La Novia Del Presidente

Capitulo 9

Con su silencio me puse ansiosa, tal vez la cosa importante que tenía por decir se le dificultaba tanto que no podía conectar ideas. Aunque yo ya sabía lo que me diría, traté de saber más con una simple pregunta.

—¿Qué es esa cosa tan importante?—Dije con un tono desesperado por saber.

—Escucha Míriam. Mi vida no ha sido facil y quizá nunca lo vas a entender.—En ese momento desapareció el sentimiento en su voz y lo cambió por un tono más serio.—Mi error fue dejarme llevar por mi profesión, era joven y tenía una familia que mantener...

—Y una familia que abandonar.—Interrumpí bruscamente su conversación.

—Hija por favor, solo escúchame.—Ahora el desesperado era él.—No tengo mucho tiempo para hablar.

—Nunca lo has tenido, eso ya es costumbre en tí.

Mi soberbia estaba siendo demasiada, no le permitía hablar y mi madre se percató de eso. Se acercó a mi para tomarme del brazo y suplicarme que dejara los reclamos y pudiera hablar con él en paz.

Hice muecas de insatisfacción pero le hice caso, aunque no iba hablar más, solo le escucharía.

—Siempre he pensado en ti.—Continúo mi padre hablando.—Si tuve que tener esa privacidad con ustedes fue por protección y para evitar problemas, mi trabajo es así.

A pesar de no interrumpir con palabras, las caras que yo estaba haciendo eran muy evidentes. Solo mi madre de dió cuenta y se limitó a mover la cabeza en señal de "no"

—Cometí un gran error y ahora tengo que pagar por eso.—Siguió hablando.—Ese error se llama actuar bien y en este mundo las personas que hacen el bien son despreciadas cuando influyen en los intereses de otros. Ahora que estoy condenado, me interesa decir algunas cosas pero tendrá que ser discreto.—Hizo nuevamente una pausa intentando elegir las palabras correctas.—Esta será la última vez que me comunique por si es que me agarran, no sepan de ustedes. Y tú querida hija, podrás conocer la verdad. Se que mis palabras no tendrán importancia para ti así que decidí dejar todas las pruebas así como videos en una ubicación desconocida para muchos. Te daré esa dirección y si algún día deseas conocer la verdad. Podrás verlo con tus propios ojos, y si no, de todas formas esta evidencia deseo que desaparezca.

Mi padre no dijo nadamás. Se soltó a llorar aunque no de una forma muy evidente. Yo me dí cuenta a través de su respiración.

Traté de imaginarlo al otro lado de la línea. Lo recordaba como aquel hombre de cabello castaño con algunas canas que aparecían ya. Casi nunca se peinaba, lo que fue haciendo que una línea en medio apareciera forjando su estilo. El usaba lentes, unos de armazón pequeño pero con mucho aumento. Siempre procuraba afeitarse y andaba con una chamarra de cuero café, esa era su favorita. Muy rara vez lo llegué a ver con un traje, solo pasaba cuando lo obligaban en su trabajo. Era un hombre robusto aunque no muy alto, quizá en los últimos años descuidó su salud y subió de peso. Si me preguntaban a mi, diría que tenía cara de un científico.

Siempre se preocupó por ser muy culto, respetaba a las personas por igual y nunca se metía en problemas. Por eso me costó mucho aceptar que él tuviera otro hogar fallandonos a mamá y a mi. Nunca pude comprobar esa teoría pero por su constante ausencia se me quedó muy grabada esa posibilidad.

Tenía un aroma muy peculiar, podía recordarlo sin problema, me imagino que era cuestión de mi mente que le extrañaba.

Pude ver por un instante sus ojos de color café llorando por mi y por no verme. Fue una imagen linda que quedó en mi mente grabada.

Mi madre acompañó ese sentimiento, a ella si la había escuchado llorar mucho así que era un sonido normal. Siempre que lo hacía me hartaba porque era por culpa de mi papá. Eso me hizo recordar lo mismo y volví a mi enojo hacia él.

—Déjate de dramas si. —Dije con un tono muy molesto.—Mi madre tal vez te creerá pero yo no. Se que tienes otra familia y que ahora ya no rendiras cuentas aquí, así que por eso fingirás desaparecer.

—No hija, es enserio lo que te di...

—Ya te escuché ahora tú me escucharás a mi.—Me impuse muy enojada.

El resto de tiempo que estuve en el teléfono hablando con él. Únicamente fueron insultos y reclamos de mi parte hacia su persona. Saqué todo lo que tenía guardado y que estuve esperando a decirle en persona, no llegó ese momento pero si la opción de decírselo. Dije muchas cosas de las que quizá me arrepiento pero por lo menos mi alma se limpió.

Cuando terminé de desahogarme solo me dijo.

—Yo te amo hija y me da gusto que hayas sacado todo eso.—Seguia con un tono tierno.—Siento mucho todo lo que te ocasioné y ese dolor que llevas.

—No es necesaria tu lastima y como no tienes tiempo de hablar supongo que ya es hora de colgar.

Salí corriendo de ahí dejando la línea abierta. Por alguna razón no colgué así que mi madre tomó el teléfono, pero esa conversación no la escuché, me fuí a mi cuarto.



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En el texto hay: acción drama romance

Editado: 22.03.2025

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