La Novia Del Presidente

Capitulo 21

Noté muy raro al querido presidente. A pesar de estar ahí para mí, lo sentí muy distante. Como si estuviera a fuerza conmigo, no entendía porque el presidente tendría que estar ahí en ese tipo de circunstancias, así que lo dejé como si fuera mi imaginación.

Fuí a la habitación de mi madre para asomarme si seguía dormida y efectivamente, estaba en un sueño profundo.

Al ver eso me pude desahogar como lo deseaba mi alma. Corrí al comedor y me senté junto a Esteban.

—Me da mucho gusto verte. Como comprenderás, esta situación es demasiado para mí.—Me tomé el cabello con ambas manos. Todo para buscar contrarrestar el estrés.—Ml madre está muy mal, la muerte de mi padre le pegó mucho.

En verdad Esteban tenía una actitud diferente. Sentía como que me escuchaba por compromiso. Fue muy distinto a cuando lo abracé, ahí sentí el calor de un hombre que se sentía bien al tenerme entre sus brazos. Era como si estuviera en un duelo por definir sus sentimientos hacia mí o con otra persona.

Ese sexto sentido que tenemos las mujeres apareció en mi. No me imaginé que él no tuviera pretendientes en su círculo, pero quizá alguien ya le estaba llegando a su corazón.

No quise indagar más en eso, no era buena idea que los celos se apoderan de mi en ese instante. Mi cabeza necesitaba solucionar más cosas y para mí era suficiente el hecho de que él estuviera ahí.

—¿Tú cómo estás?—Pregunté para cambiar el tema pues lo había visto muy disperso.—¿Mucho trabajo?

Tardó algunos segundos en reaccionar después de mi pregunta. Estaba tan distraído que lo hizo en automático después de ver mi mirada fija en él.

—Si, si, perdón.—Dijo al girar la cabeza y regresar su mirada a mi.—Justo ahora hay un tema que me tiene loca la cabeza.

También noté que su secretario lo miraba muy atento, como si espera algo más. Él también lo notó y de inmediato se transformó a alguien más atento.

Lo único que no me hubiera gustado esperar es que al presidente le digan como actuar incluso en una relación. Eso sí sería estresante.

—Pero no vine a hablar de mi.—Me dijo ya con una actitud diferente.—Estoy aquí por ti. Estoy seguro que necesitas atención y compañía para pasar este rato amargo.

—Si, bueno no me puedo dejar consumir por todo esto. Necesito continuar y resolver los pendientes.

—¿Cuáles son esos pendientes? Quizá te pueda ayudar.

Ahora sí era el Esteban que había conocido. Quien sabe que había en su mente que lo había distraído pero me volvió a demostrar que yo era su prioridad.

—Tengo que buscar quien cuide a mi madre. Se me requiere en Guadalajara para identificar el cuerpo de mi padre.—Quizá mi voz era muy triste mientras explicaba la situación, tanto Esteban como su secretario pusieron cara tierna.—Una vez ahí, me tengo que hacer cargo de los servicios funerarios. Para ser poco, en mi trabajo hay auditoría y se molestaron mucho cuando les dije que no iría.

—¡Qué insensibles son!—Dijo el secretario al momento de escucharme.—Según nuestra ley, son causas de fuerza mayor, eso está penado.

—Gran parte de esas cosas son olvidadas en el bajo mundo.—Le dije al reaccionar a su indignación contra el sistema que seguramente ellos mismos colocaron.—En los empleos comunes muchas veces son evadidos los derechos.

Estaban se quedó serio, parecía tener alivio una vez que su secretario intervino en la conversación. Fue como si se quitara un peso de encima al ya no tener que hablar conmigo.

Yo estaba mucho más atenta a él, sin duda me pegó el hecho de tenerlo ahí, ya lo sentía como mío y nada me había dado motivos para considerarlo así, éramos viejos conocidos nada más.

Aún así me afectó el hecho de sentirlo así de distante.

—Y esos son mis problemas.—Continúe hablando refiriéndome a él.—Por eso no tengo tiempo de ponerme a llorar.

—No te preocupes. En este momento nos vamos a encargar de ayudarte con todo esto.—Llamó a su secretario para darle indicaciones directamente.—Por favor consigue el mejor hospital y atención médica para su madre. También busca el vuelo más próximo para ir a Guadalajara.—Después me miró a mi directamente. Faltó ternura pero hubo decisión.—No te preocupes por los gastos de tu padre, nosotros nos haremos cargo del funeral y todo lo necesario.

—No puedo aceptar eso.—Claro que me estaba resolviendo la vida y mis problemas con eso pero no me podía hacer la víctima al grado de aprovecharme de él.—Pediré ayuda a una vecina para cuidar a mi madre y me iré allá después. Tener que viajar sin haberme llevado bien con mi padre, es lamentable, solo un compromiso.

Su atención se elevó nuevamente cuando mencioné esos datos de mi padre. Por algún motivo le llamó la atención el tema de la relación con él.

—¿Por qué no te llevabas bien con él?

—Es una larga historia, a grandes rasgos eso ocurrió porque él me abandonó de pequeña. Mi madre se hizo cargo de mí.

—Pero ¿Nunca hablaban o algo así?—Seguía insistiendo.

—De vez en cuando hablaba pero yo dejé de tener interés en sus llamadas así que no le respondía.—Suspiré para recuperar el aliento.—Incluso antes de morir llamó para disculparse y cosas así.

—¿Te dijo algo más?—Preguntó muy animado. —¿Alguna situación sobre su muerte?...



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En el texto hay: acción drama romance

Editado: 22.03.2025

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