá creo que ya le hubiese dado una embolia cerebral de la rabia. Pensó Giovanni.

- Disculpe señor Ferrari. - Respondió con educación Giovanni. - Se que le habia dicho que la señorita Christina Santoro era la esposa indicada para Xavier. - Rowen Levantó la ceja molesta. - Y también se que usted es un adulto y se merece encontrar el amor, ya que usted ha sido un padre devoto y fue un maravilloso esposo cuando la señora de la casa estaba viva. - Rowen se bajo la mirada con tristeza. - Pero hay algo que no me hace confiar en la señorita Santoro y no es por la edad porque eso no tiene nada que ver, obviamente si de acuerdo con las leyes del pais, pero deberia analizar primero la situación antes que este con ella.

- ¿Y eso lo dices tu o Valentina? - Respondió con molestia Rowen. - Giovanni te quiero pero a mi no me quieras ver la cara de estúpido, se que estas interesado en mi hija desde siempre y se que estas dispuesto hacer lo que sea por hacer feliz y cumplirle los caprichos a Valentina, ¿Me equivocó?

Giovanni se habia quedado helado ante sus palabras jamás hubiese pensado que Rowen tenia alguna idea de que estaba interesado por su hija menor. Este mantuvo una expresión serena para no delatar el torbellino de emociones que sentia.