Capítulo 34: Aventuras en Pareja

-Ven, es por aquí.-No tenía ni idea de adonde me llevaba, solo agarraba su mano con fuerza sin tener idea que pisaba por la venda en mis ojos.

Escuché como abría una puerta y que luego entramos por ella.

-Ya hemos llegado, luciérnaga.-susurró en mi oído antes de quitar la venda de mis ojos.

Abrí mis ojos encontrándome con el hermoso paisaje frente a mí. Todo era verde y flores de diferentes colores se repartían entre el muro que separaba nuestra realidad de este hermoso lugar. Había un pequeño lago donde algunos patos nadaban tranquilos. Mariposas pasaban por mi lado revoloteando entre las flores. El cielo se veía mejor desde este lado, todo se veía mejor sin asomos de un ser humano que dañaría el lugar en sí.

-Y este es mi lugar especial. Papá hizo lo que fuera para que mamá tuviera su propia área verde haciendo que escondieran esto de los demás y desde ello mamá solo venía aquí junto a papá y cuando nací yo, solía acompañarlos siempre. Ahora que he crecido, cuando estoy en mis peores siempre llego a desahogarme aquí.-Henry cerró sus ojos aspirando el aire fresco del lugar.

-De verdad que es muy hermoso.

-Lo es. Todo el lugar… solo me hace recordar quien realmente soy. Me recuerda al pequeño Henry, ese pequeño confundido que pasaba tiempo con sus padres sin tener idea lo que era ser adulto. Un pequeño Henry que se subía a la espalda de su padre y le pedía que fuera más rápido mientras su madre los seguía con una sonrisa llevando su sombrero de paja y sus hermosos vestidos florales. Un pequeño Henry con muchos sueños.

Escuchaba cada palabra que decía con atención. Me gustaba escuchar cuando hablaba con aquel brillo en sus ojos.

-Creo que a veces prefiero a ese pequeño Henry que al Henry Kane de ahora.-sus propias palabras lo abruman pero él no quería que me diese cuenta de ello, aunque lo había notado antes que él.

Podía ver el conflicto que se estaba comenzando a crear en su cabeza. Llegamos al momento en el que era capaz de entenderlo.

-Al parecer ya no soy la única que quiere salirse de su propia piel dejando de ser la persona que me hicieron diferentes situaciones.-sonrei con melancolía mientras Henry y yo caminábamos recorriendo el lugar.

-La muerte de mi mamá fue la que más me afectó.-sigo hablando sabiendo que él me está escuchando como yo a él.-Empecé alejando a mis amigos y solo los verdaderos se terminaron quedando. He perdido y ganado a la vez, pero perderme a mi misma en su momento fue lo peor. A veces yo…-tenía un nudo formándose en mi garganta.-A veces yo me arrepiento de la persona en la que llegué a convertirme. Solo quiero ser un problema que se pueda resolver.

Bajé mi cabeza dejando que la pena me ganará. Henry puso un mechón de mi cabello detrás de mi cabeza. Levanté mi mirada encontrándome con sus ojos cafés viendo mis ojos con dolor. 

Nada salía de su boca pero sabía todo lo que quería decirme. Sabía exactamente cómo me sentía. Al final nos terminamos entendiendo de una manera peculiar.

Me besó, sólo que aquel beso había sido mucho diferente que los anteriores. La lujuria escondida parecía ser parte de la ecuación. 

Nos besábamos como si fuéramos dos personas que llevaban años conociéndose. 

Nos besábamos como si fuéramos dos grandes amigos que llevaban anhelando por un buen tiempo ver al otro. 

Nos besábamos como si fuésemos dos almas destinadas a estar juntas para toda la vida.

Con cuidado nos recostamos en el pasto verde y fresco disfrutando de la compañía del otro entre pequeños besos hasta que decidimos parar y quedarnos callados por un momento.

-No tengo ni la menor idea de lo que haré luego de que esto acabé-soltó una pequeña risa algo nerviosa.-Pensaba que solo me enfocaría en el trabajo pero ahora me doy cuenta que no soy tan malo en lo de tener un trabajo mientras me mantengo activo en mi trabajo.

-¿Y…?-mi corazón empezó a latir con una velocidad incontrolable. ¿Podía ser posible que él…? ¿En serio quería tener algo de verdad conmi…?

-Creo que le daré una segunda oportunidad a mi relación con Amy. Lo nuestro terminó porque solo me concentraba en mi trabajo y no en lo nuestro entonces le mostraré que no volverá a ser así.

Toda esperanza había quedado en el olvido. Ni siquiera tenía idea porque me esperancé en un solo segundo por algo que ni siquiera existió o existiría.

Pensaba que él sentía cosas por mí. Sentimientos reales. Y desde ahí fue que empecé a hacerme ideas aunque no quería hacerlo.

Y entonces te das cuenta que te enamoras de esas personas que fingen hacernos sentir bien y sólo terminan por rompernos más.

-Ah… ojalá y puedas arreglar las cosas con ella.-dije con una sonrisa en mi boca aún así estaba con mi corazón roto por su decisión. Ya era claro, él no me quería en su futuro. Yo debía de respetarlo aunque doliera saber que las cosas no terminarían como lo pensé. 

-Bueno, espero que eso salga bien.-se rió nervioso rascando su nuca-¿Quieres regresar ya?-preguntó más tranquilo con su voz dulce.

-¿No nos podemos quedar un poco más?-no quería irme. Quería aprovechar todo el tiempo que pudiera junto a él antes de volver a mi realidad. Donde yo era la única que empezaba a sentir de verdad.

-Lo que tú quieras, luciérnaga.-apoyé mi cabeza en su hombro viendo a la mamá pato dirigir a sus pequeños por el lago.

***

El resto del día pasó demasiado rápido. Había tenido la oportunidad de ir a una que otra clase y apenas estaba saliendo de la última para dirigirme a la casa de Henry.

-¿Quieres salir con nosotras esta noche? ¡Hay un nuevo club en la ciudad súper fabuloso! En realidad no es nuevo, pero sí es súper fabuloso.-Gina exclamó con emoción mientras caminaba a mi derecha a la vez que Camille lo hacía a mi izquierda.

-Lo siento, no puedo.-dije recordando lo que debía hacer al regresar a casa.-¿Qué tal mañana?

-Mira, si te sientes muy famosita como para salir con nosotras, está bien, lo entiendo. Lo entendemos-dijo viendo con sus cejas alzadas a su mejor amiga.